Campaña viral apoya a la congresista que sufrió ataques racistas de Trump y sus seguidores

La representante federal demócrata Ilhan Omar. (Tom Williams/CQ Roll Call)
La representante federal demócrata Ilhan Omar. (Tom Williams/CQ Roll Call)

En defensa de Ilhan Omar, congresista demócrata bajo un ataque racista y xenófobo proveniente de lo más alto del poder en Washington, políticos, grupos cívicos y ciudadanos en general han lanzado en redes sociales una campaña en defensa de la agraviada y en apoyo a la civilidad política, el respeto a todas las personas y a la institucionalidad democrática del país.

Con los hashtags #IStandWithIlhan y #IStandWithIlhanOmar, miles de usuarios de las redes sociales han expresado su apoyo a la congresista Ilhan Omar, quien ha sido blanco de ataques racistas por parte del presidente Donald Trump a los que han hecho rudo eco muchos de sus seguidores de la derecha radical.

Trump lanzó en días pasado un ominoso ataque racista en contra de cuatro congresistas demócratas progresistas y afirmó que ellas podrían “regresar a sus países” en lugar de criticar la forma como él gobierna el país. Trump ha añadido que esas legisladoras odian a la nación y son extremistas, y ha reiterado en sus ataques racistas y xenófobos sin importar que ellas sean ciudadanas estadounidenses, electas al Congreso por el voto mayoritario en su distrito y que la propia Cámara de Representantes haya aprobado una moción que censura esos dichos presidenciales.

Trump ha insistido en ese ataque y lo ha focalizado especialmente en una de las cuatro congresistas que nació en el extranjero y se nacionalizó estadounidense: Ilhan Omar, que nació en Somalia, llegó a Estados Unidos como refugiada, se naturalizó y fue electa al Congreso en 2018 para representar el Quinto Distrito Congresional de Minnesota con el 77.9% de los votos (267,000 ciudadanos votaron por ella). Es una de las primeras dos mujeres musulmanas en ser electas al Congreso estadounidense.

Sus ataques tuvieron severo eco entre sus simpatizantes de derecha radical, quienes en un mitin presidido por Trump en Greenville, Carolina del Norte, el pasado miércoles, corearon la frase “Send her back!” (Envíenla de vuelta) en clara alusión al señalamiento del presidente de que Omar y las otras legisladoras progresistas que integran el llamado ‘Squad’ (Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib, todas ellas nacidas en Estados Unidos) podrían “regresar a sus países” si están a disgusto con su administración.

Frases que son falaces al aludir a ciudadanas estadounidenses, autoritarias por pretender la expulsión o partida de los opositores y antidemocráticas y antirrepublicanas al tratarse las agredidas de legisladoras legítimamente electas con el voto de cientos de miles de estadounidenses que, al margen de estar o no de acuerdo con sus posiciones, ejercen su derecho constitucional a la crítica y la fiscalización del Ejecutivo.

Los cantos de los simpatizantes de Trump en contra de Omar, con todo, son una escalada doblemente ominosa, pues revela que esas expresiones de encono, racismo, nativismo y autoritarismo son ya usadas por Trump como elementos de peso en su campaña de reelección con respaldo entre ciertos estamentos de la sociedad.

Tan atroz fue el coro que clamaba “Send her back!” en alusión a la congresista Omar que el propio Trump, quien al principio mantuvo un punzante y tolerante silencio cuando se emitieron esas consignas durante su mitin, ha optado por tratar de distanciarse de todo ello y dicho que “no está contento” y que “está en desacuerdo” con ese clamor de sus seguidores durante su evento de campaña en Carolina del Norte.

Y muchos dentro del Partido Republicano deploran que esa organización quede vinculada a esas frases y nociones racistas, como señala The New York Times, aunque no den el paso de criticar abiertamente al presidente, quien a final de cuentas fue el catalizador de ello con sus ataques contra las cuatro legisladoras.

Pero lo hecho por Trump ya ha tenido severas consecuencias. En principio, se han alzado voces que expresan inquietud por la seguridad de Omar y otras personas. Por ejemplo, el reverendo Jesse Jackson alertó sobre el peligro que esa retórica representa para las cuatro congresistas y, también, para las periodistas que han sufrido ese acoso.

La Cámara de Representantes aprobó esta semana una moción que censura esas afirmaciones de Trump y una resolución para iniciar un proceso de destitución presidencial (impeachment) motivado en esa retórica racista fue presentado en el Congreso. Y aunque falló por no estar en la línea de oposición a Trump que prefiere el liderazgo demócrata, fue el primer intento formal en el Legislativo para iniciar un proceso de destitución en contra de Trump.

Al movimiento en defensa de Omar se han sumado personalidades muy variadas: desde los senadores y aspirantes presidenciales Bernie Sanders y Elizabeth Warren hasta la actriz y activista Susan Sarandon y muchas otras figuras públicas y del espectáculo, además de miles de ciudadanos.

Omar es ciertamente una legisladora controversial, cuyas posiciones de izquierda la han confrontado con el establishment político y con la derecha republicana (incluso con los moderados de su partido). Y sus declaraciones punzantes en asuntos como el régimen israelí y sus vínculos con la política estadounidense han motivado que se le acuse, también con controversia, de ser antisemita. Pero en todo caso se trata de una legisladora que ejerce la crítica y la oposición en ejercicio de sus derechos y facultades.

La embestida de Trump y su entorno contra ellas y sus compañeras (y sería también el caso de ataques dolosos contra cualquier congresista), es por ello impropia, demagógica, antidemocrática y peligrosa. Debe cesar y dar paso a un debate político y electoral basado en la civilidad y el debate respetuoso, sean cuales sean las diferencias entre los políticos, los candidatos y sus plataformas, para que sea el voto libre el que al final dé su veredicto.