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Brian Fernández, el jugador que arruinó su carrera por las adicciones. Y debería alarmar al futbol entero

Brian Fernández en un partido de Liga MX con Necaxa en marzo de 2019. (Oscar Meza/Jam Media/Getty Images)
Brian Fernández en un partido de Liga MX con Necaxa en marzo de 2019. (Oscar Meza/Jam Media/Getty Images)

Brian Fernández vivió un cuento de hadas en tiempo récord. Necaxa, equipo experto en detectar talento para venderlo a cifras millonarias, lo compró a Racing de Avellaneda en julio de 2018. De acuerdo con el portal especializado Transfermarkt, esa operación se cerró en unos 700 mil dólares. Una cifra de regalo en el mundo del futbol. Menos de un año después, en mayo de 2019, Fernández se marchó a la MLS con el Portland Timbers a cambio de12 millones de dólares a los Rayos.

El atacante argentino hizo 16 goles y dio cinco asistencias en los 30 partidos que jugó en México. No pudo disputar la Liguilla del Clausura 2019 porque Portland reclamó su presencia de manera inmediata. Y él respondió dentro del campo: marcó once goles en 19 partidos. Todo marchaba bien. Después de un largo peregrinar por su país, por Francia y Chile, Fernández finalmente se había asentado como futbolista profesional. Pero un viejo fantasma lo atrapó de nuevo. En julio de 2015, Fernández dio positivo a dos pruebas antidoping, ambas mientras jugaba con Racing; una por el torneo local y otra por la Copa Libertadores. Fue suspendido durante año y medio. La sustancia detectada en sus exámenes fue cocaína.

En octubre de 2019, el Portland Timbers anunció que el jugador entraría al programa de abuso de sustancias y salud conductual de la MLS (SABH por sus siglas en inglés). Fernández dijo en ese momento que no había vuelto a recaer en las adicciones, pero que quiso entrar al programa de manera voluntaria. "Pedí ayuda para no volver a caer en ciertas cosas que me han pasado en la vida. Me dijeron que había un lugar al cual yo podía ir. Nada. Agarré, le dije que sí, que hoy mismo quería ir. Y me fui. Y fue eso lo que pasó", contó a Olé.

Un mes después de haber entrado al programa, Fernández fue cortado del Portland Timbers. El club y la MLS anunciaron la separación contractual de manera muy escueta. Según el acuerdo de negociación colectiva, citado por TUDN, el comisionado de la MLS, Don Garber, puede rescindir un contrato con 24 horas de aviso si un jugador "viola el SABH o está sujeto a sanciones por dar positivo por una sustancia prohibida, por incumplimiento, o por negarse a someterse a una prueba de drogas como lo exige el SABH”. Antes de Fernández, ningún jugador en la historia de la MLS había sido cortado de un equipo por casos de dopaje. Hasta ese año, los cuatro casos registrados (Jon Conway, Jeff Parke, 2008; Josh Williams, 2011; Román Torres, 2019) se habían saldado con suspensión de partidos. A esa sanción también se ciñó Kortne Ford, defensa del Kansas City, el año pasado —se perdió diez partidos—.

Actualmente la ficha del jugador pertenece a Colón, equipo de Primera División que lo ha cedido a equipos de Segunda División como Ferro y Deportivo Madryn. El fin de semana pasado se difundió la noticia de que Fernández estaba desaparecido, pues su automóvil fue encontrado desvalijado en Alto de Niguera, Santa Fe. De acuerdo con su familia, Fernández no estuvo desaparecido, simplemente se quedó sin gasolina ni dinero en esa zona y abandonó su auto. En el programa de radio "Cómo te va", Araceli Fessia, su pareja, habló de los difícil que ha sido lidiar con el problema de las adicciones en el que Fernández ha recaído constantemente.

"Nosotros estamos hace ocho años con Brian (tiene un hijo de cinco años). Pero llevamos luchando con este enfermedad hace tres años, que es fuerte fuerte. La realidad es que no está desaparecido. Él nunca estuvo desaparecido y en el caso que desaparezca, voy a ser yo la que va a informar a los profesionales o Policía para que salgan a ayudarme. Lo he hecho en varias ocasiones el cual se ha filtrado hasta las denuncias. Esta vez no hubo denuncia porque no estuvo desaparecido. Sí estuvo en unos días malos pero tanto yo como los profesionales que me ayudan no le perdemos el rastro en ningún momento. No dejamos que corra riesgo”, dijo Fessia. En enero de 2020 Fernández faltó a una semana de entrenamientos con Colón y el club decidió pedir apoyo a la policía pues el jugador no respondía llamadas telefónicas y nadie sabía dónde estaba. Finalmente se supo que estaba en el domicilio de un familiar.

Fernández sumó a su historial de conflictos dos episodios el año pasado: en mayo fue internado en Madryn tras ser encontrado en estado inconveniente y en octubre fue detenido en Santa Fe por lanzar piedras en una estación de autobuses. Luego se supo que de octubre a noviembre estuvo internado un mes por un brote psicótico, motivo por el que apedreó los autobuses. Como reconoció su pareja, Fernández sigue en una pelea por vencer las adicciones que ha sido tormentosa. "Esta enfermedad trata mucho de voluntad propia y con el tiempo aprendí que yo sola con mi nene (su hijo) no puedo meterme en los lugares donde él (Brian Fernández) se mete con la gente que él se mete. Pero sabemos quién le abre la puerta, sabemos dónde está en todo momento, sabemos quién le accede cosas, quién no, quiénes son esas personas buenas que continuamente nos dicen ‘mirá, acá está’ o ‘acá lo pueden ver'", explicó.

El apoyo no le ha faltado. Pero Brian Fernández ha sido protagonista de una historia dolorosa, que pone de relieve que el dinero y la fama no lo son todo en el futbol. Esa es sólo una cara de este deporte. La otra es la que ha perseguido a Fernández durante toda su carrera. Pudo hacer una carrera amplia en México o Estados Unidos, pudo resolver su futuro con un contrato jugoso, pero no pudo vencer a las adicciones. Con 28 años, todavía puede tener historias que contar en el futbol, pero eso pasa a segundo plano. Nada importa más que Brian Fernández persona. Y eso debería entenderlo él antes que nadie.

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