Bolsonaro evalúa enviar al ejército a combatir el fuego del Amazonas

Bajo creciente presión interna y de la comunidad internacional, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, autorizó ayer el uso de las Fuerzas Armadas para combatir los descomunales incendios en el Amazonas.

Poco antes de dirigirse anoche al país en cadena nacional, el mandatario firmó el decreto que permite que los militares actúen en "acciones preventivas y represivas contra delitos ambientales", y en la "identificación y el combate de los focos de fuego" incluso en tierras indígenas, en áreas fronterizas y de conservación ambiental. La medida será efectiva a partir de hoy y, en principio, por un mes, con posibilidad de que se extienda.

"El empleo de las Fuerzas Armadas será en articulación con órganos de seguridad pública y con órganos y entidades públicas de protección ambiental", señaló el texto firmado por el presidente, quien pocas semanas atrás rechazó los informes oficiales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) que revelaban un aumento de la deforestación en la selva amazónica y despidió al director del organismo.

El ministro de Defensa será el encargado de definir la distribución de los medios disponibles y los comandos para la operación.

Varios gobernadores de estados amazónicos habían advertido que no contaban con recursos suficientes para combatir las llamas. Anoche, el Palacio del Planalto aseguró que la situación estaba bajo control.

Los fuegos forestales aumentaron un 85% en lo que va del año en comparación con el mismo período de 2018. Hasta el jueves, se registraron 76.720 focos, un 52,6% de ellos en la región amazónica.

En un principio, el gobierno atribuyó los incendios a la temporada seca, pero luego el presidente insinuó que las ONG ambientalistas los habían propagado en represalia por haberles cortado fondos públicos y el acceso al financiamiento externo. Su declaración suscitó una fuerte ola de rechazo internacional.

Desde la campaña electoral, Bolsonaro había señalado que la protección ambiental era un obstáculo para el desarrollo económico de Brasil. En su breve mensaje en cadena nacional, anoche, el mandatario marcó un cierto cambio de postura por la crisis que se generó. Resaltó que la "protección de la selva es nuestro deber" al comprometerse a luchar contra los incendios criminales para deforestar.

"Somos un gobierno de tolerancia cero contra la criminalidad y en el área ambiental no será diferente", dijo, sin anunciar nuevas medidas, como era esperado. Aclaró que los incendios naturales ocurren todos los años y son mayores en años más calientes como el actual. Agregó que, aunque son muy numerosos, los de ahora están en el promedio de los últimos 15 años.

Al final del mensaje presidencial se sintieron cacerolazos en protesta por la falta de medidas más contundentes para solucionar el problema de los incendios.