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El curioso empleo de más rápido crecimiento por el coronavirus

En esta foto del miércoles 13 de mayo de 2020, Maria Fernanda trabaja en la búsqueda de contactos en el Departamento de Salud de Florida en el condado de Miami-Dade, durante la nueva pandemia de coronavirus, en Doral, Florida. (AP / Lynne Sladky)
En esta foto del miércoles 13 de mayo de 2020, Maria Fernanda trabaja en la búsqueda de contactos en el Departamento de Salud de Florida en el condado de Miami-Dade, durante la nueva pandemia de coronavirus, en Doral, Florida. (AP / Lynne Sladky)

Desde que en marzo pasado se produjera la crisis sanitaria por el coronavirus Covid-19 y miles de empresas y negocios tuvieran que cerrar, más de 40 millones de estadounidenses se han quedado sin empleo, teniendo que acudir a las ayudas de los estados y del gobierno federal.

Sin embargo, esta dramática situación laboral también ha propiciado la creación de un nuevo empleo: rastreador de contactos. Se trata de una persona que trabaja en beneficio de los sistemas de salud, específicamente en el rastreo de personas que pudieran estar infectadas con el Covid-19 y que no hayan presentado síntomas evidentes.

Estos rastreadores simplemente emplean el teléfono para llamar a personas cercanas a pacientes confirmados de coronavirus, a quienes les brinda información sobre la enfermedad, y los alienta para que entren en cuarentena por 14 días y así evitar infectar a otros.

¿Hay que ser universitario?

Según un reporte de CNBC, no necesariamente estas plazas exigen que la persona posea un título de una institución de educación superior.

Aunque los expertos dicen que las habilidades del pensamiento crítico y la persistencia son las claves del éxito, curiosamente el rastreo de contactos no implica mucho trabajo de detective.

Luego de que el personal médico haga contacto con las personas cuyas pruebas de salud han dan positivo en Covid-19 y les hayan solicitado los nombres y los números de teléfono de sus allegados, generalmente familiares inmediatos, amigos o compañeros de trabajo, esta información pasa a los rastreadores de contacto, quienes pueden ser empleados capacitados que no necesariamente deben poseer un título universitario ni experiencia en atención médica.

“La idea errónea de mayor peso sobre el seguimiento de contactos es que se necesita tener capacitación o experiencia en salud pública”, aclaró Christiana Coyle, profesora de la Escuela de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York y ex investigadora de contactos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de York.

“Es más importante”, dice, “que uno se sienta cómodo con la terminología médica, trabajando con un guión y llamando a la gente. Para mí, las llamadas en frío fueron la parte más difícil, ya que les estás dando noticias potencialmente muy inquietantes y serias. Nunca sabes lo que encontrarás en el otro extremo del teléfono”.

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En esta foto del martes 19 de mayo de 2020, la investigadora del Departamento de Salud del Condado de Salt Lake, Mackenzie Bray, señala un tablero que muestra un caso hipotético que sirve como una herramienta para enseñar a los nuevos rastreadores de contactos cómo rastrear a todas las personas con las que tienen que ponerse en contacto después de un positivo por COVID-19. Algunos casos involucran solo a unos pocos miembros de la familia, mientras que otros requieren que los investigadores de salud alerten a docenas de personas que podrían haber estado expuestas. (Foto AP / Rick Bowmer)

El rastreo de contactos no es nuevo. De hecho, esta ya ha sido una técnica efectiva para contener la propagación del VIH, la tuberculosis, el sarampión e incluso las enfermedades transmitidas a través los alimentos en Estados Unidos.

El Congreso ya ha asignado casi 26.000 millones de dólares en ayudas a los departamentos de salud pública; con estos fondos se financian tanto las pruebas médicas como el trabajo de estos rastreadores. Sin embargo, varias organizaciones de salud pública están solicitando que se habiliten al menos 7.600 millones de dólares más, específicos para este tipo de rastreo.

La cifra de rastreadores que se necesita para un seguimiento cabal fluctúa entre los 184,000 calculados por investigadores de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, y los 300,000, según Tom Friedman, director de los CDC durante la presidencia de Barack Obama.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud de Condados y Ciudades, en estos momentos cada estado de la nación debe tener 30 rastreadores por cada 100,000 residentes, a diferencia de la proporción de 15 por cada 100,000 que se recomienda en tiempos normales.

Los gobiernos estatales y locales están contratando a nuevos empleados a partir de la reasignación de contenidos de trabajadores ya existentes, o tomándolos directamente de la Guardia Nacional. También se están reclutando a voluntarios o contratándolos a través de empresas dedicadas a la dotación de personal.

La tecnología en función del rastreo de contactos

“Silicon Valley está diseñando aplicaciones que automatizan el rastreo de contactos”, asegura Daniel Gabriel, el CEO de la empresa AM LLC, dedicada a proveer servicios de salud y tecnología de la información. “Tales aplicaciones han funcionado bien en países de Asia, como China y Corea del Sur, aunque en Estados Unidos tenemos una expectativa muy diferente sobre la privacidad y las libertades civiles”.

Los despidos recientes en instituciones del gobierno y en los sectores de atención médica han creado un gran grupo de candidatos para este trabajo de seguimiento de contactos.

"Es importante es que los rastreadores de contactos y las personas que investigan cada caso conozcan las comunidades a las que prestarán sus servicios”, advierte Michael Fraser, director ejecutivo de la Asociación de funcionarios de salud estatales y territoriales.

“Las personas que han perdido empleos pero son muy activas en sus comunidades pueden querer postularse. Lo mismo con los estudiantes que se han tomado un año sabático de la universidad, o con personas que se ofrecen como voluntarios para AmeriCorps o para algún otro programa de servicio nacional”, concluyó.