Santiago de Chile tras la noche de furia: militarizada, entre escombros, con cacerolazos y sin subte

SANTIAGO.- Estaciones de subte destruidas, colectivos incendiados, decenas de locales comerciales saqueados y barricadas aún humeando en medio de las calles. La capital chilena amaneció resguardada por militares y con los santiaguinos intentando movilizarse para ir a sus trabajos, después del viernes de furia desatado por las violentas protestas ante el aumento del precio del subterráneo, principal eje de transporte de la ciudad y uno de lo más valorados de la región.

Luego de que en la madrugada el gobierno de Sebastian Piñera declarara el estado de emergencia en las provincias de Santiago y Chacabuco, un tenue sol dejó en evidencia la envergadura de los daños, mientras equipos de aseo intentaban retirar los escombros de las principales arterias viales.

Avanzada la mañana, y lejos de apaciguarse los ánimos, se realizaron diversos cacerolazos en varias zonas de Santiago. En el mismísimo frente del palacio de La Moneda se reunió un grupo de personas a protestar, pero un importante contingente de fuerzas especiales de la policía dispersó la incipiente manifestación.

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En Maipú, una de las comunas más grandes del país, lo que partió como una discusión vecinal sobre las motivaciones de las manifestaciones terminó en incidentes cerca de la estación de subte de la Línea 5 del Metro.

En tanto, el presidente Piñera se reunió con su comité político en La Moneda, en una cita que incluyó a la la ministra de Transportes Gloria Hutt. En las próximas horas se espera una declaración de su parte evaluando el desarrollo de la crisis que inicialmente se generó por el alza del pasaje del subte, pero que escaló hasta transformarse en respuesta de un descontento generalizado. La aparición en redes sociales del presidente chileno cenando en un restaurante mientras explotaba el conflicto también generó muchísimas críticas.

Balance

El designado jefe de la Defensa Nacional, Javier Iturriaga, realizó un primer balance de la jornada e informó que hubo 308 detenidos durante la noche del viernes. Hubo un total de 41 estaciones de subte con daños tras las manifestaciones y 11 denuncias de civiles lesionados.

"Hoy en la mañana la ciudad se ve en calma, sin embargo tenemos muchas tareas por hacer, no estamos tranquilos. Tenemos que tratar de que el lunes todos puedan volver al trabajo y hacer su vida normal", dijo el general en rueda de prensa.

"El Ejército estará en las calles mientras sea necesario y cuando lo disponga el Presidente", agregó el militar, que realizó un sobrevuelo en helicóptero por Santiago para evaluar la magnitud de los destrozos.

Carabineros, en tanto, informó que hubo 156 efectivos lesionados y 49 vehículos policiales que sufrieron daños.

Transporte

Con todas estaciones de subte cerradas durante el fin de semana, las autoridades implementaron una red colectivos paralelos para intentar movilizar a los miles de santiaguinos hacia sus lugares de trabajo, y que en la jornada de violencia debieron caminar varios kilómetros para regresar a sus hogares. Numerosas convocatorias -como festivales de música y corridas deportivas- también se suspendieron, a lo que se sumó la paralización de la fecha del fútbol profesional chileno.

Además, la intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, informó que se está evaluando la suspensión de las clases en las escuelas para este lunes.

En Valparaíso, en tanto, algunas estaciones del subte amanecieron con resguardo policial tras nuevos llamados a evasión masiva realizados por redes sociales.

"Los desórdenes empezaron algunos días atrás con casi inocentes acciones de estudiantes, de eludir el pago en el metro. Pero de a poco se fueron agregando incidentes mayores, la destrucción fue aumentando hasta llegar al viernes negro que vivimos. Es indudable que en la sociedad chilena existe un malestar acumulado, profundo y rabioso. Estalló el viernes. Por cierto, nadie puede estar de acuerdo con los actos de vandalismo. Son condenables desde todo punto de vista. Pero quedarse en ello, en el vandalismo es parcial", dijo a LA NACION Gabriel Gaspar, analista y diplomático chileno.