Las cacas de los peces podrían estar ayudándonos a combatir el calentamiento global

Ejemplar de pez linterna de la especie <i>Myctophum punctatum</i> captada en el estrecho de Messina. (Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).
Ejemplar de pez linterna de la especie Myctophum punctatum captada en el estrecho de Messina. (Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).

Unas pocas semanas después de la cumbre climática de Glasgow, y con las dudas aún de si las medidas que se han acordado tras la COP26 serán suficientes, la gente sigue dándole vueltas al problema en busca de acciones que puedan mitigar el fatídico calentamiento global. Entre todas las cosas que la humanidad puede hacer, destacan dos expresiones, la primera es la clásica “reducción de emisiones de gases invernadero” (lo cual implica toda una revolución energética que ya está en camino) y la segunda - también archiconocida – consiste en idear fórmulas útiles para secuestrar el exceso de carbono atmosférico.

Es de este segundo punto de que vamos a hablar hoy con la idea de derribar algunas falsas interpretaciones en las que caemos los humanos, como la de pensar que todas esas acciones deban realizarse en suelo continental. Efectivamente a todos se nos viene a la mente una idea efectiva para secuestrar carbono de forma natural: plantar millones de árboles. No me malinterpretéis, la idea es fantástica, aunque más difícil de llevar a cabo de lo que pensamos, pero no es la única ni mucho menos.

Cuando éramos niños, los profesores de primaria en la escuela se afanaban por explicarnos el ciclo del agua. ¿Cómo es posible que nunca se nos hablara del ciclo de carbono? ¿Por qué no se nos explicó el tremendo favor que los océanos (y las criaturas que habitan en ellos) le hacen al planeta simplemente por nacer, comer, respirar, defecar y morir? ¿Quién decidió que la mayor de las migraciones animales del mundo, que se da cada día en los océanos, no era tan apasionante como la que se da una vez al año en el Serengueti? Pues así es, cada anochecer, un ejército de peces asciende a la superficie del océano para alimentarse, y con las luces del alba vuelven a sumergirse en las profundidades para huir de sus depredadores. Lo siento por los ñus pero la importancia de este migración vertical diaria que realizan los peces podría ser vital a escala planetaria.

Y es que me temo que los humanos somos demasiado “terracéntricos”, no hay más que ver el nombre que le hemos puesto a nuestro planeta. Una lástima, porque nuestro amigo el océano es responsables del secuestro de entre una tercera y una cuarta parte del carbono que los humanos emitimos a la atmósfera.

Además de flotando en nuestra atmósfera para amenazarnos con su poder “invernadero”, el carbono es imprescindible para el ciclo vital de todos los organismos – animales o plantas – que pueblan el planeta formando eso que hemos dado en llamar biomasa. ¿Sabíais que ese carbono asociado al CO2 atmosférico también interacciona con las olas que rompen constantemente en nuestros océanos? Pues así es, y esta relación mar-aire provoca de hecho que ese CO2 atmosférico se disuelva en la superficie del océano.

Ese carbono, es luego aprovechado por el fitoplancton (organismos diminutos similares a plantas que realizan la fotosíntesis) para formar su estructura física. Luego, a su vez este fitoplancton sirve de comida a todo un ejército de pequeños y variados invertebrados llamados zooplancton, los cuales a su vez sirven de alimento a criaturas pequeñas como los peces linterna, o gigantes como las ballenas.

El crecimiento de todos esos seres vivos se realiza a costa del carbono disuelto en las aguas. Y ahí no para la cosa. Cada vez que un pez defeca, respira o muere a partir de cierta profundidad, estos restos carbónicos acaban cayendo hacia el fondo del océano formando parte de lo que se ha dado en llamar “nieve marina” (que también se compone de lodo, arena y polvo inorgánico).

¿Creías que la Nieve Marina era esto? Me temo que no tiene nada que ver, lo sentimos por Bob esponja. (Imagen capturada en Youtube).
¿Creías que la Nieve Marina era esto? Me temo que no tiene nada que ver, lo sentimos por Bob esponja. (Imagen capturada en Youtube).

A medida que esta "nieve" cae tiende a agruparse formando grumos más grandes, tal y como hace la nieve real. Algunos de esos "copos" pueden llegar a medir varios centímetros, y dependiendo de la profundidad del océano, pueden caer varias semanas antes de alcanzar el lecho marino. Según he podido leer, la masa que cada día alcanzar el fondo oceánico se podría comparar a la de un par de manzanas por cada metro cuadrado, lo cual es una suerte para algunos necrófagos de las profundidades que prosperan gracias a este maná. Si lo preferís a escala temporal, cada millón de años el fondo del mar se eleva seis metros por la acción sedimentaria de esta “nieve”.

Los antes citados peces linterna son un ejemplo paradigmático de lo poco que sabemos sobre el océano, a pesar de que juntos (existen múltiples especies diferentes) componen el segundo grupo de vertebrados más numeroso de la Tierra. Su nombre procede de los fotóforos que jalonan su cuerpo, lo que les permite crear bioluminiscencia, y si no te suenan de nada es porque no son comestibles – al menos para los humanos – ya que tienen un contenido muy alto en ésteres cerosos. Si te comes uno de estos peces de aguas profundas, podrías padecer un doloroso episodio de keriorrea, que básicamente consiste en la intoxicación por la ingesta de ésteres cerosos (lo cual te hace defecar un compuesto aceitoso y naranja bastante desagradable). No obstante, hay quien ve en estos peces una oportunidad para fabricar harinas de pescado con las que alimentar a otras especies comestibles de interés para la acuicultura, como los salmones.

Si los humanos comenzamos a pescar estos peces incomestibles, para dar de comer a los peces que si nos comemos y que criamos en las granjas costeras, es probable que alteremos aún más el ciclo de carbono, porque este numeroso y desconocido ejército de migrantes verticales podría estar jugando un papel fundamental en el secuestro de carbono en las profundidades. Es algo que ni siquiera hemos empezado a estudiar.

Nieve marina: una amalgama de excrementos, restos de criaturas marinas muertas, polvo inorgánico, arena y lodo, que cae lentamente hacia el océano arrastrando mucho carbono en el proceso. (Imagen creative commons vista en Wikipedia).
Nieve marina: una amalgama de excrementos, restos de criaturas marinas muertas, polvo inorgánico, arena y lodo, que cae lentamente hacia el fondo del océano arrastrando mucho carbono en el proceso. (Imagen creative commons vista en Wikipedia).

Y hablando de migraciones y peces. ¿Sabéis que el calentamiento global también está provocando migraciones “tradicionales” hacia el norte? En efecto, las aguas frías contienen más oxígeno, un elemento que también resulta vital para los peces, de modo que el alza en las temperaturas del agua y la sobreexplotación pesquera provoca que cada vez más peces vayan en busca de estas zonas frías. Si el planeta se sigue calentando, más y más zonas del océano se convertirán en anóxicas, provocando una mortandad masiva por falta de oxígeno como hemos visto – aunque por otra causa – en el Mar Muerto de Murcia.

Por no hablar del efecto “disolvente” que el exceso de carbono en los océanos provoca sobre el carbonato cálcico (el compuesto con el que los moluscos crean sus caparazones) lo cual está acidificando nuestros mares, tema que también da para un artículo aparte. Quedémonos con ese dato que antes he mencionado: los océanos son nuestros amigos y están absorbiendo una parte muy notable del CO2 que la actividad humana libera a la atmósfera. Si interrumpimos su papel en el ciclo del carbono, tal vez alcancemos el punto de no retorno.

Quiero legarle a mis hijos un mundo en el la nieve oceánica siga cayendo (aunque nadie la observe) y en el que los humanos aprendamos a dar importancia al papel que cada especie desempeña en este complicadísimo juego de interconexiones al que llamamos vida. Así pues, nunca infravalores a un pez abisal de aspecto extraño e incomestible, puede que sus cacas te estén echando un cable de los buenos.

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