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Cafiero llegó a Washington para aceitar la relación con el gobierno de Biden en medio de la negociación con el FMI

El momento del saludo entre el presidente Alberto Fernández y su par estadounidense Joe Biden, en el G-20, en Roma; atrás, el canciller Cafiero
El momento del saludo entre el presidente Alberto Fernández y su par estadounidense Joe Biden, en el G-20, en Roma; atrás, el canciller Cafiero

WASHINGTON.- El canciller Santiago Cafiero aterrizó en Washington para una visita oficial de dos días que incluirá una reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tercera en la línea de sucesión y una de las figuras más influyentes del Partido Demócrata. La visita buscará aceitar la relación bilateral en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la cual la Casa Blanca juega un papel decisivo.

Cafiero llegó por la mañana a una ciudad congelada y cubierta de blanco luego de una fuerte nevada que comenzó el domingo por la tarde y se estiró hasta la madrugada, cerrada por el feriado que conmemora el nacimiento de Martin Luther King Jr., el primero del año. Fue recibido por el embajador, Jorge Argüello, con quién ultimó los preparativos para sus reuniones en la embajada ubicada en la avenida New Hampshire. Mañana, Cafiero tiene dos reuniones confirmadas: por la mañana, Blinken lo recibirá en el Departamento, y por la tarde, Pelosi en el Congreso, según la agenda del canciller. Cafiero tendrá también un encuentro el miércoles con analistas de think tanks de la ciudad.

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Aunque la visita está signada por la incertidumbre en las discusiones con el Fondo, que aparecen estancadas, el paso de Cafiero por Washington tendrá una agenda bastante más amplia, y no arrojará un quiebre o un avance definitorio en la negociación. Ni Cafiero ni Blinken –sobre todo, Blinken– están involucrados de manera directa en el proceso. El Departamento del Tesoro, donde el Gobierno ve más obstáculos que en el Departamento de Estado o la Casa Blanca, tiene más peso en la discusión. El gobierno de Joe Biden ha ofrecido hasta ahora un mensaje consistente: Estados Unidos respaldará a la Argentina si presenta un plan económico sólido que aliente el crecimiento y la inversión privada.

Aun así, la visita de Cafiero dejará el primer encuentro cara a cara de un canciller del gobierno de Alberto Fernández con Blinken, el jefe diplomático de Biden, en Washington. Ese gesto de cercanía, tejido por las gestiones de Argüello en la capital norteamericana, permitirá aceitar la relación bilateral y la agenda de trabajo, y limpiar el ruido de las últimas semanas en el vínculo, en particular el escándalo por la presencia del iraní Mohsen Rezai, implicado en el atentado a la AMIA, en el acto de toma de posesión del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al cual concurrió el embajador argentino en Managua, Daniel Capitanich.

No fue un hecho que pasó desapercibido en Washington. Brian Nichols, el jefe diplomático del Departamento de Estado para América latina, dijo en Twitter que el “hemisferio no puede mirar al otro lado mientras Ortega-Murillo socavan la democracia y seguridad regional”. La oficina del senador Marco Rubio, uno de los republicanos más influyentes del Congreso, dijo que la decisión del Gobierno de enviar a Capitanich “a la jura ilegítima de Ortega es despreciable”.

Cafiero llega a Washington luego de que la Argentina asumió la presidencia la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con el acompañamiento de Nicaragua, Venezuela y Cuba, tres dictaduras enfrentadas con Washington, y justo antes de que Alberto Fernández emprenda una gira para ver a los dos principales rivales globales de la Casa Blanca: el presidente ruso, Vladimir Putin, y el mandatario chino, Xi Jinping.

Guzmán y Cafiero repasaron los avances y la agenda internacional
Prensa MECON


Guzmán y Cafiero repasaron los avances y la agenda internacional (Prensa MECON/)

“La visita del canciller es una señal útil. Su momento es bueno, dada la presidencia de la CELAC de Alberto Fernández y las visitas planeadas a Moscú y Pekín, todas acciones modestamente provocativas desde la perspectiva de Washington. La administración de Biden está ansiosa por tener lazos fuertes y hay muchas oportunidades para colaborar, incluso sobre el clima”, dijo Benjamin Gedan, vicedirector del programa para América latina en el Centro Woodrow Wilson.

“Dicho eso, no existe magia diplomática que pueda reunir respaldo para la Argentina en el FMI de Estados Unidos y otros grandes miembros del board”, agregó Gedan.

Gedan volvió sobre el mismo reclamo que se escucha en Washington y en Wall Street desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández: el Gobierno debe tener plan que ofrezca un “camino creíble” para cerrar el déficit fiscal y termine de estabilizar la economía, presa de una de las inflaciones más altas del mundo pese a los congelamiento de precios y los múltiples cepos al dólar.

“Aún los que quieren estar con Fernández no están dispuestos a apoyar un acuerdo débil que no lograría los objetivos mínimos”, advirtió.

En Estados Unidos creen que la Argentina y el Fondo se encaminan a cerrar un acuerdo “light” que dejará para más adelante las reformas estructurales y la resolución de los problemas de fondo de la economía, y sólo servirá para refinanciar los vencimientos de la deuda y evitar el daño mayor de un impago del país con el organismo. Muchos advierten que un programa de ese estilo nacerá condenado al fracaso. Pero ante las señales de estancamiento que mostró la negociación en las últimas semanas, la posibilidad de un default con el Fondo –un “impago” o arrears, en la jerga del organismo– ha cobrado más fuerza.