Chile vuelve a encenderse por una ley sobre los fondos de pensión

SANTIAGO, Chile.- En medio de la tramitación en el Congreso de una nueva ley impulsada por la oposición que permitirá a la gente retirar el 10% de los fondos de pensiones para enfrentar la crisis económica, el clima de tensión social reflotó en Chile de la mano de protestas y una serie de disturbios que se desataron en las calles de varias ciudades durante la madrugada de hoy, pese al toque de queda interpuesto por la autoridad.

En la antesala de la discusión sobre la polémica normativa que se aprobó por 95 votos a favor, 36 en contra y 22 abstenciones, y avanzó hasta el Senado, donde finalmente se definirá si se convierte en ley, se contabilizaron más de 60 hechos de violencia y 61 detenidos, por diversos delitos como ataques a cuarteles policiales, saqueos a supermercados y barricadas.

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En el centro de la capital, además, se realizó un masivo cacerolazo y el eslogan "QuieroMi10xciento" proliferó en las redes sociales con críticas y apoyos, todo en medio de un debate que también monopolizó la discusión en los medios chilenos y el reporte actualizado de las cifras de la pandemia de coronavirus con 1712 casos nuevos y 117 fallecidos en las últimas 24 horas, y un total del 321.205 contagiados y 7168 decesos por Covid-19.

"Lo que busca esta violencia es amedrentar el proceso democrático y eso simplemente no es aceptable. Este es un punto de inflexión. Si la violencia va a ser la que se va a imponer por sobre la democracia, o si va a primar la democracia por sobre la violencia", dijo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, sobre los incidentes.

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Más de 3000 policías salieron a las calles a contener las protestas y los desórdenes que se concentraron en la región metropolitana, donde se registraron un 66% de los hechos denunciados. "Atacar los cuarteles policiales es atacar el derecho a vivir en paz y tranquilidad. Destruir la ciudad es destruir lo que construimos todos, el lugar donde nos desarrollamos nosotros y nuestros hijos", aseguró el director nacional de orden y seguridad de Carabineros, el general Ricardo Yáñez.

Tras el balance de las autoridades y el fantasma de un nuevo estallido social, el nerviosismo se instaló en el propio Congreso y en el Palacio de La Moneda, luego de que el gobierno realizara en los días anteriores a la votación un intenso lobby para convencer a los 13 parlamentarios de su propio bloque que apoyaron el retiro de los fondos para que rechazaran la medida.

De hecho, el propio presidente Sebastián Piñera intensificó su protagonismo y coordinó las negociaciones previas a la votación. Además, anunció que realizaría "una cirugía mayor" al sistema de pensiones chileno -cuestionado por más del 80% de los chilenos, según los últimos sondeos- y manifestó que su propósito era avanzar hacia un modelo "mixto".

"Nuestro compromiso es con un sistema previsional mixto, que asegure pensiones dignas para todos los chilenos, que tenga un pilar contributivo financiado con aportes y ahorros de los trabajadores y que pertenecen a los trabajadores, pero que también tenga un componente solidario", dijo Piñera.

La última apuesta del mandatario, en todo caso, fue el anuncio del fortalecimiento de un nuevo paquete de medidas enfocadas a la clase media. Además de créditos blandos, y subsidios, destacó un bono no reembolsable por 500.000 pesos (unos 45.000 pesos argentinos) para los trabajadores ocupados, suspendidos, cesantes, a honorarios y por cuenta propia que hayan sufrido mermas de 30% o más en sus ingresos. "El proyecto de retiro es sin retorno, no hay vuelta atrás, no es negociable ni intercambiable por ninguna otra medida", respondió Raúl Soto, de la bancada del opositor Partido por la Democracia, en una de las voces que resumió el rechazo generalizado a la última propuesta del gobierno.

Así, y bajo intensas negociaciones de pasillo y hasta acusaciones de "presiones indebidas" por parte de diputados del partido oficialista Renovación Nacional que elevaron la temperatura política del país, la Cámara de Diputados le asestó otro golpe al gobierno y terminó aprobando la reforma constitucional.

Además, se rechazó la creación de un fondo colectivo solidario que mitigaría la baja en las jubilaciones, pero la votación fue recibida con algarabía en algunos sectores de Santiago, donde incluso se escucharon bocinazos de vehículos a modo de festejo. La iniciativa pasará ahora al Senado, donde se requieren 26 votos para que sea aprobada. Hasta el momento, 24 parlamentarios de la oposición han confirmado que votarán en bloque a favor de la medida, y faltarían dos votos de miembros del oficialismo, lo que aumenta la incertidumbre sobre el futuro del proyecto de ley.

Golpeado por el resultado, el mandatario chileno convocó durante la tarde y de forma urgente un comité político de emergencia para analizar su nueva estrategia y alinear a todos los senadores de su sector.