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Cómo Charles Cullen mató a 29 pacientes en 16 años: la verdadera historia detrás de ‘The Good Nurse’

 (Netflix, Getty)
(Netflix, Getty)

Cuando el arresto de Charles Cullen llegó a los titulares por primera vez, se informó que el exenfermero estaba comiendo rollitos de primavera y cerveza con una amiga, “una cita” según la descripción de The New York Times, cuando los oficiales lo detuvieron. De hecho, la mujer no era una cita, sino Amy Loughren, una excompañera de trabajo de Cullen que había estado trabajando con los investigadores y, en última instancia, ayudó a las autoridades a arrestar y procesar a un enfermero asesino en serie.

Cullen trabajó durante 16 años en hospitales de Nueva Jersey y Pensilvania. Tras su arresto en diciembre de 2003, confesó haber matado a 29 pacientes, a menudo mediante sobredosis de drogas en varios de los centros de salud en los que trabajaba. El caso marcó uno de los más infames de asesinatos en serie en Nueva Jersey. También generó preguntas sobre el sistema que permitió a Cullen seguir ejerciendo, incluso aunque las personas seguían muriendo en circunstancias inesperadas bajo su cuidado.

Una versión dramatizada de los crímenes de Cullen es el tema de la próxima película de Netflix The Good Nurse. Eddie Redmayne interpreta a Cullen y Jessica Chastain a Loughren. Es la primera película en inglés del guionista danés Tobias Lindholm (cuyos créditos anteriores incluyen Another Round de 2020, protagonizada por Mads Mikkelsen, y A War, nominada al Óscar en 2015).

La película es una adaptación del libro de 2013 The Good Nurse: A True Story of Medicine, Madness, and Murder del periodista Charles Graeber. (En una reseña entusiasta del libro, Stephen King hizo referencia a la enfermera asesina en el centro de su propia novela Misery, y escribió: “¿Creías que Annie Wilkes era mala? Lee este escalofriante relato real de Charlie Cullen”. Tomando prestado de la característica jerga de Annie Wilkes, King agregó de Cullen: “Ese sí es un verdadero mocoso endiablado”).

Charles Cullen en la corte el 15 de diciembre de 2003 en Somerville, Nueva Jersey (John Wheeler/Getty Images)
Charles Cullen en la corte el 15 de diciembre de 2003 en Somerville, Nueva Jersey (John Wheeler/Getty Images)

Un pasado problemático

Nacido el 22 de febrero de 1960 en West Orange, Nueva Jersey, Cullen tuvo lo que le describió a Graeber como una infancia “miserable”. Su familia era de clase trabajadora y católica irlandesa; su padre murió poco después de que él nació y su madre murió cuando Cullen estaba en la escuela secundaria. Cullen se alistó en la Marina de los EE.UU., donde ocasionalmente mostró un comportamiento problemático y era conocido por ser reservado. Después de un intento de suicidio (uno de varios, según The New York Times), Cullen recibió el alta médica en marzo de 1984.

Cullen se matriculó en la escuela de enfermería en Montclair, Nueva Jersey, ese mismo año. Para financiar sus estudios, trabajó en una serie de franquicias de restaurantes; en Roy Rogers conoció a Adrianne Baum, con quien se casó en 1987, el año de su graduación. Como estudiante de enfermería, Cullen fue elegido presidente de la clase, un “puesto simbólico”, escribe Graeber en su libro, pero aún así especial, que convirtió a Cullen en el “hijo elegido” de su escuela.

A lo largo de su carrera, Cullen cambió de trabajo con frecuencia. The New York Times informó en 2004 que pasó por nueve puestos en un periodo de 11 años. Su primer trabajo de tiempo completo como enfermero fue en el Centro Médico St. Barnabas en Livingston, Nueva Jersey, donde, según una antigua compañera de trabajo, se sabía que era muy reservado. “Si le preguntabas, ‘¿Estás casado?’ o algo por el estilo, te respondía con una sola palabra'”, dijo Jeanne T. Hackett al New York Times para su artículo de 2004 sobre Cullen. “Recuerdo el día que vi su auto y dije: ‘Dios mío, ahora sé algo sobre Charlie Cullen: sé qué carro tiene’”.

Más tarde, los lugares de trabajo de Cullen incluyeron el Hospital Warren en Phillipsburg, Nueva Jersey; Morristown Memorial en Morristown, Nueva Jersey; y Liberty Nursing and Rehabilitation Center en Allentown, Pensilvania. “Trabajó en las unidades cardiacas y de cuidados intensivos, donde a menudo se espera la muerte, rodeado de los pacientes más graves, muchos de ellos inconscientes”, escribió The New York Times. “... A varios asesinos en serie médicos les parece agradable trabajar de noche, con los pacientes más enfermos”.

Eddie Redmayne como Charles Cullen y Jessica Chastain como Amy Loughren en ‘The Good Nurse’ (JoJo Whilden / Netflix)
Eddie Redmayne como Charles Cullen y Jessica Chastain como Amy Loughren en ‘The Good Nurse’ (JoJo Whilden / Netflix)

Su historial criminal

Se cree que la primera víctima de asesinato de Cullen fue John W. Yengo Sr., un juez de la ciudad de Jersey que murió en 1988 a los 72 años. Un obituario publicado en el momento de su muerte afirma que murió de “síndrome de Stevens-Johnson, una rara reacción alérgica”. Pero después del arresto de Cullen, resultó, como informó The Associated Press en 2004, que, si bien Yengo había sido ingresado en el Hospital St. Barnabas debido a una reacción alérgica, Cullen lo mató inyectándole una droga que detuvo su corazón.

“Siempre sospeché porque sucedió muy rápido”, dijo la hija de Yengo a la agencia de noticias en ese momento. “Sin saber otra cosa, asumí que fue la voluntad de Dios. Claramente no lo fue”.

En 1993, Helen Dean, de 91 años, paciente del Hospital Warren, se estaba recuperando de una cirugía de cáncer de mama cuando Cullen entró en su habitación, le pidió a su hijo Larry que se saliera y le puso una inyección. Al día siguiente, se enfermó gravemente, escribe Graeber en su libro, y murió de insuficiencia cardiaca.

Un examen post mortem realizado en 1993 no hizo pruebas para detectar la digoxina, una sustancia que luego resultó ser la que Cullen utilizaba con frecuencia en sus asesinatos. Se consideró que la muerte de Helen Dean fue el resultado de causas naturales, pero Larry Dean estaba convencido de que Cullen había matado a su madre. Larry murió en 2001, antes de que arrestaran al enfermero y revelaran sus crímenes. En 2004, el cuerpo de Helen Dean fue exhumado para realizar más pruebas. Cullen finalmente admitió haberla matado.

Cinco años más tarde, Ottomar Schramm, de 78 años, que sufrió derrames cerebrales, ingresó en el Hospital Easton después de aspirar alimentos en sus pulmones. Su hija Kristina Toth, según Graeber, recordó más tarde que un “hombre extraño” con una jeringa se llevó a su padre para hacerle “pruebas”. La salud de Schramm se deterioró de forma inesperada antes de mejorar. Los análisis de sangre revelaron niveles anormalmente altos de digoxina, a pesar de que no le habían recetado la sustancia. La salud de Schramm dio otro giro y murió unos días después, en diciembre de 1998. Su muerte inicialmente se consideró accidental. Cullen terminó declarándose culpable del asesinato de Schramm en 2004.

En 2003, el reverendo Florian Gall fue llevado al Centro Médico Somerset en Nueva Jersey con neumonía y sepsis. Aunque estaba gravemente enfermo y conectado a un ventilador, sus seres queridos esperaban que se recuperara, como lo había hecho durante episodios anteriores de enfermedad. Una mañana de junio, Gall sufrió un paro cardiaco y no lo pudieron reanimar. Su cuerpo fue exhumado después del arresto de Cullen, y Cullen finalmente se declaró culpable de matar al sacerdote inyectándole digoxina.

Incluso cuando a Cullen lo despedían de un trabajo, que fueron varias veces a lo largo de su carrera, lograba encontrar trabajo en nuevas instalaciones. En su análisis posterior del caso, The New York Times postuló que esto se debió principalmente a los sistemas de informes “frágiles” a nivel estatal y federal para los trabajadores de la salud, y porque “los empleadores con frecuencia se negaron a transmitir información negativa, incluso sobre personas a las que habían despedido, por temor a que el exempleado los demandara por calumnias”.

Una carta al editor publicada por el periódico en marzo de 2004 recalcó esta preocupación: “La dificultad para identificar a los profesionales que suponen un riesgo para los pacientes tiene su origen en un problema muy generalizado: quienes escriben las recomendaciones, ya sea para un empleo, un nombramiento de personal u otros puestos, creen con cierta justicia que se enfrentarán a litigios costosos y largos si dicen algo sobre su experiencia desfavorable con una persona”, escribió el pediatra David E. Knoop, miembro del Comité de Acreditaciones del Morristown Memorial Hospital.

En mayo de 2005, en respuesta a la noticia de los crímenes de Cullen, el entonces gobernador de Nueva Jersey, Richard J. Codey, firmó la Ley de Mejora de la Responsabilidad Profesional y la Denuncia de los Profesionales de Atención Médica, que establece nuevos requisitos y protecciones para que las personas y las organizaciones de la industria de la salud reporten a los trabajadores de la salud que podrían poner en peligro a los pacientes.

Si bien la vida profesional de Cullen transcurrió aparentemente sin interrupciones durante años, su vida personal fue tumultuosa casi sin parar. Los vecinos en entrevistas con los medios lo describieron como un solitario principalmente reservado, o como un hombre conocido por exhibir un comportamiento extraño y maltratar a su perro. “En medio de la noche, él salía a perseguir a los gatos, les gritaba y hablaba solo”, dijo un vecino a The New York Times, mientras que otro dijo que Cullen “hacía caras extrañas, como si estuviera muy enojado o pensando seriamente” cuando pensaba que nadie lo miraba.

Eddie Redmayne, Jessica Chastain, Amy Loughren y Tobias Lindholm asisten al estreno en el Reino Unido de ‘The Good Nurse’ el 10 de octubre de 2022 en Londres (Kate Green/Getty Images for BFI)
Eddie Redmayne, Jessica Chastain, Amy Loughren y Tobias Lindholm asisten al estreno en el Reino Unido de ‘The Good Nurse’ el 10 de octubre de 2022 en Londres (Kate Green/Getty Images for BFI)

El matrimonio de Cullen con Adrianne Baum terminó en divorcio. Ella lo presentó en enero de 1993, y citó como motivo “crueldad extrema”, según The Morning Call, un periódico que cubre el este de Pensilvania. En su demanda, lo acusó de abusar de los dos perros de la familia y de tomar represalias cuando ella se quejó de que él había apagado la calefacción en sus hogares, ya que en respuesta prendió la calefacción hasta llegar a niveles incómodos. En 1993, Baum llamó a la policía y presentó una denuncia por violencia doméstica contra su esposo; según Graeber, ella dijo que Cullen era alcohólico y que su forma de beber provocó situaciones peligrosas.

Fue una década después de su divorcio, en 2002, que Cullen comenzó a trabajar en el Centro Médico Somerset. Allí conoció a Amy Loughren, la enfermera que finalmente desempeñaría un papel fundamental en su arresto. Ella era “franca y honesta”, según Graeber, y “una sombra detrás de la cual Cullen podía ocultarse”. Los dos formaron una amistad laboral. En 2003, dos detectives que investigaban una serie de muertes sospechosas de pacientes en hospitales se pusieron en contacto con ella. Al consultar los registros del hospital, ella rastreó el modus operandi de Cullen y compartió sus hallazgos con los investigadores. Pero la evidencia siguió siendo circunstancial, y el mismo Cullen no hizo confesiones a los dos detectives. Entonces, en diciembre de 2003, los investigadores le pidieron a Loughren que se reuniera con Cullen usando un micrófono, con la esperanza de que lo hiciera hablar. Loughren le dijo a 60 Minutes en 2013 que cuando lo confrontó por los asesinatos, Cullen le dijo: “Quiero caer luchando”.

Noah Emmerich y Nnamdi Asomugha como los detectives Tim Braun y Danny Baldwin, y Jessica Chastain como Amy Loughren (JoJo Whilden / Netflix)
Noah Emmerich y Nnamdi Asomugha como los detectives Tim Braun y Danny Baldwin, y Jessica Chastain como Amy Loughren (JoJo Whilden / Netflix)

Cullen fue arrestado después de su almuerzo con Loughren, pero aún no confesaba. Los investigadores pidieron la ayuda de Loughren nuevamente. Viajó hasta la oficina del fiscal para hablar nuevamente con Cullen. “No fui muy honesta con él, y en parte, todavía me siento culpable. Lo estaba manipulando un poco”, reveló Loughren a 60 Minutes sobre esa conversación. “... Le dije que los investigadores también me estaban investigando, y ¿cómo podía él pensar que yo no iba a estar implicada de alguna manera? Recuerdo haberle dicho: ‘Entonces, ¿quién fue tu primera víctima? ¿Y fue hace mucho tiempo? ¿Fue reciente?’ Y empezó a hablar”.

Finalmente, según Graeber, Cullen confesó durante siete horas. Recibió 11 cadenas perpetuas en 2006 y permanece encarcelado en la prisión estatal de Nueva Jersey en Trenton. Loughren dejó la enfermería y ahora trabaja como hipnotizadora. Su participación en el caso se dio a conocer al público recién en 2013, con la publicación del libro de Graeber. En ese momento, Loughren nunca le había dicho a Cullen que ella era la informante cuyo trabajo condujo a su arresto.

The Good Nurse comenzó a transmitirse el 19 de octubre en Netflix en el Reino Unido y en los EE.UU.

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