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El lado oscuro de 'Chachita': la difícil personalidad que camuflaba su imagen entrañable

Hace cinco años que falleció Evita Muñoz, 'Chachita', a consecuencia de un paro cardíaco derivado de una neumonía a los 79 años de edad, siendo posiblemente la única actriz mexicana que logró permanecer vigente durante toda su carrera, apareciendo en diversas películas, obras teatrales, telenovelas y series, como actriz infantil, adolescente, adulta, madura y adulto mayor, habiendo compartido escena con figuras como Jorge Negrete, Pedro Infante, Silvia Pinal, Manolo Fábregas, Gloria Marín, Sara García y muchos más.

No solo fue famosa por su debut desde niña, sino también por su versatilidad: podía cantar, bailar, hacer comedia y llorar de una manera tan convincente que afectaba profundamente al público —basta ver su aparición en la trilogía de 'Pepe el Toro', que protagonizó al lado de Infante, donde encarnaba a 'Chachita' (Ismael Rodríguez, el director, sintió que era mucho más fácil usar el nombre con el que el público ya la conocía).

El que desarrollara una carrera tan amplia la ayudó a conocer todas las áreas del oficio, pero nunca se animó a dirigir —decía que era un medio muy competido y machista el de la dirección, tanto de cine como de televisión—, aunque intervino con frecuencia como guionista o co-guionista en el programa de comedia 'Nosotros los Gómez' que se transmitió ininterrumpidamente a lo largo de tres años y medio por el canal de las Estrellas los martes a las 8:30 de la noche, acompañada de Freddy Fernández, 'El Pichi', otro exactor infantil que fue su compañero en algunas películas de su juventud, y con quien tenía buena química.

Sin embargo, fue precisamente durante las grabaciones de esta serie que se empezó a ser vox populi que la imagen candorosa y simpática de los personajes de 'Chachita' en la ficción no coincidía necesariamente con la personalidad de la intérprete en la vida real, algo que no suele ser raro, aunque lo que desconcertaba era que se trataba de un contraste demasiado grande entre ella y sus personajes tan célebres.

Así, miembros del staff del programa y algunos compañeros actores —curiosamente hoy todos los que interpretaban a los hijos de la familia Gómez están retirados del medio: Elsa Nava, que era María, la primogénita, Arturo Adonay, que era Alfredo, el hijo mayor, Alejandro Schaar, Claudia Ivette (que salía en 'Burbujas' antes), Felipe Lara y Marisol Mijares—, así como maquillistas, vestuaristas y ejecutivos, recuerdan a una 'Chachita' muy diferente.

"Era sumamente perfeccionista", recordaría una de las exactrices que hizo de hija suya en la serie, que pidió mantener su anonimato. "Y exigía que todo fuera a su gusto, tanto en la escena, como en los ensayos y hasta en nuestro comportamiento con ella: aunque hiciéramos de sus hijos, teníamos que hablarle de usted por respeto y así lo ordenaba y casi no convivía con nosotros, dedicada a revisar los guiones hasta el último detalle. Y que quedara claro que aunque se titulaba 'Nosotros los Gómez', la estrella principal, la protagonista, era ella. Se escribía personajes para interpretar ella misma, además del que ya tenía como la mamá; exigía una réplica perfecta y podía llegar a ser tan exigente, que a veces hacía llorar a los más pequeños o frágiles en el reparto o en el staff. Podía ser incluso altiva hasta con sus hijos o su esposo, que era el productor ejecutivo, si algo no le parecía y no se cortaba para imponer su voluntad."

Además, tenía otras particularidades. "No le gustaba que le pidieran autógrafos, y pedía que los extras o actores muy menores no se le acercaran ni le hablaran a menos de que ella les dirigiera la palabra. Podía decirse que era algo prejuiciosa y como tenía poder en el programa, tomaba actitudes de diva que ni Silvia Pinal, que sí era diva y llegó a aparecer en el programa porque eran camaradas, tenía. Doña Silvia era mucho más amable en general."

Otro detalle que se filtró era que, precisamente como era su programa, la actriz tenía un termómetro moral muy específico acerca de quién podía y quién no actuar en él. "Cuando Elsa (Nava), que hacía el papel de la hija mayor del matrimonio Gómez hizo una película, como al año de haber debutado el programa, en la que hacía un desnudo y una escena de sexo, la señora montó en cólera —no le podíamos decir 'Chachita', ni Evita. Le teníamos que decir señora— y ordenó que saliera Elsa del programa. Así que, para que no fuera tan abrupto, le escribieron que se casaba y la sacaron de la trama, reduciéndola a apariciones especiales de vez en cuando. Pero la señora no le perdonó nunca que "hubiera ofendido" al programa por salir "encuerada" en el cine y Elsa ya no volvió a trabajar en televisión porque la señora la bloqueó. Ella era así, quería incluso mandar en nuestras vidas."

Este deseo de control no solo se limitaba a la TV. Una de sus vecinas en la privada en el elegante suburbio residencial de Ciudad Satélite en el que vivió toda su vida de casada hasta su muerte, la recuerda como una vecina muy particular. "No le gustaba que los vecinos de las casas aledañas dieran fiestas. Solía llamar patrullas o acusar a los adolescentes. A mis hijos los espiaba y me llamaba: '¿Sabe usted a qué hora llegaron sus hijos anoche, señora?'. Al principio yo lo toleraba, pero llegó a ser insoportable y terminé por colgarle cuando llamaba o autorizando a mis hijos a dar fiestas grandes a las que invitábamos a sus hijos, que no tenían la culpa del carácter amargado de su mamá, y eso la ponía de muy mal humor, lo cuál era en cierta forma, el punto".

Cuando en 1990 desapareció 'Nosotros los Gómez', Evita Muñoz se tomó cuatro años de descanso y luego se incorporó a las telenovelas, en las que habitualmente encarnaba a la abuela abnegada, pero siendo tan buena actriz, era fácil que pudiera esconder esta personalidad que mantenía a raya para no afectar su imagen entrañable, aún si estaba muy lejos en realidad de ser así.

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