China acusa a EEUU de "bullying" comercial mientras entran en vigor nuevos aranceles

En la imagen, el presidente de EEUU, Donald Trump, sostiene un memorándum sobre tarifas a la propiedad intelectual en bienes tecnológicos procedentes de China, el 22 de marzo de 2018. REUTERS/Jonathan Ernst/File Photo/File Photo

Por Se Young Lee y Min Zhang

PEKÍN (Reuters) - Estados Unidos y China se impusieron nuevos aranceles el lunes, en una disputa comercial cada vez más amarga y con un previsible impacto en el crecimiento mundial, sin que ninguna de las dos mayores economías del mundo den señales de estar dispuestas a ceder.

Poco después de que los nuevos aranceles entraran en vigencia, China acusó a Estados Unidos de convertirse en un "bully (acosador) comercial" y dijo que intimidaba a otros países para que se sometan a su voluntad a través de medidas como los aranceles, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua.

Sin embargo, China también indicó que estaba dispuesta a reiniciar las negociaciones comerciales con Estados Unidos si las conversaciones están "basadas en el respeto mutuo y la igualdad", dijo la agencia Xinhua, citando el libro blanco sobre la disputa comercial publicado por el Consejo de Estado de China.

Los aranceles de Estados Unidos sobre productos chinos y las tarifas aplicadas como medida de represalia por parte de China sobre productos estadounidenses por 60.000 millones de dólares entraron en vigencia al mediodía en Asia, aunque el nivel inicial de los aranceles no era tan alto como se temía inicialmente. Los dos países ya aplicaron aranceles sobre bienes valorados en 50.000 millones de dólares a principios de este año.

Los productos chinos afectados con nuevos aranceles en EEUU incluyen aspiradoras para dispositivos conectados a internet, mientras que entre los productos estadounidenses gravados por China se encuentran el gas natural licuado y ciertos tipos de aviones.

Aunque un alto cargo de la Casa Blanca dijo la semana pasada que Estados Unidos continuará involucrando a China en un "camino positivo hacia adelante", ninguna de las partes ha señalado su disposición a una solución de consenso.

Esta fuente estadounidense dijo el viernes que no había una fecha establecida para la próxima ronda de conversaciones. El Wall Street Journal publicó que China, que acusó a Washington de ser poco sincero en las negociaciones comerciales, decidió no enviar al viceprimer ministro Liu He a Washington esta semana.

Los economistas advierten de que una disputa prolongada obstaculizará en última instancia el crecimiento, no solo en Estados Unidos y China, sino en el resto de las economías del mundo.

Las tensiones comerciales también han ensombrecido las relaciones entre ambas potencias en otros ámbitos.

China convocó al embajador de Estados Unidos en Pekín y pospuso las conversaciones militares conjuntas en protesta contra la decisión de Estados Unidos de sancionar a una agencia militar china y su director por comprar aviones de combate rusos y un sistema de misiles tierra-aire.

Las conversaciones comerciales que mantuvieron en Washington el mes pasado no produjeron ningún avance significativo.

Rob Carnell, economista en jefe de ING para Asia, dijo en una nota a clientes que, a falta de incentivos, Pekín probablemente aplazaría cualquier nueva negociación por el momento.

"Se vería como un gesto de debilidad tanto de cara a Estados Unidos como en el interior", dijo, y agregó que hay "estímulos suficientes en camino" para limitar el daño de los últimos aranceles sobre el crecimiento de China.

"La guerra comercial entre Estados Unidos y China no tiene un final claro a la vista".

China también podría estar esperando las elecciones de mitad de legislatura en Estados Unidos a principios del próximo mes para cualquier indicio de cambios en la postura política de Washington, agregó Carnell.

"Ante unas encuestas genéricas que favorecen a los demócratas, (China) puede percibir que el entorno comercial será menos hostil después del 6 de noviembre".

La administración de Estados Unidos impondrá aranceles del 10 por ciento sobre productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares, y los aranceles subirán hasta el 25 por ciento a fines de 2018.

Pekín fijó sus nuevos gravámenes sobre bienes estadounidenses por 60.000 millones de dólares, a tasas entre el 5 y el 10 por ciento, y advirtió de que respondería a cualquier aumento en los aranceles de Estados Unidos de manera proporcional.

El presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró el sábado la amenaza de imponer aranceles adicionales a los productos chinos si Pekín toma represalias, en línea con sus comentarios anteriores que apuntaban a que Washington podría imponer aranceles sobre prácticamente todos los productos chinos importados si la administración no se sale con la suya.

China importa muchos menos productos de Estados Unidos, lo que hace imposible unas represalias idénticas a todas las tarifas aplicadas por Estados Unidos.

Sin embargo, ha advertido sobre medidas "cualitativas" como represalia.

Aunque Pekín no ha revelado cuáles podrían ser esos pasos, directivos empresariales y analistas dicen que China podría retener las exportaciones de ciertos productos a EEUU o crear más trámites burocráticos administrativos para las empresas estadounidenses.

Algunos analistas dicen que también existe el riesgo de que China permita que su moneda se debilite nuevamente para amortiguar el golpe a sus empresas exportadoras.

(Información de Se Young Lee; información adicional de Yilei Sun; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)