Otro caso de brutalidad policial vuelve a elevar la tensión en EE.UU.

WASHINGTON.- De costa a costa, la convulsión desatada en medio de las protestas que provocaron los últimos casos de brutalidad policial no cesa en Estados Unidos.

En Portland, la policía mató en un tiroteo a un hombre que había sido identificado como el principal sospechoso de haber asesinado a un simpatizante del presidente Donald Trump durante un choque de dos manifestaciones esta semana, una en contra del racismo, y otra a favor del mandaario. Y en Rochester, Nueva York, una nueva manifestación tomó furiosa las calles de la ciudad luego de que fuera difundido un video de un arresto a fines de marzo de un afroamericano, Daniel Prude, quien estaba en la calle, drogado y desnudo, y murió luego de ser asfixiado durante la detención, en la que estuvieron involucrados siete policías.

"Mataron un hijo, un hermano, un tío, por ningún motivo", dijo Joe Prude, su hermano.

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La policía de Rochester investiga el arresto, y suspendió a los siete policías involucrados. El incidente ocurrió a fines de marzo, antes incluso del asesinato de George Floyd . Pero las imágenes de las cámaras personales de los policías fueron difundidas esta semana, y el país vio imágenes de un arresto de un hombre desnudo, desarmado, intoxicado -la autopsia encontró rastros de fenciclidina o "polvo de ángel", un poderoso alucinógeno- a quien la policía le puso una bolsa de plástico en la cabeza para que dejara de escupir -en ese momento, ya había pandemia y el país estaba encerrado-, y luego presionó durante dos minutos contra el pavimento cuando comenzó a agitarse y a gritar: "¡Dame esa arma! ¡Dame esa arma!".

Una de las cámaras muestra a un policía presionando con sus manos la cabeza cubierta de Prude, quien murió una semana después en el hospital cuando su familia decidió desconectarlo del respirador artificial.

El nuevo incidente en Rochester sumó un nuevo muerto a la lista de casos de brutalidad policial que han sacudido al país este año, incluida la muerte de George Floud y Breonna Taylor, y los siete tiros en la espalda que recibió Jacob Blake en Kenosha, Wisconsin. Las tensiones raciales, un tema histórico en Estados Unidos, aparecen ahora como una de las preocupaciones principales de los votantes para las elecciones presidenciales de noviembre. El caso de Prude generó protestas en Rochester y Nueva York.

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La crisis social ha generado dos reacciones y relatos antagónicos. Trump ha criticado al movimiento Black Lives Matter y se ha puesto del lado de los policías, y se presentó como el mandatario de "la ley y el orden". También negó que el racismo sea un problema. Su rival demócrata, Joe Biden , ha propuesto crear una comisión para evaluar reformas a las policías, ha dicho que el país debe enfrentar el "racismo sistémico" y se ha mostrado como el candidato que puede "sanar" al país. Ambos han condenado la violencia, los saqueos y los destrozos que se vieron en las manifestaciones.

El choque de visiones sobre el problema del racismo quedó a la vista en Portland, días atrás, cuando una caravana de camionetas, autos y camiones de simpatizantes de Trump circularon por la ciudad tirando gas pimienta y balas de pintura a los manifestantes de Black Lives Matter y miembros de Antifa, un grupo radical de izquierda que se define "antifascista", y al que Trump tiene en la mira.

En medio de los choques de las dos manifestaciones, Aaron "Jay" Danielson, un hombre de 39 años miembro de Patriot Prayer, un grupo ultraderechista que participaba de la caravana a favor de Trump, fue asesinado de un disparo.

Anoche, la policía de Oregon mató a un sospechoso de ese asesinato en un enfrentamiento mientras los oficiales intentaban arrestarlo. El sospechoso fue identificado por los US Marshals como Michael Reinoehl, quien tenía una orden de arresto, y que era miembro de Antifa. Trump ha dicho que quiere designar al grupo como una organización terrorista, pero el FBI todavía no lo ha hecho.

La policía de Portland había estado investigando la muerte a tiros el sábado de Aaron J. Danielson, uno de los partidarios del presidente Trump que llegó al centro de Portland y se enfrentó con manifestantes que se manifestaban contra la injusticia racial y la brutalidad policial.

Reinoehl, que vivía en el área de Portland, había sido una presencia persistente en las manifestaciones de la ciudad durante las últimas semanas, ayudando a los manifestantes con la seguridad y sugiriendo en las redes sociales que la lucha se estaba convirtiendo en una guerra donde "habrá víctimas".

"¡Soy 100% ANTIFA hasta el final!" publicó en Instagram en junio, refiriéndose a una colección suelta de activistas que se han movilizado para oponerse a grupos que consideran fascistas o racistas. "¡Estoy dispuesto a luchar por mis hermanos y hermanas! Incluso si algunos de ellos son demasiado ignorantes para darse cuenta de lo que realmente significa antifa. ¡No queremos violencia pero tampoco huiremos de ella! "