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Con China como invitada, la cumbre del G77 busca nuevos compromisos contra la pobreza

La cumbre del G77 + China se inaugura este sábado en Santa Cruz (este de Bolivia) marcada por una nueva relación entre la potencia asiática y América Latina, y la búsqueda de una agenda contra la pobreza posterior a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que trazó la ONU hasta 2015. A la cumbre asisten jefes de Estado y Gobierno de 133 naciones. Será inaugurada por el secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, y el presidente de Bolivia, Evo Morales, y celebra los 50 años del nacimiento de este bloque de cooperación entre naciones en desarrollo iniciado en 1964 con 77 países. Casi dos tercios de la naciones del mundo estarán reunidas en Bolivia, donde emitirán un documento el domingo que debe ser "el primer borrador de la agenda post-Objetivos del Milenio", dijo el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, previo al inicio de la cita. El documento, que ya fue consensuado en reuniones previas en la ONU, referirá a los nuevos compromisos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el desarrollo con protección del medio ambiente, la soberanía de los recursos naturales, la defensa de un comercio justo y la transferencia de tecnología, entre otros aspectos, según el Gobierno boliviano, este año en la presidencia pro témpore del G-77. En los Objetivos de Desarrollo del Milenio se definieron metas para reducir a la mitad el número de personas que viven en la extrema pobreza, con menos de un dólar al día, y las que sufren hambre en el mundo antes de finales de 2015, uno de los ocho objetivos cuya consecución -según la ONU- está aún lejos. Otras metas incluyeron garantizar el acceso a la educación primaria, igualdad para mujeres y niñas, reducir la mortalidad infantil y maternal, enfermedades como el sida y la malaria, y facilitar el acceso al agua potable. - China en la cita - China, que no es miembro del G77, asiste a esta cumbre como parte de su política de expansión comercial y de acercamiento a América Latina, aunque la cita no contará con la presencia del presidente chino, Xi Jinping. En los últimos años, con la masiva compra de 'commodities' a Latinoamérica y la venta de sus manufacturas, China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de muchos países de la región. Pekín busca ahora un nuevo modelo de intercambio que apuntará a las grandes inversiones en infraestructura que requieren los países latinoamericanos para mantener su crecimiento, y que exigirán inversiones millonarias de sus gobiernos los próximos años. En una gira en mayo por la región, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, se refirió al objetivo de Pekín por invertir más en América Latina e ingresar en una nueva etapa en las relaciones. Uno de los primeros en acudir a la convocatoria en Santa Cruz fue el presidente de Cuba, Raúl Castro, que llegó el mediodía del viernes, al igual que el vicepresidente de Irán, Eshaq Jahangiri. Para las siguientes horas se aguarda la llegada de Cristina Kirchner (Argentina), Nicolás Maduro (Venezuela) Rafael Correa (Ecuador), Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), y José Mujica (Uruguay), entre otros. Además de la notoria ausencia de Xi Jinping, tampoco asistirá la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, entre la reciente inauguración del Mundial de Futbol y con protestas callejeras contra ese evento que han generado alarma en el Gobierno brasileño. Tampoco estará presente la mandataria chilena Michelle Bachelet, cuyo gobierno mantiene tensas relaciones actualmente con Bolivia por el diferendo marítimo que La Paz llevó a La Haya, ni Juan Manuel Santos, que compite el domingo por su reelección en la segunda vuelta de los comicios presidenciales en Colombia. La cumbre G77+China comienza a última hora del sábado con discursos del presidente boliviano, Evo Morales, y del secretario general de la ONU, que celebró el viernes su 70 cumpleaños en una comunidad del oriente boliviano que lo recibió con una tarta elaborada a base de harina de coca, producto tradicional en Bolivia. Previo a la inauguración se realiza una cumbre de los movimientos sociales a la que asistirían varios presidentes, entre ellos, Evo Morales y Nicolás Maduro, y que podría significar un explícito apoyo al presidente de Venezuela, que enfrenta desde hace meses protestas opositoras contra su gobierno.