La Cenicienta en el Teatro Colón: cuando el ballet le saca partido al amor y al humor

Un argumento que no precisa introducción, temas universales que arrancan interpretaciones emocionales (del amor y del humor) y una versión que se festejó como novedad aunque se trate de una obra que conocemos casi desde antes de aprender a hablar. La Cenicienta que en octubre pasado estrenó el Ballet Estable volverá a verse este domingo en los canales digitales del Teatro Colón, con una pareja de primeros bailarines de la casa (Macarena Giménez y Maximiliano Iglesias) que comparte su protagonismo con las hermanastras feas, torpes y malas que son baluartes de esta versión (Paulo Marcilio y Julián Galván) y un bufón (Jiva Velázquez) cómplice del príncipe para el éxito del baile.

De estilo británico, pero con sello propio, el coreógrafo de Ben Stevenson no deja afuera ningún elemento del cuento. En su momento, la obra trajo al país a los visitantes Marcelo Gomes y la étoile de la Ópera de París Dorothée Gilbert, que le dieron a la puesta la estilizada elegancia de sus figuras, pero en el cuerpo de los locales se destaca la química de su conexión. Giménez e Iglesias se verán ahora como dos espectadores más desde el living de su hogar, donde forman con Emma, de 3 años, una familia que atraviesa una desafiante temporada teñida por la pandemia.

"Nadie se imaginaba cuánto iba a durar esto, así que a medida que fueron pasando los meses cambiamos la forma de entrenarnos; hoy en día tomamos la clase de la compañía por Zoom y, luego, cada uno tiene su entrenamiento aparte, porque en casa, con el piso y el espacio inadecuados, es muy difícil estar al cien por cien. Tratamos de mantenernos en el mejor estado y combinarlo con la logística familiar, que tampoco es fácil", cuenta Giménez.

En este contexto, agrega, ver las transmisiones de las funciones de la compañía es inspirador y da esperanza, mientras esperan con ansias la primera señal para poder volver al teatro. "Esta obra tiene varios factores interesantes: una parte teatral súper amplia para todos los personajes; la música [de Prokófiev] maravillosa, en la que cada paso y cada mímica está en una nota; y los momentos más importantes del ballet (el zapatito, la calabaza, etc.) tienen efectos que hacen que no se pierda la esencia de La Cenicienta.

PARA AGENDAR

La Cenicienta, en versión coreográfica de Sir Ben Stevenson por el Ballet del Teatro Colón, con dirección de Paloma Herrera, y la Orquesta Estable del Teatro Colón, dirigida por Jesús Medina. Domingo 27, a las 20, en www.teatrocolon.org.ar/culturaencasa, Youtube; Instagram y Facebook