En la CDMX, policías especializados en género advierten limitaciones: “Queremos hacer más, pero el sistema está corroído”

Cuartoscuro
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“Sí las cuidamos, aquí estamos y estamos a la par, estamos preocupadas, luchamos desde nuestra trinchera para que ellas estén sanas y salvas. Quisiéramos hacer más pero nuestro sistema nos limita (…) el sistema está corroído, frenado, está contaminado… luchamos contra corriente”, responde ‘Ana’, una mujer policía con más de 10 años de experiencia, al preguntarle qué le decía a las miles de mujeres que corean: “¡La policía no me cuida, me cuidan mis amigas!”.

Hace tres años, en noviembre de 2019, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, activó la alerta de género en la CDMX y anunció 11 acciones para prevenir y atender a las mujeres víctimas de violencia de género en la capital, entre las que estaba la activación de la Unidad Especializada en Violencia de Género de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Esta tenía el objetivo de atender a mujeres policías violentadas por elementos de la misma corporación, así como a mujeres civiles que hayan sido abusadas por policías.

En tres años, al corte del 28 de febrero pasado, esta unidad ha atendido 987 denuncias que han concluido en 380 policías sancionados, 141 de ellos destituidos y con la imposibilidad de servir en otra corporación.

A decir de Marcela Figueroa, subsecretaria de Desarrollo Institucional de la SSC, si bien no se puede cuantificar la disminución de los delitos de abuso por parte de policías en contra de mujeres policías y civiles, porque “los delitos de género funcionan de una manera completamente diferente al resto de los delitos”, la unidad ha demostrado su efectividad y, al ser dependiente del área de Asuntos Internos, se garantiza la continuidad de su labor.

“¿Ya se acabó el acoso? Por supuesto que no, nadie dice eso”, reconoció.

Sin embargo, la historia es otra cuando se habla de otro proyecto de la SSC, en concreto, cuando se habla de los 151 policías que, de la mano de la Secretaría de las Mujeres (Semujeres), se han especializado en la atención de mujeres víctimas de violencia de género entre la población general de la CDMX.

Animal Político recolectó testimonios de policías mujeres y hombres que recibieron esa especialización y que fueron enviados a laborar en alguno de los 15 sectores prioritarios de la CDMX. Los agentes enumeraron las barreras a las que se han tenido que enfrentar, incluso, tener que pagar para que se les asigne una patrulla para atender emergencias y dar seguimiento a los casos de mujeres violentadas.

“Es una frustración terrible”

‘Ana’ —se usa un pseudónimo para resguardar su identidad— es de los 151 policías hombres y mujeres que fueron especializados para la atención de mujeres víctimas de violencia de género.

Cursar el diplomado que se impartió para obtener el distintivo morado con la leyenda “Policía Especializada en Atención a Violencia de Género” nunca fue una obligación ni una instrucción de algún superior. ‘Ana’ cuenta que se abrió una convocatoria para cursar el diplomado y conformar una unidad, por lo que decidió inscribirse.

Hace un año, cuando se graduaron las dos primeras generaciones (109 elementos en total), ella y las demás personas fueron enviadas a 15 sectores prioritarios en la CDMX. “Parece que es donde más denuncias (de violencia de género) había según las llamadas al 911”, dice. Sin embargo, al llegar a su nueva encomienda, vio que no era lo que esperaba.

No había condiciones para ejercer la especialización y la falta de programa y orden de mando hizo que cada jefe de zona decidiera cuál sería su trabajo, ya que para sus jefes inmediatos significaron un elemento adicional al que podían mandar a cuidar tiendas de conveniencia o a puntos pie tierra, sin que tuvieran posibilidad de atender a mujeres violentadas.

“No es que me moleste que me manden a un Oxxo, sino que yo estoy escuchando (por el radio) que salen emergencias referentes a mujeres que están denunciado violencia y no las estoy atendiendo… Esa es mi obligación y por eso mi molestia”, subraya.

“La unidad (para atender a la población general) no existe, fue un proyecto fallido porque cuando tú trabajas bajo órdenes, como nosotros en la policía, se requiere que tengas mandos y que estos mandos tengan preparación, capacitación y conocimientos del trabajo que tú vas a realizar y más cuando se trata de un trabajo tan sensible como dar atención a una mujer que es víctima; pero no, a nosotros nos mandaron bajo el mando del director que está en el sector y obviamente el director no tenía idea de qué hacer con nosotros, sin conocimiento de qué es la atención con perspectiva de género, no saben ni qué es la perspectiva de género”, reprocha.

Su caso no es el único. ‘Susana’ y ‘Juan’, policías especializados en género y a quienes también se les cambió el nombre, cuentan que en los sectores a los que los enviaron padecen lo mismo, pues los envían a cuadrantes específicos donde deben hacer rondines y atender emergencias. Sin embargo, si la denuncia de una mujer violentada se presenta en otro cuadrante —sin importar que estén cerca— no pueden acudir porque en caso de hacerlo reciben sanciones como el arresto.

A esto hay que agregar la falta de materiales, insumos e infraestructura para realizar sus labores, incluso, patrullas.

“Hay que hablar de la corrupción, porque para sacar una patrulla hay que dar dinero, 250 pesos por turno. Es una corrupción terrible, no te la imaginas (…) nos decían que no querían que trabajáramos porque les subíamos la incidencia porque si apoyábamos a la víctima iba a denunciar… ¡pero le vas a salvar la vida a una mujer, carajo, no estás consciente de que están matando a 10 mujeres por día! Es una frustración terrible”, dice ‘Ana’ entre lágrimas.

‘Susana’, en tanto, cuenta que algunas veces en las que no tuvo patrulla, en taxi o transporte público acudió a dar seguimiento a las víctimas en su sector, pero tuvo que dejar de hacerlo porque para ella también significa un riesgo.

“En algún momento con mi compañera lo hicimos, pero la verdad lo único que hacíamos era ponernos en riesgo porque si nos pasaba algo la institución iba a decir ‘a ver, si yo te mandé a tal lugar, qué carambas haces en otro’, y pues se podía prestar a muchas interpretaciones que preferimos evitar”, explica.

“Cuando me dan una unidad, dedico el 100% de mis turnos a atender a las víctimas de violencia. Desde temprano hacemos nuestras visitas que a veces son interrumpidas por algunas emergencias y hacemos el acompañamiento, pero si no me dan una unidad no hago nada de género”.

Antes de la entrevista, había sumado 15 días consecutivos sin poder dar atención a mujeres víctimas de violencia porque no le habían asignado una patrulla.

“Yo no pago por la patrulla, ¿por qué tengo que pagar por trabajar?”, cuestiona, así que a través de mensajes de WhatsApp y algunas llamadas telefónicas es como ha podido dar seguimiento a los casos que ha atendido en los últimos meses.

“Nos hablan y nos piden que vayamos y pues ‘discúlpeme, no tengo unidad’”.

“No sé a qué se refieran”

Cuestionada sobre los señalamientos de policías especializados en género, la subsecretaria Figueroa afirmó desconocer la situación.

“Me parece raro que digan que no pueden hacer su función, digo, yo creo que es un tema de la policía y en cualquier área de gobierno siempre vamos a querer tener una mejor computadora, tener otra patrulla… la función se tiene que hacer, cuando llamas al 911 llegamos sí o sí, no sé cómo, pero llegamos y en estos casos igual; entonces, me parece raro que lo comenten así”, dijo.

Incluso, compartió el caso de un agresor que arrojó a una mujer de su vehículo en movimiento.

Según la funcionaria, al llegar al Ministerio Público el delito se clasificó como violencia familiar, y fue gracias a los policías especializados que se logró que la Fiscalía de Feminicidios atrajera el caso y se reclasificara el delito.

“Es personal especializado (…) que está destinado a lo que nosotros decimos que son sectores prioritarios de atención y pues no sé la verdad a qué se refieran, porque atendemos a diario un montón de este tipo de emergencias”, insistió la subsecretaria Figuera. “Las atenciones se dan; entonces, me parece extraño, sinceramente”.

De acuerdo con la funcionaria, se espera que este año se pueda lanzar una nueva convocatoria para continuar especializando al personal en la atención a mujeres víctimas de violencia de género, por lo que las autoridades apuestan a que en 2023 se lleven a cabo dos diplomados y no solo una edición como se hacía antes.

Con quienes están próximos a graduarse, se alcanzaría un total de 240 policías especializados.

Figueroa reconoció que es poco personal, si se compara con los 90 mil 671 elementos que tenía la SSC hasta 2021.

“Son pocos, necesitamos más, por eso vamos a seguir (capacitando) y este año esperamos hacer una cuarta generación antes de que termine el año”, sostuvo.

“Este personal es muy importante, ha hecho buena mancuerna con la Secretaría de las Mujeres… la verdad es que ha tenido muy buenos resultados en términos de cómo cambia la visión de atención cuando tenemos a una persona especializada en atender a una víctima y lo que esa víctima necesita más allá de las denuncias”.

Aunque no compartió datos específicos sobre las atenciones brindadas por este personal especializado, Figueroa dijo que desde el 25 de julio de 2022, cuando se puso en marcha la Línea *765 SOS Mujeres, se han recibido 54 mil 312 llamadas de emergencia.

La SSC ha realizado 40 mil 407 atenciones por violencia contra las mujeres; de estas, 2 mil 351 fueron remisiones al MP y hubo 2 mil 452 detenidos.

Descartan creación de nueva unidad

De acuerdo con los testimonios recabados entre policías especializados, la creación de una unidad que tuviera estructura y tareas claras sería más funcional en comparación de cómo están trabajando actualmente: bajo órdenes de directores de sector quienes desconocen, minimizan y obvian la importancia de la atención a las víctimas con perspectiva de género.

“No hay una estructura, sí, ya se dio la indicación, pero a los directores se les tiene que decir cómo hacerlo porque es algo nuevo, es algo inédito (…) entonces, tienes que decirle a cada director que le asigne una patrulla a esa célula, que a esos elementos no los pongas en una guardia, les tienes que dar radio para que atiendan e instruirles a los otros policías que lleguen al apoyo y que ahí estén hasta que lleguen los especialistas”, explicó ‘Juan’, policía especializado en género de la SSC.

En el ideal, todos los policías deberían saber atender a víctimas de violencia de género. Sin embargo, se trata de un objetivo que aún está lejos de alcanzar por lo que ‘Juan’ pidió que se instruya a los directores de sector sobre el trabajo de los policías especializados y que se les den los insumos necesarios.

“Si pasa algo, yo voy a ser el responsable, a mí me van a fincar cargos a mí”, subraya.

Cuestionada sobre la posibilidad de crear una unidad específica de género para atender a la población en general, la subsecretaria Figueroa descartó la posibilidad porque, tras un análisis hecho previamente, se concluyó que no es funcional.

“Depende de cómo lo veas porque cuando concentras todo en una unidad tiene sus pros y también sus contras. En nuestro caso, hicimos una evaluación y lo que consideramos es que el personal fuera justo del mismo sector porque sino haces una unidad apartada de toda la operación”, explicó.

En caso de una emergencia, dijo, no se trata de atenderla hasta que llegue la unidad de género, sino que debe ser responsabilidad del primer respondiente, porque si todo se deja a una sola unidad, atendiendo las características geográficas y de población de la CDMX, nunca se daría abasto.