El Atlético de Madrid ante la decisión más difícil: ¿renunciar a la Champions?

MADRID, SPAIN - JULY 19: (BILD ZEITUNG OUT) Marcos Llorente of Atletico de Madrid looks dejected during the Liga match between Club Atletico de Madrid and Real Sociedad at Wanda Metropolitano on July 19, 2020 in Madrid, Spain. Football Stadiums around Europe remain empty due to the Coronavirus Pandemic as Government social distancing laws prohibit fans inside venues resulting in all fixtures being played behind closed doors. (Photo by Alejandro Rios/DeFodi Images via Getty Images)
Photo by Alejandro Rios/DeFodi Images via Getty Images

El sábado 19 de julio, los jugadores del Fuenlabrada pasaron por el correspondiente test PCR antes del entrenamiento previo al viaje para jugar con el Deportivo en A Coruña. Un procedimiento rutinario en medio de la euforia de un equipo que de alguna manera se sabía en los “play-offs” de ascenso a primera: solo un punto le bastaría ante un equipo con escasas opciones de mantener la categoría. Todos los jugadores, técnicos y componentes de la comitiva fuenlabreña estaban bien: sanos, sin síntomas, nada de fiebre ni molestia alguna. Sin embargo, contra todo pronóstico, un jugador dio positivo esa misma noche.

Gran parte del problema que se montó a partir de ese momento fue pensar que bastaba con ir apartando las manzanas maduras. Un virus no funciona así. No este, al menos. Puede pasarse varios días en tu cuerpo, días durante los cuales sigues pudiendo contagiar a los demás, sin que tenga carga suficiente como para ser detectado en un análisis molecular, el más preciso que conocemos. Así, el sábado teníamos solo un positivo, que el domingo fueron dos, que el lunes por la mañana pasaron a cuatro, fueron ocho por la tarde, y al viernes siguiente, es decir, casi una semana después, ya había 28 positivos pese a haber seguido el protocolo de cuarentena durante todos esos días en Galicia.

Este proceso es habitual en un brote. No tiene por qué seguirse en el cien por cien de los casos, pero digamos que es bastante común: tenemos un positivo, vamos trazando contactos, algunos dan positivo desde el principio pero otros van acumulando negativos hasta que de repente el virus da la cara a la tercera o cuarta prueba. Por eso el protocolo del ministerio de Sanidad deja claro que los contactos de un positivo, por muy sanos que estén, deben guardar una cuarentena en torno a los diez días tras los cuales lo ideal sería hacerles otra prueba PCR que confirme el negativo.

El fútbol quiso ir deprisa y pasó lo que pasó. Aparte de la cantidad de contagiados y sus posibles secuelas -que eso es siempre lo primero a tener en cuenta- el Deportivo acabó indignado y en Segunda B... y el Fuenlabrada reprobado y sin play-off. Es un error que no puede repetirse y que sin embargo tiene la pinta de que va a hacerlo en muy poco tiempo con el Atlético de Madrid en la Champions League. Ayer, domingo, supimos de la existencia de dos positivos entre la comitiva que se preparaba para viajar a Lisboa a jugar esta especie de “Final a ocho” que ha montado la UEFA. Basta con ver el éxito (momentáneo, ojo) de la NBA para inferir que quizá los equipos deberían llevar ya más tiempo ahí en una especie de “burbuja”. Obviamente, hablo de los equipos como el Atlético de Madrid cuya presencia estaba garantizada desde marzo.

La idea, según el protocolo de UEFA, que, insisto, una vez más, va en contra de las directrices del ministerio de Sanidad sin que el ministerio de Sanidad haya salido a decir de momento “esta boca es mía”, es que se vaya apartando jugadores según vayan dando positivo y que el resto pueda seguir entrenando y jugando. Desde el punto de vista económico y deportivo, puede ser una salida respetable para acabar como sea la competición, satisfacer patrocinadores y calmar los ánimos de cientos de miles de aficionados. Desde el punto de vista sanitario, la decisión es un desastre.

Es aún muy pronto -este artículo está escrito el lunes 10 por la mañana- para saber la evolución del resto de compañeros de los dos positivos ya detectados. Puede que todo se dé bien y no haya ni un solo contagio más y el Atlético pueda jugar el jueves contra el Leipzig con su equipo de gala. También puede que no. Los protocolos de seguridad se hacen para tener en cuenta esas eventualidades. La normalidad nos la sabemos todos. El caso es que hay que ver si esos dos positivos han tenido contacto con el resto de la expedición, durante cuánto tiempo, en qué circunstancias, y empezar los tests diarios. Parece que la UEFA prefiere un método que no es exactamente PCR pero sí se basa también en la detección molecular. Bueno, mientras tenga garantías, no importa.

No es descartable, por el comportamiento del virus en la población mundial, que esos dos positivos sean tres hoy, cinco mañana y así sucesivamente. En ese caso, pensar que es segura la disputa del partido es absurdo. Hay jugadores que podrían dar positivo justo el mismo día del partido... o incluso el día de después, lo que colocaría al Leipzig en una situación muy peligrosa, al haber competido con un equipo en una condición epidémica anómala. Una posible solución sería aplazar el partido, pero la UEFA ya dejó claro en su momento que no iba a hacer nada de eso, que cada equipo se apañara sin sus positivos y que todo se iba a terminar según plazo. Aparte, los aplazamientos pueden dar a situaciones un tanto esperpénticas como la del propio Fuenlabrada, que acabó disputando su partido dos semanas después... y aun así con solo siete jugadores profesionales disponibles.

Lo que le queda al Atleti, pues, es cruzar los dedos. Tanta ciencia para esto. Cruzar los dedos, cerrar los ojos y confiar en que sean dos casos aislados. Es raro pero, insisto, podría ser. Otra opción sería disputar el partido con la segunda plantilla o con jugadores que, con toda seguridad, no hayan estado en contacto con ninguno de los dos positivos, cosa que, por supuesto, no va a pasar porque aquí nadie está pensando en la salud, está pensando en ganar. Uno no elimina al Liverpool en Anfield para rendirse ante un virus, ¿verdad?

Y, sin embargo, rendirse sería lo correcto. Renunciar a participar y pensar en otro año. No esperar ni a que lo diga la UEFA. En cuanto hubiera un tercer positivo, abandonar el sueño y resignarse de nuevo. Sé que no es justo para la afición del Atlético de Madrid pero hablamos de una pandemia que ha matado a más de 730.000 personas en todo el mundo y entre 25.000 y 50.000 solo en España. No es un juego. Lo que no tendría sentido es estirar la cuerda hasta acabar todos encerrados en un hotel del Barrio Alto, esperando que venga Tebas o quien sea a rescatarlos. El margen es el que es: un positivo más. Todo lo que se haga a partir de ese tercer positivo con la intención de disputar el partido como sea sería un empeño absurdo.

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