Anuncios

Brasil: el polémico Bolsonaro, entre cruces y un "machete" en el segundo debate televisivo de los candidatos

RIO DE JANEIRO.- La generación de empleos y la lucha contra la corrupción fueron los temas principales del segundo debate televisivo entre los candidatos a presidente de Brasil para las elecciones del 7 de octubre, en el que el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro quedó más expuesto por su falta de propuestas económicas y por sus controvertidas posturas sobre temas sociales.

El encuentro transmitido por la cadena RedeTV! fue el primero luego del registro de las fórmulas partidarias ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) la semana pasada. Y aunque el canal había accedido a dejar un atril vacío con el nombre del candidato favorito, el encarcelado expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), poco antes del inicio del programa, la mayoría de los otros postulantes votó por retirarlo.

La iniciativa partió de Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL). "No habrá un púlpito para un bandido", resaltó el polémico diputado en referencia a la pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de dinero que el exmandatario cumple como resultado de las investigaciones de la Operación Lava Jato. Justamente por su situación penal, la candidatura de Lula ya recibió siete pedidos de impugnación, ya que la legislación electoral no permite que un condenado en segunda instancia compita por un cargo electivo.

La moción de Bolsonaro fue apoyada por seis de los otros siete aspirantes al Palacio del Planalto: la ecologista Marina Silva, de la Red Sustentabilidad (Red); el exgobernador de Ceará Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT); el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB); el senador Alvaro Dias, de Podemos; el exministro de Economía Henrique Meirelles, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB); y el diputado Cabo Daciolo, de Patriota. Sólo votó en contra el candidato del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Guilherme Boulos, excoordinador del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), aliado tradicional del PT.

Según las encuestas electorales, Lula es el candidato que más respaldo tiene, un 30%, seguido por Bolsonaro (19%), Silva (15%), Gomes (10%), y Alckmin (7%). Los demás tienen alrededor de un 1% de intención de voto cada uno.

Con algunas preguntas enviadas por el público y otras realizadas por periodistas de la cadena, el debate dedicó gran parte del tiempo al problema del desempleo. Pocos días antes, el Instituto Brasileño Geografía y Estadísticas (IBGE) había revelado que 27,6 millones de brasileños sufren por la falta de trabajo; 13 millones están desocupados y el resto subempleado.

"Brasil tiene tres grandes desafíos para generar empleos: el ajuste fiscal, las inversiones y la productividad. Es evidente que mejorar el ambiente de negocios significa no sólo hacer una reforma tributaria sino también combatir la corrupción", señaló Gomes al vincular la situación económica con los enormes desvíos de dinero y sobornos que reveló en los últimos cuatro años la Lava Jato. Con él coincidieron otros rivales como Marina Silva y Geraldo Alckmin.

Tras afirmar que en un eventual gobierno suyo fortalecerá el Ministerio Público y la Policía Federal para que los políticos no puedan "sabotear" la Lava Jato, Silva indicó: "Para generar empleo, vamos a recuperar inversiones en la construcción civil. Pero queremos que sean empleos duraderos. El turismo es también una forma de generar empleo para la juventud. Y vamos a tener un modelo de desarrollo que apueste en la energía renovable, limpia y segura".

A su turno, Alckmin dijo: "Brasil tiene prisa. Quiero ser presidente para que el 1º de enero presentemos reformas que permitan retomar la actividad económica rápidamente. Y en relación con el combate a la corrupción: tolerancia cero".

El machete de Bolsonaro

Ya al ser cuestionado sobre los temas económicos, Bolsonaro se mostró inseguro (tenía un "machete" escrito en su mano izquierda con tres asuntos que quería destacar: su ventaja en las encuestas, su defensa del porte de armas; y su rechazo a Lula), y sólo expresó generalidades sin propuestas concretas. "Todo lo que el PSDB y el PT hicieron a lo largo de los últimos 20 años llevó a este caos, al desempleo", respondió para lanzarse al ataque de sus rivales, y ya después de eso quedó incómodo e irritado, como se notó por su tono de voz alto.

Fue Marina Silva quien lo puso en obviedad y protagonizó el cruce más tenso de la noche, después de que el diputado aseguró que la disparidad salarial entre hombres y mujeres no es un problema importante, y abogó también por el libre porte de armas para luchar contra el crimen.

"Usted cree que puede resolver todo con gritos, con violencia. Nosotras, las madres, educamos a nuestros hijos y usted se la pasa enseñando a los jóvenes a resolver las cosas a los gritos. El otro día hasta agarró la mano de una chiquita y le enseñó a disparar. ¿Esa es la enseñanza que quiere darle al pueblo brasileño? ¿Eso es lo que dice la Biblia?", lo increpó la reconocida ecologista, que al igual que Bolsonaro es una ferviente evangélica, aunque aceptaría convocar una consulta popular para despenalizar el aborto.

"Y sólo una persona que no sabe lo que significa ser mujer puede decir que existe la paridad salarial. Podemos tener las mismas capacidades, la misma competencia, pero somos las primeras en ser echadas, las últimas en ser ascendidas; y cuando nos ponemos en una fila de empleos, no se nos acepta por solo el hecho de ser mujer", subrayó Silva en una aplaudida intervención que debería ayudarla a ganar votos de las mujeres, que representan el 52% del electorado este año.