El centro de Israel, alcanzado por un misil disparado por los rebeldes hutíes de Yemen

Bomberos apagan un fuego en Lod, en el centro de Israel, causado por un disparo de misil desde Yemen, el 15 de septiembre de 2024 (Menahem KAHANA)
Bomberos apagan un fuego en Lod, en el centro de Israel, causado por un disparo de misil desde Yemen, el 15 de septiembre de 2024 (Menahem KAHANA) (Menahem KAHANA/AFP/AFP)

Un misil disparado por los rebeldes hutíes de Yemen cayó el domingo en el centro de Israel, sin causar víctimas pero atizando las tensiones en Oriente Medio, casi un año después del inicio de la guerra en Gaza.

Los rebeldes hutíes de Yemen ya habían lanzado otros ataques contra Israel en solidaridad con los palestinos desde que estalló la ofensiva israelí en la Franja de Gaza tras el letal ataque de Hamás el 7 de octubre.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que los rebeldes pagarán "un alto precio" tras su "intento de hacer daño" a Israel.

Un misil tierra-tierra "disparado desde Yemen" cayó en un área abierta sin causar heridos, indicó el ejército israelí. El misil "probablemente se desintegró", aseguró.

"La conclusión del examen del misil muestra que el objetivo fue alcanzado por un interceptor, lo que provocó su fragmentación, pero no fue destruido", precisó el domingo a la AFP un responsable del ejército.

Los hutíes afirmaron por su parte que el ataque, llevado a cabo con "un nuevo misil balístico hipersónico", iba dirigido contra una posición militar en Jaffa, una ciudad portuaria cerca de Tel Aviv. Según su jefe, Abdel Malek al Huti, el misil "atravesó" las defensas israelíes.

"El enemigo israelí debe esperar nuevos ataques", advirtieron.

Hamás celebró el ataque de los rebeldes yemeníes, afirmando que Israel "no estará en seguridad hasta que detenga su brutal agresión" en la Franja de Gaza.

El ataque de los hutíes muestra los "límites" de las defensas israelíes, declaró más tarde Osama Hamdan, un responsable del movimiento islamista palestino.

La policía israelí reportó la caída de "un fragmento de un misil de intercepción" en la región de Shfela, en el centro, que no causó heridos.

Las sirenas se activaron en el centro de Israel antes de la llegada de los misiles y muchas personas se apresuraron hacia los refugios en la región de Tel Aviv.

- "Inevitable" -

Los rebeldes hutíes lanzaron en julio un ataque con dron contra Tel Aviv, en el que murió un civil.

Como represalia, Israel bombardeó el puerto yemení de Hodeida, controlado por los hutíes. El jefe de los rebeldes afirmó entonces que era "inevitable" una respuesta a ese ataque.

Los hutíes pertenecen al llamado "eje de la resistencia" de Irán, que incluye grupos respaldados por Teherán en Irak, Siria y Líbano.

Desde noviembre, los hutíes han lanzado una oleada de acciones contra buques vinculados a Israel en el golfo de Adén y el mar Rojo, perturbando el tráfico marítimo en esta zona estratégica para el comercio mundial.

En solidaridad con los palestinos, al igual que los hutíes, el Hezbolá libanés abrió un frente en la frontera con Israel, intercambiando disparos casi a diario desde octubre.

Decenas de miles de personas fueron desplazadas de ambos lados de la frontera.

"Haremos todo lo necesario para que nuestros habitantes vuelvan a casa en seguridad", declaró el domingo Netanyahu.

"El 'statu quo' no puede durar. Hay que cambiar el equilibrio de fuerzas en nuestra frontera norte", añadió.

- "Gran capacidad" -

En el terreno, el ejército israelí continúa su ofensiva en la Franja de Gaza, donde se registraron nuevos bombardeos aéreos.

Al menos 35 personas murieron este fin de semana en todo el territorio palestino, según balances del Ministerio de Salud de la Franja, la Defensa Civil, la Media Luna roja y fuentes médicas.

La guerra estalló el 7 de octubre con el ataque de Hamás en el sur de Israel, que provocó la muerte de 1.205 personas, incluyendo los rehenes muertos o asesinados en cautividad, según un recuento de la AFP con base en datos oficiales israelíes.

Los comandos islamistas secuestraron ese día a 251 personas, de las que 97 siguen retenidas en Gaza, y de las que 33 han sido declaradas muertas por el ejército israelí.

Este último anunció el domingo que es "muy probable" que tres rehenes muertos en Gaza en noviembre fallecieran debido a un bombardeo israelí cuando estaban retenidos "en un complejo subterráneo" desde donde operaba "el comandante de la brigada norte de Hamás, Ahmed Ghandur", que también murió en ese bombardeo.

La campaña militar de represalia de Israel contra la Franja de Gaza deja por el momento 41.206 muertos, según el Ministerio de Sanidad de este territorio gobernado por Hamás.

La guerra ha provocado una catástrofe humanitaria y el desplazamiento de casi la totalidad de los 2,4 millones de habitantes del enclave.

Pese "a los mártires y los sacrificios", Hamás tiene una "gran capacidad" para continuar la guerra, afirmó Osama Hamdan el domingo, acusando a Washington de no ejercer "una presión suficiente" a Israel para detener la guerra.

Los países mediadores -Estados Unidos, Catar y Egipto- intentan negociar un alto el fuego y un acuerdo para canjear rehenes y prisioneros entre Israel y Hamás, pero las conversaciones están en punto muerto.

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