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Los chicles Bazooka dejaron en los niños españoles algo más que mandíbulas reventadas

Mucho antes de la llegada de los chicles Trident, antes incluso que los añorados Boomer, los chicles Bazooka causaban sensación entre la chiquillería española. Quienes vivieron su infancia entre los setenta y los ochenta recuerdan con nostalgia aquellos mazacotes que duraban mucho más de lo que hoy consideramos razonable.

Pero Bazooka era mucho más que un chicle y destacó sobre sus competidores gracias a los regalos que se podían conseguir y que giraban en torno a la figura de un popular personaje llamado Joe.

Chicles Bazooka a montones. Imagen vía Getty.
Chicles Bazooka a montones. Imagen vía Getty.

A pesar de la popularidad de la que gozó en España, los chicles Bazooka nacieron en Estados Unidos de la mano de la compañía Topps, que curiosamente tenía sus raíces en el negocio del tabaco.

Los Bazooka se promocionaban como los chicles que más duraban y con los que mayores pompas se podían hacer: y, en efecto, aquellos duros y densos masticables dejaban innumerables mandíbulas doloridas por el camino. Pero también dejaban algo mucho más importante: la afición por la lectura en los niños.

Y es que muchos chavales no compraban los Bazooka por el chicle en sí, sino por las tiras cómicas que traían y que fueron el gran acierto publicitario de Topps. Protagonizadas por Bazooka Joe y su pandilla, aquellas historietas fueron el primer contacto con la lectura que tuvieron muchos infantes de la época.

Tiras cómicas de
Tiras cómicas de "Bazooka Joe y su pandilla". Imagen vía todocoleccion.net

Cada vez hay más gente que opina que lo importante no es qué libro empiecen leyendo los niños, sino simplemente que lean y desarrollen el hábito. Es más probable que adquiera el gusto por la lectura un niño que haya disfrutado, por ejemplo, con Harry Potter que uno a quien le hayan forzado a leer La Celestina demasiado pronto. ¿Le debemos a Bazooka Joe toda una generación de ávidos lectores?

Y es que el éxito de Bazooka no se produjo solo en España, ya que en otros países como Argentina se convirtió en una de las golosinas favoritas de los niños. El personaje de Juanito Bazooka (que debía sonarles mejor que Joe) se recuerda aún con mucha nostalgia y hay quien colecciona incluso los clásicos chistes que incluían en su interior y que la marca no dudaba en usar como principal reclamo de sus spots de televisión.