Los bonos siguen bajo presión y el riesgo va rumbo a los 2000 puntos

La tasa de riesgo país avanzó otro 3,1% ayer, a consecuencia de los coletazos en el mercado de la puja que lleva adelante la provincia de Buenos Aires con sus acreedores para tratar que le acepten la postergación del pago de un bono.

Ese indicador cerró la jornada en 1984 puntos básicos, 60 unidades más que anteayer, tras haber alcanzado en horas del mediodía un pico de 1992 puntos. Pese a ese alivio, en la segunda parte de la rueda de negocios, el riesgo escaló a su mayor nivel desde mediados de diciembre, cuando estaba sobre los 2000 puntos.

"Todavía estamos por debajo del nivel de riesgo con el que asumió Fernández, aunque seguimos fuera de los mercados. En estos días va a haber tensiones y es probable que supere los 2000 puntos, pero no es un dato inesperado: el Gobierno descontaba que esto iba a pasar", juzgó Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.

Todo fue consecuencia de una nueva depreciación del valor de mercado de los principales bonos de la deuda soberana argentina emitida en moneda extranjera, en especial, entre aquellos de plazo más largo. Algunos, como el Bono Centenario (AC17D, con vencimiento en 2117), cayeron 1,27%, mientras el Bonar 2020 descendió 2%, entre otros.

"Los bonos en dólares operaron ofrecidos durante toda la rueda con bajas al cierre de entre 70 centavos y 1,2 dólar promedio para toda la curva. Y los títulos en pesos cortaron su dinámica alcista de los últimos días", observó el Grupo SBS en su reporte diario de mercado.

Las pérdidas habían sido muy superiores en la primera parte de la rueda, es decir, antes de que la administración Kicillof informara que había extendido hasta el 31 de enero el plazo para que los tenedores de su Bono 2021 (BP21) acepten diferir el pago originalmente previsto para el día 26 del actual.

Antes de ese anuncio, algunos bonos en dólares llegaron a caer hasta 10% y parecían no hallar piso.

Camino difícil

La extensión del plazo dejó a la vista que el gobierno bonaerense no consiguió el acuerdo mínimo del 75% de los acreedores de ese título para lograr imponer el diferimiento de pago, por lo que decidió estirar la fecha de aceptación hasta el 31 de enero.

Tomando en cuenta que el anuncio ratifica que este fin de semana no se hará el pago, lo que hay que considerar es que la provincia cuenta con 10 días más de gracia (hasta el 5 de febrero) para concretar el desembolso de los US$250 millones que corresponde pagar por una nueva cuota de amortización del título que vence en un año. De hacerlo, pese a la demora, evitaría caer en default.

De no hacerlo hasta ese entonces, la administración Kicillof podría enfrentar mayores complicaciones, ya que el bono fue emitido con cláusulas que les permiten a los acreedores, en caso de incumplimiento, solicitar la aceleración de pagos.

"La de la provincia de Buenos Aires es una negociación delicada", dice María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos. "Lo es porque está en juego un monto relativamente chico, una carta que utilizan las dos partes: por un lado, el gobierno bonaerense les dice a los acreedores que lo esperen porque es 'poca plata', pero a su vez estos le responden que si es así, entonces que haga un esfuerzo y lo 'pague'", explica.