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"Nos negamos a jugar por respeto a los muertos": el presidente del Brescia no quiere que la liga italiana se reanude

Massimo Cellino, presidente del club de fútbol Brescia, hablando ante un micrófono.
Massimo Cellino, presidente del Brescia. Foto: Pier Marco Tacca/Getty Images.

Brescia (pronúnciese “bresha”) es una ciudad de Lombardía, en el norte de Italia, a menos de 100 kilómetros de Milán. Con cerca de 200.000 habitantes, es la segunda localidad más poblada de la región, y aparte de por su larga historia, que se remonta a más de tres milenios, se la conoce por su notable patrimonio cultural y por ser uno de los polos industriales del país. Pero últimamente, sin embargo, se habla mucho de ella porque forma parte de uno de los focos más importantes de expansión de la epidemia del coronavirus en Europa.

Aunque el principal foco de contagio puede considerarse que está en Bérgamo, donde se han llegado a ver situaciones dantescas (hace un par de semanas se difundieron imágenes del ejército trasladando féretros para incinerarse en otras localidades porque las funerarias locales no dan abasto), la distancia es lo suficientemente corta como para que la situación allí también sea desesperada. Por eso, ahora mismo la última preocupación de los brescianos es el fútbol. De ahí que Massimo Cellino, presidente del club local que juega en Serie A, haya pedido en numerosas ocasiones que se cancele la temporada.

Pero ahora el dirigente ha ido más allá. Ante la posibilidad planteada por algunos de que la competición se reanude, posiblemente a puerta cerrada, cuando la catástrofe haya empezado a remitir, Cellino se ha mostrado tajante. En una entrevista para La Gazzetta dello Sport ha asegurado que, en caso de que le obligaran a jugar, está dispuesto a no presentar al equipo y aceptar que le den por perdidos todos los partidos restantes. “Lo haría como forma de respeto hacia los ciudadanos de Brescia y sus seres queridos que han fallecido”.

“No se debe reanudar por una larga serie de razones. Mi discurso se basa en dos pilares: el respeto a la salud y la salvación de la estructura del fútbol. Tras haber perdido esta temporada, destrozaremos también la siguiente, que será decisiva para resurgir”, dice en referencia a las propuestas de disputar los partidos que faltan en los próximos meses y hacer que la campaña 2019/20 concluya en julio, cuando normalmente se estaría en plena pretemporada del próximo curso. A favor de terminar el campeonato se habían manifestado personalidades como Gabriele Gravina, presidente de la federación nacional de fútbol.

El futbolista italiano Mario Balotelli disputando un partido con el Brescia contra la Juventus.
Mario Balotelli durante un partido con el Brescia. Foto: Massimiliano Ferraro/NurPhoto via Getty Images.

Cellino se refirió también al nuevo decreto gubernamental que extiende el cierre de instalaciones deportivas para entrenamientos incluso para deportistas profesionales, que originariamente expiraba este viernes, hasta el 10 de abril. Y lo hizo para sostener que le parece poco. “Estamos en pleno centro de la epidemia, todas las fechas son equivocadas. Y en cualquier caso, los jugadores vienen de 45 días de inactividad total, necesitarían un mes solo para ponerse en forma”.

Hay algunos rivales que explican la actitud tan beligerante de Cellino por el hecho de que, antes de que todo estuviera anulado, la temporada del Brescia estaba siendo desastrosa. De los 26 partidos que había dado tiempo a jugar solo habían ganado cuatro y empatado otros tantos; los 18 restantes se contaban por derrotas. Con 16 puntos en la tabla, son colistas, y pese a contar en la plantilla con figuras de cierto renombre como el islandés Birkir Bjarnason, el prometedor centrocampista Sandro Tonali o el delantero Mario Balotelli, se antoja no imposible pero sí muy difícil que en los 12 encuentros restantes recorten la distancia necesaria para salvarse, que ahora mismo es de nueve puntos.

El mandatario, no obstante, quiere dejar claro que no es esa la razón. “Descender me da igual, hasta ahora nos lo hemos merecido y también yo tengo mi parte de culpa”. Incluso ataca duramente a quienes insinúan algo así: “El otro día me lo dijo Claudio Lotito [presidente de la Lazio, segunda en la clasificación solo un punto por debajo de la Juventus], que no quiero jugar para salvarme. ¡Con qué autoridad lo dice él, que pretende seguir a cualquier precio porque quiere ser campeón!”.

No es Cellino el único directivo que cree que lo más prudente es parar. En un contexto en el que Italia suma más de 13.000 fallecidos por el coronavirus, representantes de otros clubes como el Torino o la Fiorentina están de acuerdo en que no hay opción mejor que la cancelación definitiva y volver, si se puede, la próxima temporada. Pero ninguno es tan vehemente como Cellino, que incluso ha cargado contra la UEFA: “Son arrogantes e irresponsables, solo piensan en los trofeos y en intereses económicos. Si quiere hacer algo útil, que envíe bombonas de oxígeno y respiradores. Lo agradeceremos”.

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