Tras el Brexit, Gran Bretaña prohibirá la entrada de los trabajadores que no hablen inglés

LONDRES.- El gobierno británico anunció hoy un nuevo sistema inmigratorio, que regirá desde el 1° de enero próximo, a partir del cual podrá restringir la concesión de visas a trabajadores no calificados, como también a aquellos que no hablen inglés.

"Tenemos que cambiar el enfoque de nuestra economía para dejar de depender de la mano de obra barata de Europa y concentrarnos en la inversión en tecnología y automatización. Los empresarios tendrán que adaptarse", sostuvo Downing Street en un documento que expone su nueva política migratoria tras la salida del país de la Unión Europea (UE), el 31 de enero.

El primer ministro Boris Johnson introdujo el plan a través de su cuenta de Twitter. "El próximo año implementaremos un sistema inmigratorio basado en puntos que dará la bienvenida a los mejores y más brillantes de todo el mundo mientras mantenemos el control de nuestras fronteras", señaló Johnson.

El esquema entrará en vigencia el 1° enero de 2021 y estará basado en puntos, que se asignarán en función de las habilidades y calificaciones, específicas de cada solocitante, como también de su profesión y su nivel de ingresos. Asimismo, solo se le otorgarán visas de trabajo a los solicitantes que obtengan los requerimientos equivalentes a un mínimo de 70 unidades, según informó el ministerio del Interior en un comunicado.

De esta forma, el sistema priorizará a los profesionales de sectores con carencia ocupacional en el Reino Unido y exigirá como requisito que cuenten con ofertas de trabajo por un mínimo de 25.000 libras esterlinas anuales. Por otro lado, permitirá que un número reducido de trabajadores altamente calificados puedan instalarse en el país sin empleo.

Por contrapartida, el nuevo esquema prohibirá el ingreso de trabajadores autónomos no calificados, como por ejemplo los plomeros y albañiles de Europa del este.

Preocupación

Según The Guardian, los representantes de distintas industrias, como el sector agrícola y el de los servicios, expresaron su preocupación tras el anuncio, al argumentar que el nuevo sistema provocará una escasez de mano de obra. El medio afirma que "líderes de la industria" acusaron al gobierno conservador de poner en riesgo la economía con el nuevo esquema, que podría tener "consecuencias desastrosas", que incluyen la pérdida de empleo y el cierre de fábricas y comercios urbanos.

La ministra del Interior, Priti Patel, sugirió en cambio que las empresas deberán ayudar a los trabajadores británicos a "mejorar sus habilidades y volverlas más relevantes" al mercado laboral.

Nigel Farage, líder del Brexit Party y un ferviente crítico de la UE, celebró la medida en su cuenta de Twitter: "Este anuncio es un gran paso en la dirección correcta. Retomar el control es bueno, pero ejercer ese control debe ser la prioridad. La migración neta debe disminuir".

La oposición, en cambio, cuestionó la estrategia, al afirmar que el proyecto podría desalentar por completo la inmigración, a diferencia del modelo australiano del que se inspiró. El Partido Laborista criticó el plan migratorio, que calificó como "un desastre", y pidió garantizar excepciones al menos en sectores estratégicos como la salud, donde numerosos enfermeros son extranjeros; no obstante, su líder Jeremy Corbyn no se pronunció al respecto por el momento. Otros sectores de la oposición acusaron al gobierno de xenofobia.

Agencias ANSA, Reuters y AFP