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Carta de Casa Blanca no explica despidos de inspectores

Fotografía de archivo del 2 de octubre de 2019, en la que aparece el entonces inspector general del Departamento de Estado Steve Linick luego de salir de una reunión en el Capitolio, en Washington. (AP Foto/J. Scott Applewhite, Archivo)

WASHINGTON (AP) — La Casa Blanca dijo que el presidente Donald Trump se atuvo a la ley cuando despidió a varios inspectores generales en los últimos dos meses, pero no precisó el motivo de los despidos.

La misiva emitida el martes en respuesta a las inquietudes de un influyente senador republicano no aclara los motivos de Trump para destituir a los inspectores generales y difícilmente aplacará la indignación de los demócratas y de los grupos promotores de la buena gobernanza, que temen que el presidente esté tratando de desmantelar la red de inspectores creada después de Watergate para combatir la corrupción, el fraude y otros problemas en los organismos de gobierno.

El senador republicano Chuck Grassley, quien desde hace años se ha erigido en defensor de la inspectoría y de la supervisión legislativa, pidió explicaciones a la Casa Blanca sobre los despidos en abril y mayo de los inspectores generales de inteligencia y el Departamento de Estado.

La carta del abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, el martes no da esas respuestas, sino que se enfoca en demostrar que Trump está autorizado a destituir a los inspectores, que dio aviso oportunamente al Congreso y que designó en su reemplazo a otros funcionarios calificados.

“Cuando el presidente pierde confianza en un inspector general, ejercerá su derecho y deber constitucional de destituir a ese funcionario, como hizo el presidente (Ronald) Reagan cuando destituyó a inspectores generales al entrar en funciones y como hizo el presidente (Barack) Obama durante su presidencia”, escribió Cipollone.

La turbulencia no se limita a las inspectorías del Departamento de Estado e inteligencia. Trump retiró a Glenn Fine de sus funciones como inspector general interino en el Pentágono y de una junta especial que supervisa la auditoría del paquete de rescate económico del coronavirus. Fine renunció el martes.

También reemplazó a la inspectora general del Departamento de Salud, Christi Grimm, quien declaró el martes que su oficina procedería a elaborar nuevos informes y auditorías de la respuesta del departamento al coronavirus a pesar de que el presidente la había criticado públicamente.

En conjunto, estas medidas han generado alarmas de que el gobierno busca debilitar la supervisión y posiblemente tomar represalias por investigaciones o acciones que considera desfavorables.

Michael Atkinson, despedido el mes pasado como inspector general de los servicios de inteligencia, había dado curso a una denuncia anónima que condujo al juicio político al presidente. Los demócratas dicen que el despido del inspector general del Departamento de Estado, Steve Linick, se debió a que realizaba investigaciones que implicaban al secretario de Estado, Mike Pompeo.

Grassley dijo el martes que estaba insatisfecho con las explicaciones de la Casa Blanca. “El Congreso dijo claramente que, si el presidente piensa despedir a un inspector general, debe tener buenas razones para ello”, dijo. “La respuesta del abogado de la Casa Blanca no cumplió con este requisito”.

El senador, un aliado de Trump, dijo que no ponía en duda su autoridad constitucional del para despedir a un inspector general, pero añadió: “A falta de una explicación suficiente, es válido cuestionar la razón fundamental del presidente para destituir un inspector general. Si el presidente tiene una buena razón para destituir un inspector general, que le diga al Congreso cuál es”.

Grassley, quien rechaza las críticas de que ha sido benigno con Trump, también criticó a la Casa Blanca por permitir que dos inspectores interinos —los de los departamentos de Estado y Transportes— cumplan al mismo tiempo otras funciones en esos organismos.

Stephen Akard, el nuevo inspector general interino en el Departamento de Estado, es a la vez director de la Oficina de Misiones en el Exterior, que supervisa el tratamiento de las misiones al exterior y sus representantes en el país.

Howard “Skip” Elliott, el nuevo inspector general interino en el Departamento de Transportes, es a la vez jefe de la Administración de Seguridad de Tuberías y Materiales Peligrosos, un organismo crucial. Ha prometido recusarse de toda investigación que afecte a dicho organismo.

“La carta del abogado de la Casa Blanca no responde a este flagrante conflicto de intereses”, dijo Grassley. “El Congreso creó las inspectorías generales para servir al pueblo estadounidense, para ser perros guardianes independientes y objetivos, no perritos falderos de los organismos”.

Grassley dijo que ha aclarado desde hace tiempo que “los inspectores generales interinos no deben ser funcionarios políticos a fin de conservar la independencia necesaria”. Añadió que está elaborando junto con colegas senadores un proyecto para convertir ese principio en ley.