Los candidatos presidenciales de Ecuador debaten sin chalecos antibalas y sin casi ataques
Quito, 1 oct (EFE).- La correísta Luisa González y el empresario Daniel Noboa se quitaron los chalecos antibalas para el único debate de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador, un cara a cara con un formato poco fluido, dos oratorias muy contrapuestas y un reducido intercambio de puyas afiladas pero sin excesiva contundencia.
Estas fueron las claves del esperado debate electoral, que se produce a dos semanas de la votación para culminar un proceso electoral marcado por la crisis de inseguridad y una ola de violencia exacerbada que se atribuye al crimen organizado y que tuvo su episodio más álgido en el asesinado el pasado 9 de agosto del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
1.- SIN CHALECOS ANTIBALAS. Tanto González como Noboa llegaron a los estudios de televisión donde se celebró el debate con los chalecos antibalas que acostumbran a llevar por seguridad en los actos públicos luego del asesinato de Villavicencio, pero ambos se lo quitaron para mantener el cara a cara, que se prolongó durante unas dos horas.
Esto contrastó con el debate de la primera vuelta, donde Noboa no se quitó en ningún momento el chaleco antibalas y sorprendió al ser el único candidato que se presentó a la cita ataviado con ese elemento de protección, lo que atribuyó a que, al igual que Villavicencio, también había sido presuntamente amenazado de muerte.
2.- FORMATO POCO FLUIDO. Después del confuso formato donde debatieron siete de los ocho candidatos de la primera vuelta, el cara a cara daba pie a una mayor fluidez para mantener un diálogo entre González y Noboa, lo que se vio dificultado por los cuatro bloques temáticos y las preguntas y contrapreguntas de cuyas formulaciones los postulantes no se podían exceder.
Esto hizo que los ataques y reproches entre candidatos perdiesen fuerza por momentos y que también, en un par de ocasiones, Noboa se viese interrumpido por la moderadora, Ruth Del Salto, quien le pidió hacer contrapreguntas a su rival únicamente centradas en la respuesta que ella había dado previamente.
3.- A DOS RITMOS. El debate transcurrió a dos velocidades, una en función de cada candidato, pues González se caracterizó por intervenciones más intensas y emotivas, mientras que Noboa mantuvo un tono muy calmado y un discurso mucho más pausado.
Mientras la candidata de la Revolución Ciudadana trataba de aprovechar en la mayor parte de las ocasiones para agotar el tiempo de intervención, el candidato de Acción Democrática Nacional (ADN) tendió a dar mensajes más concisos y, la mayoría de las veces, a no agotar el tiempo permitido en cada intervención.
4.- PUYAS HASTA PARA LASSO. En medio del sosiego que caracterizó al debate no faltaron algunas puyas que se lanzaron ambos candidatos e incluso hasta para el actual presidente, el conservador Guillermo Lasso, a quien González culpó de la ola de violencia del crimen organizado y del desabastecimiento de hospitales.
La correísta buscó golpear con el pasado del exministro Bernardo Manzano en el grupo empresarial de la familia Noboa después de que le hayan relacionado a este con un caso de presunto narcotráfico y el empresario trató de responder al acusar al correísmo de promover presuntamente el microtráfico de drogas entre los menores de edad.
5.- ¿UNA CONTINUACIÓN EN TIK TOK? En su última intervención, González propuso a Noboa seguir este debate en una transmisión en vivo de la red social Tik Tok, una sugerencia lanzada con el objetivo de mantener un encuentro similar en un terreno dominado por el público joven, un voto que el joven empresario, de 35 años, afirma tener en gran medida a su favor.
Y es que en Ecuador el voto es opcional para los adolescentes de 16 y 17 años, un sector de la población que también puede ser decisivo en esta elección, cuyo ganador completará el periodo 2021-2025, interrumpido por el actual presidente, el conservador Guillermo Lasso, que forzó estas elecciones extraordinarias al disolver en mayo pasado la Asamblea Nacional (Parlamento) cuando se aprestaba a votar su posible destitución.
Fernando Gimeno
(c) Agencia EFE