La ciencia argentina, "en el límite del colapso" por los recortes de fondos de Milei
El biólogo argentino Alejandro Nadra está preocupado porque tuvo que suspender algunos de sus experimentos sobre proteínas para prevenir enfermedades genéticas. El drástico ajuste presupuestario del gobierno de Javier Milei acorrala a la ciencia y abre las puertas a un éxodo de investigadores.
"Estamos en el límite del colapso", dice Nadra en una entrevista con AFP, rodeado de cajas y tubos de ensayo en el atiborrado escritorio de su laboratorio en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, cuna de tres premios Nobel en ciencias.
"Si no cambia algo, es muy cercano el momento en el cual se va a terminar de disgregar todo", advierte.
El presidente "anarcocapitalista" Javier Milei, elegido a fines del año pasado en un contexto de inflación descontrolada (236% en agosto), emprendió inmediatamente una cruzada contra el gasto público.
Entre otras medidas, inició el año congelando los presupuestos de las universidades públicas y la investigación y, aunque hubo actualizaciones posteriores, el gasto real en Ciencia y Tecnología cayó 33% interanual en agosto, según el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación.
"La gente se está yendo, dejando de aplicar a becas o a cargos docentes porque no puede vivir de esto", dice Nadra.
El investigador, que trabaja también en el desarrollo de biosensores para detectar contaminantes como plomo o arsénico en el agua, explica que "discontinuar una de estas líneas implica que no van a tener aplicación, ni inmediata, ni a largo plazo".
Los salarios (en torno a 1,1 millones de pesos brutos, o alrededor de 1.100 dólares al cambio oficial) perdieron en junio entre 25% y 30% en términos reales respecto al año pasado, según un reporte de septiembre de la red de institutos de ciencia RAICYT.
- "Reducción drástica" -
"Es la primera vez que tenemos subsidios ganados y otorgados por los cuales no recibimos un peso y no solo que no lo recibimos, sino que nos dicen 'no lo van a recibir'", cuenta a la AFP la bióloga Edith Kordon, desde el laboratorio que dirige en el IFIBYNE, un instituto estatal dedicado a la fisiología animal, la biología molecular y las neurociencias.
Kordon y su equipo estudian semejanzas y diferencias entre lo que ocurre en la glándula mamaria normal y el tumor de mama, para encontrar mecanismos que permitan prevenir o curar el cáncer de mama.
"Es poca la plata que necesita un sistema científico para funcionar bien", destaca Kordon.
El exministro del área Lino Barañao (2007-2018) señaló recientemente que mientras Argentina invierte el 0,31% de su PBI en ciencias, Brasil dedica el 1,21%, Estados Unidos, el 3,45%, y Corea del Sur, el 4,9%.
En Argentina, la ejecución del presupuesto en ciencia y tecnología cayó, en términos reales, un 51% interanual a junio, de acuerdo a la RAICYT.
"Nunca en la historia reciente de Argentina hubo una reducción tan drástica del presupuesto" científico, afirmó Barañao al diario La Nación.
La inversión estatal es la que permitió, por ejemplo, el desarrollo del trigo transgénico resistente a la sequía por parte de Raquel Chan, investigadora del Conicet, principal organismo científico argentino, con cientos de investigadores laureados.
Una de ellas, Florencia Cayrol, acaba de obtener el Global Research Award 2024 por su trabajo sobre hormonas tiroideas en terapias oncológicas.
Una ley de 2021 fija un aumento escalonado del presupuesto científico hasta alcanzar el 1% del PBI, pero este año la norma no se está cumpliendo y el gobierno propuso derogarla en 2025.
"Uno piensa en el colapso como una gran hecatombe y en realidad ya está sucediendo", dijo Kordon.
- "Peligroso precipicio" -
La semana pasada el gobierno ajustó en poco más de 100.000 dólares la partida para el Conicet, una cifra que uno de sus investigadores, el físico Jorge Aliaga, consideró "irrelevante" para la necesidad del sector. "No cambia nada", dijo a AFP.
En marzo, un grupo de 68 nobeles científicos manifestaron en una carta pública su preocupación por "cómo el sistema argentino de ciencia y tecnología se acerca a un peligroso precipicio".
Al justificar los recortes, Milei apuntó contra "los supuestos científicos e intelectuales, que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores".
"Si tan útiles creen que son sus investigaciones, los invito a salir al mercado como cualquier hijo del vecino, investiguen, publiquen un libro y vean si la gente le interesa o no, en lugar de esconderse canallescamente detrás de la fuerza coactiva del Estado", expresó.
"Lo que dijo es una burrada", sostuvo Alejandro Nadra, "históricamente todos los desarrollos tecnológicos estuvieron completamente o en gran medida apalancados por el Estado".
El apoyo estatal permitió desde el desarrollo de vacunas hasta el de antibióticos, como el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en el siglo pasado.
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