Este campo de concentración nazi no corre la misma suerte que Auschwitz

A unos 500 kilómetros de Auschwitz se encuentra aún en pie, pero viéndose afectado por los efectos de la despoblación de la zona, el campo de concentración de Terezín. Allí, en territorio de la República Checa, las tropas de Adolf Hitler convirtieron una ciudad levantada en el siglo XVIII en gueto y campo de concentración para los judíos como lugar de paso hacia el exterminio al que fueron condenados miles de ellos a comienzos de la década de los cuarenta.

Terezín se divide en dos, un gueto y una campo de concentración. (Foto: Sven Schweiger\ullstein bild via Getty Images)
Terezín se divide en dos, un gueto y una campo de concentración. (Foto: Sven Schweiger\ullstein bild via Getty Images)

Con motivo de la conmemoración del final del Holocausto en CNN enviaron a su corresponsal en Praga, Rob Cameron, a visitar el pueblo donde fue se ubicó el campo para comprobar su estado. La conclusión que se desprendía de su reportaje tras recorrer el lugar y hablar con algunos expertos es que la despoblación del municipio y la falta de dinero para su conservación están haciendo mella en un lugar con un fuerte valor histórico. Porque, como decía Simon Krbec, del Theresienstadt Center For Genocide Studies, “estos muros, estos edificios, son la evidencia. Y sin evidencia no hay Holocausto”. De ahí que, al ver el deterioro paulatino del lugar, calificarse la situación de “muy frustrante”

La zona que albergó el campo de concentración está bien conservada y recibe a miles de visitantes cada año, el problema es que la población ha descendido drásticamente y los impuestos, el presupuesto que se tiene, no es suficiente para mantenerlo todo en pie y en perfecto estado. En Terezin (Theresienstadt es su nombre en alemán) hay proyectos, según la CNN, para que la historia no caiga en el olvido y el estado de algunos edificios no se convierta en la tónica general.

Situada a menos de una hora al norte de Praga, la ciudad fue construida en 1780 muy cerca de dos ríos, el Elba y el Ohre. Según las guías turísticas, fue José II, de la casa de los Habsburgo, quien dio la orden de su creación. Compuesta por dos fortalezas, estas se diferencian por su tamaño. La mayor es la que fue convertida por los nazis en gueto judío tras invadir la República Checa. La pequeña, y mejor conservada, es donde se encuentra el campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial.

Algunas partes de Terezín necesitan fondos para su mantención. (Foto: Reiher/ullstein bild via Getty Images)
Algunas partes de Terezín necesitan fondos para su mantención. (Foto: Reiher/ullstein bild via Getty Images)

Hasta su liberación en mayo de 1945, por allí pasaron alrededor de 150.000 judíos. No era un campo de exterminio, sino que muchos estaban de paso hasta que decidían enviarlos a otros como Auschwitz. Sin embargo, se calcula que al menos 35.000 personas murieron allí víctimas de la malnutrición, distintas enfermedades y como consecuencia las malas condiciones en las que les tenían retenidos.

Durante un tiempo Terezín fue usado por Hitler como herramienta de propaganda. Los nazis vendían el gueto como un retiro de oro para los judíos que eran enviados allí en 1941, tras invadir Alemania Checoslovaquia. Se intentó dar publicidad al supuesto buen trato que daban a sus habitantes y hasta se rodó una película para la que amenazaron de muerte a sus participantes. Debían convencer al mundo de una mentira. Era parte de la propaganda nazi.

Terezín fue liberado en mayo de de 1945. (Foto: Barbara Alper/Getty Images)
Terezín fue liberado en mayo de de 1945. (Foto: Barbara Alper/Getty Images)

La fortaleza más pequeña, convertida en el campo y que a día de hoy se puede visitar, ya había sido prisión con anterioridad. De hecho, albergó entre sus muros a Gavrilo Princip, acusado de asesinar al archiduque Francisco Fernando y a su esposa en 1914. Asesinato señalado como el detonante de la Primera Guerra Mundial.

El visitante puede ver su celda, pero también los barracones en los que vivían los judíos que acabaron allí, los patios, un túnel, el cementerio… En uno de los edificios se inauguró un museo y se pueden ver dibujos hechos por los niños encerrados durante esos años. Hasta Tezerín llegaron judíos no solo de Checoslovaquia. Entre sus muros hubo miles procedentes de Alemania, Austria, Hungría, Países Bajos… Un alto número de ellos acabaron muriendo en Auschwitz, a unos pocos cientos de kilómetros, en el sur de Polonia. Un campo que sí era de exterminio y que se mantiene en pie como símbolo del horror.

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