Chocolates, peluches y un chal de la India, entre los regalos declarados

Solo dos ministros han registrado los obsequios que recibieron luego de asumir, como exige la ley

Chocolates, peluches, un chal de la India, vinos y la maqueta de un avión suizo forman parte del listado de los obsequios que recibieron los funcionarios del Gobierno desde el 10 de diciembre. Es lo poco que se puede saber hasta ahora. La amplia mayoría de los funcionarios no cumplen con la ley que los obliga a registrar todos los regalos que reciben.

Solo dos ministros nacionales dejaron asentados los presentes que recibieron del sector privado o de otras dependencias del Estado en los últimos dos meses. El titular de Turismo y Deporte, Matías Lammens, cargó 43 regalos al registro de obsequios, mientras que el de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, difundió solo dos.

No se sabe qué presentes recibieron el resto de los funcionarios. Alberto Fernández, por ejemplo, todavía no incluyó ninguna información, así como tampoco lo hizo en el registro de audiencias, donde deben quedar asentados los encuentros privados.

No hay datos, al menos por ahora, de la guitarra de roble que le regaló al Presidente el francés Emmanuel Macron en la gira europea o el mensallón que le obsequió el papa Francisco, una escultura de bronce con una paloma, una vid y un olivo como símbolo de la paz. Tampoco están los cuatro libros que también le dio el Pontífice.

Todos los funcionarios públicos están obligados a dejar registro de los obsequios en cumplimiento de la ley de ética pública. Pese a que la norma fue sancionada hace más de 20 años, el artículo que prohíbe a los funcionarios recibir obsequios -siempre centro de polémica- fue reglamentado en 2017, cuando se creó el registro, a cargo de la Oficina Anticorrupción (OA).

De haberse reglamentado antes, debería haber quedado un registro formal, por ejemplo, de la Ferrari que un empresario italiano le regaló al expresidente Carlos Menem -y que debió devolver por el revuelo que generó-, de la esmeralda de miles de dólares que un simpatizante salteño le regaló a Cristina Kirchner en 2008 y del sombrero de piel que ese año el presidente ruso Dimitri Medvedev le obsequió a la entonces presidenta.

La ley establece que "los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sean de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones". Se busca evitar presiones de contratistas, proveedores, sectores regulados por el área que conduce el funcionario agasajado o de algún sector que pueda beneficiarse por una decisión específica. Ese tipo de obsequios, indica la OA, debe rechazarse.

Sin embargo, la ley señala que, en caso de que los regalos sean de "cortesía" o provenientes de la diplomacia, pueden aceptarse e incorporarse al patrimonio del Estado cuando el valor estimado supere los $6400. Los funcionarios pueden disponer de los obsequios cuando el valor sea menor o se trate de comestibles.

Todos los obsequios deben quedar registrados y deben incorporarse al patrimonio del Estado "para ser destinados a fines de salud, acción social y educación o al patrimonio histórico cultural si correspondiere".

La norma alcanza a toda la función pública, independientemente de si los destinatarios han sido elegidos por voto popular, por un superior o por concurso.

Según el escueto registro que llenó el gobierno actual, el ministro Lammens recibió obsequios como la maqueta de un avión de la aerolínea Edelweiss, dos peluches de las mascotas de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 otorgados por la embajada de Japón, una corbata durante la Feria Internacional de Turismo o "un set de cosmética termal línea hipoalergénica elaborada con agua termal de la empresa La Chejchila.

Salvarezza, en tanto, recibió obsequios diplomáticos. La embajada de la India le regaló un chal de ese país y la embajada de Francia le obsequió láminas artísticas.

Entre otros funcionarios de menor jerarquía que sí registraron los regalos que recibieron está la titular de la Dirección General Impositiva (DGI) y excuñada de Máximo Kirchner, María Virginia García, quien recibió "una caja de bombones y un vino" de la embajada de Turquía.

Los regalos del macrismo

El expresidente Mauricio Macri registró más de 500 obsequios durante su último año de gobierno. Entre ellos hay varios obsequios curiosos, como retratos personales del funcionario pintados con distintas técnicas, un anillo con forma de la Argentina, un libro de medicina veterinaria, el libro Kretina, amor por lo ajeno y un cuchillo para colgar de la pared, entre otros.

Durante su gobierno, el mandatario también había recibido presentes llamativos, como una máscara de yaguareté de madera, una caja de mariscos, llamadores de ángeles o un cactus.

A la exministra Patricia Bullrich, por ejemplo, le regalaron un set de escudos del FBI, carteras de marcas locales reconocidas y hasta una pelota de fútbol.

El excanciller Jorge Faurie, en tanto, registró una hamaca paraguaya, un reloj de madera artesanal, un candelabro y vasos de cristal.

Y el exjefe de Gabinete Marcos Peña dejó asentados una caja con cinco kilos de merluza, vinos -un regalo recurrente a todos los funcionarios- y una procesadora.