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China convierte un hotel en sede de sus servicios de inteligencia en Hong Kong

HONG KONG.- Un hotel de cuatro estrellas con vistas a la bahía, en uno de los barrios comerciales de Hong Kong, es desde esta semana la sede de los servicios de inteligencia de China en el enclave. El MetroPark, de 266 habitaciones, pileta al aire libre, spa y gimnasio, acogerá temporalmente y al menos durante los próximos meses la Oficina de Protección de la Seguridad Nacional, que vigilará que el territorio autónomo cumpla escrupulosamente la draconiana ley de Seguridad Nacional impuesta por el gobierno de Xi Jinping en Pekín y que amenaza con poner fin al régimen de libertades del territorio.

Desde su nacimiento, la nueva institución es una de las más poderosas dentro de Hong Kong. Será la primera vez que los servicios secretos chinos puedan operar abiertamente en el territorio. No tendrá que responder ante ninguna autoridad de la antigua colonia británica: los tribunales locales no tienen jurisdicción sobre este cuerpo. No se les podrá interponer una demanda ni detener a sus agentes. Ni siquiera se podrá registrar sus vehículos.

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El organismo, en cambio, sí tendrá potestad para decidir qué casos son lo bastante graves para -también por primera vez- trasladar a un sospechoso abiertamente a la China continental para que sea juzgado allí.

La importancia del órgano de nueva creación en el Hong Kong sometido a la ley recién estrenada quedaba claro en la ceremonia de inauguración. Participaron la jefa del gobierno autónomo, Carrie Lam, y todo el elenco de sus predecesores en el cargo desde el retorno del territorio a la soberanía china, en 1997. También estaban los máximos representantes de Pekín: el flamante director de la oficina, Zheng Yanxiong, y el director de la oficina de enlace del gobierno central en Hong Kong, Luo Huining.

Además bloquearon la calle, frente al parque Victoria, el mayor del centro de Hong Kong y donde cada año, desde 1989, tiene lugar la única vigilia en recuerdo de la matanza de Tiananmen que se celebra en suelo chino. Es también el tradicional punto de partida de las manifestaciones del 1° de julio, el aniversario del retorno a la soberanía china y jornada habitual de protesta. Desde Victoria comenzaron también el año pasado muchas de las protestas contra China que paralizaron la ciudad y que precipitaron que China impusiera la nueva ley.

En la ceremonia, Zheng -conocido por su política de mano dura en las protestas de 2011 de los campesinos en la aldea de Wukan, en Cantón, sobre expropiaciones forzosa de tierra- aseguró que aunque hará cumplir la ley de manera estricta, no "infringirá los derechos e intereses legítimos de ningún individuo u organización".

Por su parte, Luo describió la nueva institución como la "salvaguarda de la seguridad nacional", y sostuvo que cuenta con el apoyo de los residentes que aman a China y a Hong Kong. "Los antiChina y quienes quieren desestabilizar Hong Kong no solo han estigmatizado la Oficina, sino que también han calumniado el sistema judicial y el Estado de Derecho en la China continental, en un intento de sembrar el miedo y preocupaciones innecesarias entre los residentes de Hong Kong", agregó.

La nueva ley, en vigor desde hace una semana y que ha enfrentado a China con diversos países occidentales, castiga el "terrorismo", el "separatismo", la "subversión" y la "confabulación con fuerzas extranjeras" con penas que pueden llegar a la cadena perpetua.

Con definiciones muy vagas de lo que constituye cada uno de estos delitos en su texto, la norma ha comenzado ya a dejar sentir sus efectos. Las bibliotecas públicas y las escuelas han comenzado a retirar libros sobre asuntos "sensibles"; muchos simpatizantes de las protestas del año pasado han borrado sus cuentas, o al menos su historial, en las redes sociales, y varios gigantes tecnológicos como Google o Facebook, han anunciado que suspenden su colaboración con el gobierno de Hong Kong para la entrega de datos de sus usuarios.

El Departamento de Educación también prohibió que el himno de las protestas, Gloria a Hong Kong, sonara dentro de las escuelas locales. "Se originó a partir de los incidentes sociales comenzados en junio del año pasado, contiene fuertes mensajes políticos y está muy relacionado con los incidentes sociales y políticos, incidentes violentos e ilegales que duraron meses", declaró el secretario hongkonés de Educación, Kevin Yeung.

© El País,SL