La democracia brasileƱa resiste al ataque golpista del bolsonarismo
Brasilia, 8 ene (EFE).- La democracia brasileña resistió este domingo al ataque de miles de bolsonaristas que tomaron por la fuerza, por cerca de cuatro horas, las sedes del Gobierno, del Parlamento y del Tribunal Supremo, en la mayor agresión a los poderes republicanos vista desde el golpe de Estado de 1964.
Siete dĆas despuĆ©s de la investidura del presidente Luiz InĆ”cio Lula da Silva, los extremistas irrumpieron en los palacios violentamente, destruyendo todo lo que se encontraron a su paso, mientras que el jefe de Estado se encontraba de viaje en la ciudad de Araraquara, en el estado de Sao Paulo.
El mobiliario de los palacios fue destrozado y arrojado por las ventanas a la calle, aunque las autoridades todavĆa no han podido realizar un balance de los cuantiosos daƱos causados por la turba.
Tras el violento ataque, los funcionarios encontraron tirados por el suelo de los despachos pinturas al lienzo rasgadas, computadoras, impresoras y televisores daƱados, segĆŗn vĆdeos grabados por el ministro de Comunicación Social, Paulo Pimenta.
La turba no llegó a entrar en el despacho de Lula en el palacio de Planalto porque la PolicĆa llegó en ese momento, segĆŗn dijeron a EFE fuentes oficiales.
Los radicales no reconocen el resultado de las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó al ahora expresidente Jair Bolsonaro por un estrecho margen de menos de dos puntos porcentuales.
Este domingo, encaramados en la rampa del Congreso Nacional, los extremistas corearon consignas pidiendo la intervención de las Fuerzas Armadas, pero los militares no acudieron al llamado y sus comandantes se mantuvieron en estricto silencio.
Según informaciones preliminares, hasta el momento hay al menos 300 detenidos, aunque el ministro de Justicia, FlÔvio Dino, dijo que habrÔ mÔs arrestos en las próximas horas por los "actos terroristas".
Los ataques contra las instituciones recibieron una condena unƔnime por parte de todos los estamentos en Brasil y tambiƩn, por parte de los Gobiernos de AmƩrica Latina, de Estados Unidos y de Europa.
UN ATAQUE COORDINADO
Las protestas de este domingo fueron convocadas por los grupos bolsonaristas que llevan acampados frente al Cuartel General del EjĆ©rcito en Brasilia desde el dĆa posterior a las elecciones.
En mÔs de dos meses de concentraciones, los radicales han protagonizado varios hechos violentos, entre ellos un ataque a una sede policial y un intento frustrado de colocación de un explosivo cerca del aeropuerto de Brasilia, hace dos semanas.
Este domingo, miles de radicales viajaron en autobĆŗs desde otros puntos del paĆs para sumarse a las concentraciones que alentaban un golpe de Estado.
Los manifestantes, vestidos con banderas de Brasil y camisetas con los colores verde y amarillo, se dirigieron al centro de Brasilia a media tarde y pasaron sin inconvenientes por un pequeƱo cerco policial montado en la Explanada de los Ministerios.
Se dirigieron al Congreso Nacional y a continuación, al Tribunal Supremo y al palacio presidencial de Planalto, todos ellos ubicados en torno a la plaza de los Tres Poderes.
Ante la inacción de la PolicĆa capitalina, quebraron los vidrios de los edificios de palacios, considerados patrimonio de la Humanidad, y los invadieron causando destrozos en su interior.
LULA INTERVIENE
Lula reaccionó ordenando la intervención de los organismos de seguridad del Distrito Federal, región donde se encuentra Brasilia, y desplegando fuerzas federales para ayudar a expulsar a los golpistas de las instituciones.
Los agentes antidisturbios, utilizando gases lacrimógenos y bombas de estruendo, se hicieron con el control de las sedes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial unas cuatro horas y media despuĆ©s del inicio del ataque, ocurrido dos aƱos y dos dĆas despuĆ©s del violento asalto al Capitolio de Estado Unidos, por parte de ultraderechistas con los que el bolsonarismo estĆ” alineado.
En una declaración desde Araraquara, donde se encontraba de viaje, Lula afirmó que hubo "incompetencia" y "mala fe" por parte de los responsables de seguridad de Brasilia, que dependen de la administración del gobernador Ibaneis Rocha, aliado de Bolsonaro.
El mandatario culpó de la situación a los discursos de Bolsonaro "estimulando" las manifestaciones golpistas y aseguró que los "fascistas" serÔn llevados a la justicia, asà como los patrocinadores del ataque.
Poco antes del anuncio de Lula, el secretario de Seguridad de Brasilia, Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro, fue destituido de su cargo.
EL CAPITOLIO BRASILEĆO
El episodio vivido este domingo en Brasilia recordó a la invasión del Capitolio de Estados Unidos ocurrida el 6 de enero de 2021 por parte de simpatizantes del expresidente Donald Trump, quien guarda una relación de amistad con Bolsonaro, aunque el ataque brasileño tuvo una escala aún mayor.
El exmandatario brasileƱo, un admirador de Trump, se encuentra actualmente en Orlando, Estados Unidos, adonde viajó dos dĆas antes de la investidura de Lula sin billete de vuelta.
En las redes sociales, Bolsonaro rechazó de forma tibia los sucesos ocurridos en Brasilia, al afirmar que las manifestaciones pacĆficas "hacen parte de la democracia", pero "el vandalismo y las invasiones de edificios pĆŗblicos", en cambio, "escapan a la norma".
(c) Agencia EFE