Carla Vigo, sobrina de Letizia, supera uno de sus mayores miedos

MADRID, SPAIN - JUNE 17: Carla Vigo, niece of Queen Letizia of Spain, attends the photocall of 'Fast & Furious 9' Madrid Premiere at Kinépolis Ciudad de la Imagen on June 17, 2021 in Madrid, Spain. (Photo by Patricia J. Garcinuno/Getty Images)
Carla Vigo muestra madurez y salud mental contra los haters (Photo by Patricia J. Garcinuno/Getty Images)

Tan joven y Carla Vigo es todo un ejemplo a seguir en cuanto a salud mental se refiere. A sus 21 años la sobrina de la reina Letizia ha tenido y tiene que soportar el odio de los usuarios de redes sociales de un modo recurrente e hiriente.

Ya se sabe que insultar en internet sale gratis y, tras la cobardía de una pantalla de ordenador y la falsa valentía que provoca la distancia, los haters siempre se han cebado con Carla Vigo pero ella nunca se ha rendido.

Carla lleva años pasándolo mal solo por ser “sobrina de” aunque apenas tenga relación con su tía Letizia. La joven actriz lleva años denunciando públicamente el acoso y bullying al que la someten por no tener un físico normativo o por ser hija de Erika Ortiz.

Erika se suicidó siendo Carla pequeña y ni con temas tan delicados como este, la gente mala muestra compasión. Sin ir más lejos en 2021 murió su bisabuela, Menchu Álvarez, y en pleno dolor compartido en redes, a algunos usuarios solo les interesaba tacharla de facha “como tu abuela”.

Carla en aquel entonces ya dijo: "El otro día me dijeron que si era igual de facha que mi abuela Menchu. ¿por qué tengo que aguantar que una persona que no me conozca diga esto y más de una persona que ya no está?”

Y en la misma línea antibullying, Carla dijo este pasado mes de abril a aquellos que la critican que: “Luego se os llena la boca diciendo: ‘no al bullying’ y cosas así, pero tiráis mucho "hate" a la gente y decís: "no, es que como es un personaje público, pues tiene que aguantarlo”, y no es así en absoluto.

También fue criticada cuando Rafael Amargo la contrató para su función teatral, ‘Yerma’ y también por su cuerpo a la hora de ponerse un look ceñido, que está en todo su derecho le pese a quien le pese.

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A pesar de todo lo que tiene que aguantar la joven Carla Vigo, ver su crecimiento a nivel de salud mental es realmente apasionante. Ella comparte con honestidad su dolor, critica el abuso de ‘hate’ en redes sociales y, a su vez, no deja que estos comentarios hirientes la condicionen en su vida ‘real’, fuera del mundo online.

Carla se viste como quiere y hace lo que le da la gana y, precisamente ahora, ha estrenado el verano de 2022 superando uno de sus grandes miedos: posar en bañador. Con el bikini aún no se ha atrevido pero en comentarios acepta el reto y es que la fotografía de Carla estirada con un bañador rojo no solo ha recibido ‘Likes’ sino mucho amor por parte de las usuarias que la siguen.

“Es el primer año que me atrevo a subir una foto en bañador” y deseo que no sea el último. Basta ya de decir “qué valiente” es por mostrar su cuerpo porque eso normaliza que su cuerpo, por no ser normativo, tuviese algo que ocultar. Ella no es valiente por EXISTIR, ni por ponerse un bañador, ni por posar con él. Es, sencillamente, una mujer más con todo el derecho a hacer con su cuerpo lo que le dé la gana.

Este asunto me recuerda a la reciente polémica con Camila Cabello quien ha sido pillada de vacaciones en bikini y le ha caído odio a raudales por su físico. La han tachado de gorda, de celulítica etc. y los que la defienden la aplauden por ‘valiente’ y es caer en el mismo error que la cultura gordofóbica fomenta.

Yo aplaudo tanto a Camila como a Carla por ser mujeres que se sienten libres con sus cuerpos y que son fuertes de mente a pesar de la presión social y eso, sí es un mérito real en el terreno de la salud mental.

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