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Nadie lleva las botas blancas como Rosie Huntington-Whiteley

Nadie lleva las botas blancas como Rosie Huntington-Whiteley

Si eres de las que todavía cree que las botas blancas son horteras es porque aún no has visto cómo las lleva Rosie Huntington-Whiteley. Para muchas personas este calzado mantiene aún la etiqueta de vulgar o chabacano bien sujeta desde hace años, pero la modelo parece haberse propuesto quitarla de un plumazo convirtiéndose en toda una experta en lucirlo en clave sofisticada.

De su particular masterclass sobre las botas blancas podemos sacar varias cosas en claro. La primera, que la elección del modelo lo es todo. Olvídate de diseños en blanco nuclear y céntrate mejor en los de tonos crudos o avainillados porque a pesar de que permiten un abanico menos amplio de opciones resultan mucho más elegantes.

Tampoco peques de elegir un par de forma tosca o con plataforma por mucho que lo dicten las tendencias –sobre la pasarela hemos visto propuestas de firmas como Balmain o Courrèges que van por una línea de lo más vanguardista– y limítate a los modelos clásicos, ajustados de punta más afilada. Si además ofrecen algún detalle diferencial - efecto animal print, una hebilla o un tacón de original forma geométrica, por ejemplo- mucho mejor.

Busca que sean botas de piel y huye de los acharolados o los materiales brillantes, la apariencia mate siempre es la mejor de las elecciones por ser la más discreta y la que asegura el acierto.

Si te estás preguntando cuáles son las favoritas de Rosie Huntington-Whiteley te sacamos de dudas: las de Giaborghini y las de Bottega Veneta.

La segunda de las lecciones que hemos aprendido es que si queremos que parezcan refinadas, hay que tratarlas como tal. Es decir, de nada vale elegir un par de lujo para quitarlas el sanbenito de bastas si luego somos nosotras las que las combinamos como si lo fueran. Aquí la mayor garantía está precisamente en el perfil de Instagram de Rosie Huntington porque en él hay muchos looks en los que inspirarse. Se las hemos visto conjuntadas con vestidos camiseros apostando por el monocromatismo, con una blusa y una falda midi, con una gabardina deluxe, con un delicado diseño de punto…todo queda bien con unas botas blancas según la codiciada modelo.

Entre sus propuestas no hemos encontrado mezclas extravagantes ni estilismos deportivos o informales, su virtud está en haberse sabido llevar al terreno más selecto un tipo de zapatos que a priori puede parecer completamente ajeno a ese territorio. Ese es el verdadero arte.

Y como tercer aprendizaje podemos destacar precisamente la gran capacidad de adaptación que tiene este calzado a nuestro día a día aunque cueste creerlo. Nuestra mente piensa automáticamente en el negro o el beige como recurso a la hora de elegir botas pero si sabemos la facilidad que da el blanco en cualquier prenda a la hora de ser combinado por su neutralidad, ¿por qué no probar con los complementos también? Todas las pruebas reafirman que esta peculiaridad también coincide.

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