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Si China construye una base de espionaje en Cuba, a 90 millas de Florida, Biden debe retroceder | Opinión

¿Recuerda el globo espía chino que volaba sobre Estados Unidos a principios de este año, el que la administración de Biden dijo que había sido capaz de recopilar inteligencia antes de que Estados Unidos lo derribara frente a la costa de Carolina del Sur?

Ahora hay una nueva amenaza proveniente de China. Es mucho más evidente y está a solo 90 millas de distancia, en Cuba.

China está estableciendo una base de espionaje en Cuba, según información reportada por primera vez por el Wall Street Journal. Se centraría en los Estados Unidos y daría a las agencias de inteligencia chinas una forma de rastrear la comunicación electrónica en el suroeste de los EEUU, aunque la región cubierta incluiría el Comando Sur de los EEUU., en el condado de Miami-Dade, y otras instalaciones militares.

Esta cooperación entre China y Cuba, de ser cierta, es un nuevo paso agresivo en un problema creciente para los Estados Unidos. Si bien se considera que China es la amenaza más importante para Estados Unidos, así como su principal rival económico, está incursionando con fuerza en América Latina.

Esa ha sido una preocupación durante años. La guerra en Ucrania ha agregado una nueva fuente de tensión entre EEUU y China, con la preocupación de que China pueda proporcionar armas a Rusia que se cierne sobre todo.

China, no Rusia

Que este acuerdo secreto para crear una instalación de espionaje sea con China, no con Rusia, va en contra de las especulaciones recientes de que Rusia planeaba reabrir su base de espionaje en Lourdes, un pueblo cerca de La Habana. Eso se basó en parte en informes de funcionarios y diplomáticos rusos que viajaron a la isla. Los líderes cubanos también han apoyado la invasión rusa de Ucrania.

En medio de todo eso, la administración Biden ha estado trabajando para mejorar su relación con China, que alcanzó un nuevo mínimo después del incidente del globo espía.

Sin embargo, al mismo tiempo, existe una creciente preocupación entre los miembros del Congreso y el Departamento de Estado sobre la creciente presencia de China en América Latina y el Caribe.

China, como informó el Miami Herald, es el mayor socio comercial de América del Sur. Los acuerdos de libre comercio entre los países latinoamericanos y China son cada vez más comunes. La tendencia, hacia más acuerdos con China a las puertas de Florida, es clara.

Sin embargo, la elección de Cuba como socio de China no es tan sorprendente. China ya puede tener un puesto de escucha en Bejucal, un pueblo al sur de La Habana. Y la isla está desesperada por dinero en efectivo.

Rusia está sufriendo los costos de la guerra de Ucrania, pero China tiene dinero para gastar. Según se informa, pagará miles de millones de dólares a Cuba por la capacidad de establecer esta base de espionaje.

Estados Unidos debe responder

Entonces, ¿qué se puede hacer para mitigar esta amenaza, tan cerca de nuestra costa? El subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, el principal diplomático del Departamento de Estado para la región, calificó este momento como el “más desafiante” que ha visto en 30 años en el hemisferio. Esa es una campana de alarma a la que hay que prestar atención.

La administración Biden debe actuar con urgencia para ayudar a los gobiernos de la región a tener éxito para que no tengan que recurrir a China en busca de ayuda.

Al final, ayudar a otros países a ayudarse a sí mismos es la única salvaguardia real que probablemente funcione. Ese tipo de ayuda puede resultar contraproducente, como hemos visto tan a menudo en el ámbito de la política exterior.

Pero simplemente permitir que el paso audaz de China continúe sin responderle, enérgicamente, no es ninguna opción.