Científicos encuentran variantes genéticas que protegen contra la obesidad después de estudio masivo sobre ADN

 (Shutterstock / kurhan)
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Los científicos han identificado un grupo de variantes genéticas raras que ayudan a proteger a las personas contra la obesidad, tras uno de los estudios más completos hasta la fecha sobre la genética detrás de la enfermedad.

Investigadores del Regeneron Genetics Center analizaron datos genéticos de más de 640,000 personas de México, Estados Unidos y el Reino Unido para encontrar nuevos conocimientos sobre la base genética de la obesidad.

El estudio, publicado en la revista Science, encontró que las personas con mutaciones genéticas raras en el gen GPR75 tenían un 54% menos de riesgo de obesidad y, en promedio, tendían a pesar alrededor de 12 libras menos que las que no las tenían.

Los hallazgos podrían explicar de alguna manera por qué algunas personas son menos susceptibles a aumentar de peso que otras, ya que el estudio encontró que solo una de cada 3,000 personas analizadas tenía las mutaciones protectoras.

“Descubrir superpoderes genéticos protectores, como en GPR75, brinda esperanza para combatir desafíos de salud global tan complejos y prevalentes como la obesidad”, dijo George D Yancopoulos, presidente y director científico de Regeneron, en un comunicado.

El descubrimiento podría usarse para desarrollar medicamentos impulsados por la genética para ayudar a los pacientes que luchan contra la obesidad, ya que se dice que los científicos de Regeneron están buscando múltiples enfoques terapéuticos para atacar el gen GPR75.

Con el fin de probar cómo GPR75 afecta el aumento de peso, el equipo de investigación modificó genéticamente ratones para que no tuvieran una copia funcional del gen y descubrió que los animales aumentaron un 44% menos de peso que los ratones sin la mutación cuando se alimentaron con la misma dieta alta en grasas.

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En 2016, se cree que más de 1,900 millones de adultos tienen sobrepeso, y más de 650 millones de estas personas son obesas, y la obesidad en todo el mundo casi se ha triplicado desde 1975, según la Organización Mundial de la Salud.

Christopher Still, director del Instituto de Investigación de la Obesidad Geisinger en el Centro Médico Geisinger en Pensilvania, dijo que el descubrimiento era "potencialmente revolucionario" y podría ayudar a mejorar la vida de millones de personas.

“Si bien se comprenden bien los vínculos ambientales y de comportamiento con la obesidad, el descubrimiento de GPR75 nos ayuda a juntar las piezas del rompecabezas para comprender mejor la influencia de la genética”, dijo Still.

"Se necesitan más estudios y evaluaciones para determinar si la reducción de peso de esta manera también puede reducir el riesgo de afecciones comúnmente asociadas con un IMC alto, como enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta y enfermedad del hígado graso".

El estudio se realizó en colaboración con Geisinger Health System, New York Medical College, el Departamento de Salud de la Población de Nuffield en la Universidad de Oxford y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los investigadores recopilaron datos genéticos para el Estudio prospectivo de la Ciudad de México, la Iniciativa de salud comunitaria MyCode de Geisinger y el Biobanco del Reino Unido.

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