La cerámica de Miquel Barceló se exhibe por primera vez en Londres

Londres, 9 dic (EFE).- Las cerámicas del artista balear Miquel Barceló llegan por primera vez a Londres, tras hacer el "pequeño milagro" de "pasar por el horno y sobrevivir al fuego de mil grados”, en la exposición "Ceramics" de la Galería Thaddaeus Ropac, que se podrá ver hasta el próximo 5 de febrero.

Las obras están hechas con arcilla de su Mallorca natal, un vínculo con la tierra y la naturaleza que queda reflejada también en la paleta de colores que visten sus piezas, dominada por los terrosos, verdes y azules. “Trabajar con la tierra que tienes bajo los pies”, recalca a Efe Miquel Barceló en la misma exposición londinense.

Sin embargo, más allá del aspecto romántico, Barceló también se esmera en revelar otra cara de la moneda de esta misma tierra, más crítica con la explotación urbanística: “Ha servido para fabricar los ladrillos con los que han construido las atrocidades que recubren todo el Mediterráneo”.

Él mismo ha sido testigo de esa transformación urbanística, ya que nació en la localidad mallorquina de Felanitx en 1957, “antes de que hicieran los hoteles para el turismo”. Ahora, combina su raíces con París, un equilibrio en el que, en sus palabras, encuentra algo que le “funciona”.

“A las otras ciudades fui de casualidad, pero a París fui porque me gustaba”, afirma, aunque, matiza, todavía no sabe muy bien por qué, dada su poca simpatía por los parisinos. “Me caen mal y todo, pero me gusta París”, admite.

Artista polifacético, Barceló ve la pintura y la cerámica –con reticencias a llamarla “escultura”– como dos aspectos de un mismo arte. “Es una forma distinta de pintar, como la acuarela y el óleo”, teniendo en cuenta, eso sí, que las piezas de arcilla han pasado por el fuego, sobreviviendo a un horno de mil grados.

“Se transforma y a veces mejora, ¿verdad? Los cuadros, si pasan por el fuego, ya no salen”, relata, hecho por el cual califica las piezas de cerámica de “pequeño milagro”, con “muchos accidentes” sufridos a sus espaldas.

Accidentes que, en las once obras de la exposición "Ceramics", son perceptibles en las grietas, aperturas y formas irregulares que moldean sus siluetas.

En las obras son constantes los guiños a la fauna y flora, como las divertidas bocas de pez que sobresalen de la pared de la piezas "Peix que Fuig" y "Tort i Caproig", los caballos al estilo de pintura rupestre de "Les Petit Chevaux de Tarquinia" o el aspecto de cactus de "Rhododendron".

“A menudo la cerámica es una caricatura de mi pintura porque me sirve para hacer otra cosa. Es decir, cuando voy al taller de cerámica suelo desprenderme de mis cuadros de esta forma. Y también me sirve para experimentar cosas que después haré en los cuadros”, explica.

A pesar de que la pandemia afectó a algunas exposiciones, como el retraso y cierre temporal de su exposición Metamorfosis en Málaga, en el Museo Picasso, Barceló describe la pandemia como un momento “perfecto” para un pintor, ya que “no te molesta nadie” y uno se puede quedar solo en casa trabajando.

“Mi exmujer decía que el confinamiento daba nombre a lo que era mi actividad normal, simplemente que alguien lo había bautizado”, bromea, sin dejarse de preocupar por aquellos a quienes la pandemia les ha puesto en situaciones difíciles.

Fue un prolífico confinamiento para el artista que, encerrado en su casa de Artà, en Mallorca, trabajó en varios libros, como la ilustración con acuarelas de “La metamorfosis” de Kafka, publicado bajo el título de “La Transformación” por Gallimard y Galaxia Gutenberg.

Por Clàudia Sacrest

(c) Agencia EFE