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Bobby Driscoll: el niño estrella de Disney que ganó un Oscar a los 12 años y terminó en una fosa común

Un 30 de marzo de 1968 dos niños jugando en el vecindario de East Village de Manhattan tuvieron el macabro descubrimiento de un cuerpo. El hombre de 31 años era desconocido en la localidad y después de las pesquisas pertinentes, el cuerpo fue enterrado en la fosa común de la Isla Hart, lugar de descanso de cientos miles de vagabundos y cuerpos no reconocidos desde finales del siglo XIX. Lo que no sabían los niños ni las autoridades es que la persona que enterraban en una tumba anónima era Bobby Driscoll, uno de los jóvenes motores que comenzó la época dorada de Hollywood y la primera gran estrella de Disney.

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Robert Cletus Driscoll nació un 3 de marzo de 1937 en la localidad de Cedar Rapids, Iowa, hijo del vendedor de material aislante Cletus Driscoll y la maestra de colegio Isabelle Kratz. El destino de la familia cambió luego de su mudanza a Los Ángeles en 1943, cuando el peluquero de la familia les consiguió -mediante su hijo actor- una audición para una película de Hollywood. Bobby consiguió el papel gracias a su precoz inteligencia y su inocente apariencia, por lo que apareció en el filme dramático Lost Angel (1943) junto a Margaret O'Brien, James Craig y Marsha Hunt. Driscoll tenía solo seis años.

Su breve aparición abrió las puertas de Hollywood para el joven intérprete, quien pasó a actuar en cintas como la cinta bélica The Fighting Sullivans como uno de los mencionados hermanos, así como papeles secundarios en Sunday Dinner for a Soldier y The Big Bonanza, todas en 1944. En 1945, tuvo un papel menor en la cinta de misterio Identity Unknown y, para 1946, uno de los papeles principales en la película biográfica So Goes My Love sobre la vida del inventor Hiram Percy Maxim.

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"Él dejaba mucho impacto", recuerda la actriz Connie Stevens, una de las amistades en Hollywood que dejó Driscoll, en el documental Lost Boy: The Bobby Driscoll Story. "Creo que él era primariamente un actor de película, porque en la pantalla grande esos ojos y esa boca, él se convertía en un ser tridimensional, más grande que la vida. Y creo que ese fue su verdadero impacto cuando era un niño".

Su talento lo llevó a lograr otro hito, al convertirse en el primer actor -junto a la también estrella infantil Luana Patten- en firmar un contrato de exclusividad con Disney.

Pero fue otro de sus papeles, en el 1946, el que lo llevó al verdadero estrellato, al protagonizar la polémica película de Disney Song of the South (Canción del sur en Latinoamérica), una de las primeras películas en combinar la animación y actores reales.

En la cinta Driscoll interpreta a Johnny, un niño de siete años de la Era de la Reconstrucción - tras la Guerra Civil Americana y la abolición de la esclavitud - quien visita la plantación sureña de su abuela. Es ahí donde conocerá a tío Remus (interpretado por James Baskett), un sabio afroamericano lleno de conocimiento del folclore de su gente. Criticada como racista incluso al momento de su salida, la película ha sido ocultada por la Walt Disney Company hasta la fecha, sin versiones de VHS y otros formatos para el hogar disponibles, exceptuando versiones piratas.

Pero lejos de esta controversia, la cinta convirtió a Driscoll y a su coestrella Luana Patten en los 'niños dorados' de Disney y en 1948 protagonizaron la película So Dear to My Heart (Dentro de mi corazón), otra cinta que combina animación e imagen real. Esta cinta, junto a su poderosa actuación en el thriller The Window (1949) del estudio RKO le valió a Driscoll un Premio Juvenil de la Academia durante la 22° ceremonia de los Premios Oscar. "No creo haber estado tan emocionado en mi vida", dijo el joven actor cuando recibió la estatuilla.

El siguiente papel de Driscoll sería nuevamente con Disney. En 1950, protagonizó La isla del tesoro -adaptación de la novela homónima de Robert Louis Stevenson- en el rol de Jim Hawkins. Pese a problemas con la visa de trabajo de Driscoll, que obligaron a la producción a terminar todas sus tomas de primer plano en un periodo de solo seis semanas y a utilizar a un doble para las demás escenas, la película fue un éxito internacional. Pero a pesar de su creciente prominencia, el actor encontró problemas para encontrar nuevos proyectos a los cuales adjuntar su estrella.

En los próximos años, Driscoll continuó con su colaboración con Disney al dar su voz para el personaje de Goofy Jr. en dos cortometrajes. También incursionó en la televisión al aparecer en el primer especial navideño de Disney en 1950, titulado One Hour in Wonderland (Una hora en el País de las Maravillas), así como apariciones en los shows antológicos Lux Video Theatre (1951) y The Unexpected (1952).

En ese mismo periodo solo participa en dos largometrajes. La película When I Grow Up (Cuando crezca) de 1951 y la comedia The Happy Time (Los tiempos felices) en 1952. Curiosamente, ambas películas tratan sobre niños que pasan por un proceso de maduración, algo irónico tomando en cuenta que Driscoll se haría famoso en 1953 por interpretar un niño que nunca quería crecer: Peter Pan.

Driscoll fue la voz y el modelo en que los animadores se basaron para traer a Peter Pan a la vida, filmando las escenas que los animadores usaron luego de inspiración para la película. El protagonismo fue compartido con la joven actriz británica Kathryn Beaumont, quien años antes dió su voz para en el rol titular de Alicia en el País de las Maravillas (1951).

Peter Pan fue un éxito en las taquillas en su época, logrando recaudar alrededor de 41 millones de dólares en las taquillas (alrededor de 393 millones de dólares si contamos la inflación) durante su primer paso en los cines según Box Office Mojo. La cinta también se convirtió en uno de los clásicos más preciados de Disney, con su personaje principal convirtiéndose en un ícono de la animación cuya influencia se siente hasta la actualidad. Pero para Driscoll, entonces de 16 años, la película marcaría otro hito: sería la última vez que fue una estrella.

Las razones de la caída en gracia varían. Según el historiador Marc Eliot, autor del controvertido libro Walt Disney: Hollywood's Dark Prince (Walt Disney: El príncipe oscuro de Hollywood), el joven actor pudo haber sido la desafortunada víctima del poderoso magnate Howard Hughes -cuya vida fue adaptada a la pantalla grande por Martin Scorsese en el filme El aviador (2004), protagonizado por Leonardo DiCaprio-.

"Cuando Howard Hughes compró RKO, él, en efecto, se convirtió en el dueño de los estudios Disney", afirmó Eliot en una nota de Entertainment Weekly. "Él controlaba el dinero y odiaba a Bobby Driscoll. Él odiaba a los niños de Hollywood. Pensaba que eran precoces, falsos e increíblemente molestos. No quería que Bobby Driscoll estuviera más con Disney".

Otro factor blandido es que la pubertad no fue benigna con Driscoll, quien empezó a sufrir un severo caso de acné incluso cuando filmaba La isla del tesoro a inicios de la década, razón por la cual el actor puede verse usando una extensa base de maquillaje en sus escenas. El actor también había madurado en el intervalo, ya no era el adorable niño de antaño, sino un adolescente que parecía más el abusivo de la películas. Sea cual sea la razón de su salida, el golpe fue tremendo para el joven actor.

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"Escuché el rumor que la manera en que se enteró es cuando intentó ingresar al estudio y le dijeron 'no, ya no puedes ingresar más'", afirma el actor Billy Gray de The Day the Earth Stood Still (1951). "Él ni siquiera sabía que había sido despedido hasta que intentó entrar en el estudio".

La pérdida de su salario, de 1750 dólares semanales (alrededor de 17000 dólares en dinero actual), así como su falta de prospectos de trabajos lucrativos llevó a que Bobby tuviera que hacer un ajuste a la vida a la que él y sus padres se habían acostumbrado a llevar y el ahora adolescente actor dejó su educación en la Hollywood Professional School, en la que estudiaban todas las jóvenes estrellas, para ir a una escuela pública de Los Ángeles.

Víctima de las burlas de sus compañeros y golpeado por el estancamiento de su carrera, Driscoll empezó a experimentar con las drogas.

"Los otros chicos no me aceptaban", dijo en un artículo publicado cuando cumplió los 21 años. "Me trataban como alguien apartado del grupo. Y yo traté desesperadamente el ser uno de la pandilla. Cuando me rechazaron, peleé de vuelta, me volví agresivo y presumido y estaba con miedo todo el tiempo".

Pero no todo era lúgubre para el joven actor, quien logró sobrevivir con roles en series de televisión como el programa policial Dragnet, dos episodios de la serie antológica Schlitz Playhouse -uno en 1952 y otro en 1955- y en la serie TV Reader's Digest entre 1955 y 1956, entre otras.

Para 1955 se graduó de la Hollywood Professional School, a la que regresa a pedido de sus padres, y tiene un papel menor en el largometraje histórico The Scarlet Coat del realizador John Sturges. Es en esta etapa de su vida donde realizó frecuentes viajes a Nueva York para continuar su carrera actoral. También, según reportes, asistió brevemente a Stanford y la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles. Fue en esta época en la que tuvo una pequeña reunión con Disney, al aparecer en un video promocional el recientemente abierto parque de diversiones Disneyland y su barco pirata recreado de la película Peter Pan.

Para 1956, se casó con su novia Marilyn Jean Rush a la que conoció en uno de sus viajes a la localidad Manhattan Beach, California. Tras cinco meses de noviazgo la pareja se escapó a México para contraer matrimonio lejos de las objeciones de sus padres, pero en 1957 deciden renovar sus votos y casarse en los Estados Unidos. Para solventar la ceremonia Driscoll trabajó brevemente vendiendo ropa en una tienda de departamentos. Del matrimonio nacieron un niño y dos niñas.

Ese año también tiene su primera interacción negativa con la ley relacionado a narcóticos, al ser arrestado en julio de ese año por posesión de marihuana, aunque los cargos fueron retirados luego que la policía no lograra encontrar suficiente evidencia. Lo cierto es que el actor confesaría años después que desde los 17 años era un habitual consumidor de estupefacientes, en particular la heroína "porque tenía el dinero para pagarla". Un mes después volvió a enfrentarse a la policía acusado de disparar una pistola de juguete contra una transeúnte mientras estaba de paseo con sus amigos. No sería su último delito.

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Esta oleada de mala prensa afectó sus oportunidades laborales. A pesar de eso, gracias a la intervención de su amiga Connie Stevens, Driscoll consigue un papel en la cinta The Party Crashers en 1958. Fue su último largometraje. "Quiero continuar como actor", afirmó en una nota publicada poco después de salida la cinta. "Es, después de todo, lo que estoy más calificado para hacer. Me da la mayor satisfacción. Y creo que le puedo dar más a la sociedad y a la humanidad al actuar que haciendo cualquier otra cosa". En la misma nota Bobby confesó que no piensa mucho de su tiempo como una estrella infantil. "He olvidado esa parte de mi vida. He encontrado que las memorias no son demasiado útiles", afirmó.

La relación entre Bobby Driscoll y Marilyn Jean Rush terminó en un divorcio en 1960. Sobre su matrimonio, el actor dijo lo siguiente: "Éramos dos personas solitarias cuando nos conocimos y tratamos de encontrar un refugio entre nosotros. Ninguno de los dos podía depender de sí mismo. Yo dependía de ella para tener fuerza y ella en mí. Por un largo tiempo, los niños fueron la única cosa que nos mantuvo juntos. Casi nos destruimos entre nosotros antes de separarnos".

Pero el documental Lost Boy revela una arista más del caso de boca de Dan Driscoll, el hijo mayor del actor y Marilyn Jean Rush, al revelar que esta última empezó a desarrollar esquizofrenia.

"Mi padre y madre se conocieron cuando ella tenía 18 años y no estoy seguro cuánto eso se manifestó en su relación inicial", recuerda Dan, un pediatra retirado. "Pero si recuerdo cuando era un niño, de cinco o seis años, viviendo con mi madre y ella mostrando algunos de esos síntomas".

El 1960 también marcaría su último rol como actor profesional, una aparición en la serie de televisión Rawhide.

En su búsqueda para encontrarse a sí mismo, Robert Driscoll, ya no Bobby, terminó uniéndose a algunos artistas de la Generación Beat, pasando su tiempo en la comunidad de Topanga Canyon donde se solían reunir. Es ahí donde exploró otras realidades artísticas, mostrando una particular destreza a la hora de realizar collages. Pero sus problemas con la ley nunca estaban muy lejos y entre finales de la década de los 50 y principios de los 60 fue arrestado en varias ocasiones más por delitos como robo, asalto, falsificación y posesión de narcóticos.

Fue en la espera de unas de sus sentencias cuando Driscoll da una cándida entrevista para un artículo titulado "La vida de pesadilla de una exestrella infantil" (disponible en bobbydriscoll.net) por Fred D. Brown, una de las más cándidas miradas del actor sobre su vida.

"Me gustaría decir que mi infancia fue una feliz, pero no sería honesto. Me sentía solo la mayoría del tiempo. La infancia de un actor infantil no es una normal. Que las personas te digan continuamente '¡qué lindo niño!' crea una soberbia innata. Pero la adulación solo es una parte. Al ser una estrella, él (niño) es alejado de otras personas normales. Otros niños muestran su valor solo una vez, pero yo me tuve que validar dos veces con todos." La entrevista termina en una mirada positiva, con Robert presentando a su nuevo amor, Suzanne Stanbury, con quien curiosamente cometió algunos de sus crímenes. "Por primera vez en mi vida, estoy enamorado. Me voy a casar con Suzanne tan pronto como sea posible".

Pero su vida de fantasía se fue abajo cuando en mayo de 1961 el actor fue ordenado a pasar un tiempo en el centro de tratamiento para adictos de la Prisión Estatal de Chino en California, centro de reclusión en el que se quedó hasta 1962. Para 1965, una vez que su libertad condicional concluyó, viaja a Nueva York para intentar su suerte en Broadway, sin mucho éxito. Es ahí donde se vuelve parte del grupo del artista Andy Warhol y a su comunidad artística conocida como The Factory (La Fábrica). Pero el creativo ambiente tenía un lado oscuro y en medio de algunos de los artistas más vanguardistas de la Gran Manzana Driscoll encontró poca motivación para dejar su hábito con las drogas. Es durante esta época que aparece en su última película, el filme experimental de Piero HeliczerDirt vestido como una monja.

Connie Stevens, quien fue su colega en The Party Crashers fue una de las últimas personas en verlo con vida. "Me encontré con él y era una persona diferente. Me preocupé", recuerda en una entrevista para el documental Lost Boy. "Actuaba en el Show de Ed Sullivan y él visitó el set. Esto era casi a su final. Él vivía en [East] Village, (...) se veía bien, pero no lo estaba. Necesitaba dinero, pero [yo] estaba preocupada por dónde vivía y quién lo estaba cuidando. Pero pasó que en medio de esa conversación alguien me apartó para otro asunto. Le dije 'estaré de vuelta'. Esa fue la última vez que lo vi".

Robert Driscoll intentó contactar a otros de sus antiguos conocidos pidiendo ayuda. Uno de ellos fue el periodista y escritor Truman Capote, a quien quiso contactar mediante su amigo Andy Warhol ofreciéndole hablar de su vida para un libro.

"Mi nombre es Robert 'Bobby' Driscoll y fui una estrella infantil, ganador del Oscar -por dos filmes-, adicto a las drogas, criminal, pintor, poeta, fotógrafo, convicto, místico y cercanamente conectado con mucho de lo que la 'avant garde' ha hecho en los últimos 17 años. (...) Tengo una historia que podría ser muy interesante, emotiva, bastante quimérica biografía, si es hecha con cuidado y habilidad y sin intentar ser chocante, ridiculizar, acusar o suavizar, pero simplemente, delicadamente revelar", escribe Driscoll en la misiva, con una posdata que muestra su desesperación: "Pronto, por favor". Sin embargo, por una razón inexplicable Warhol nunca envió la carta.

A principios del 1968, sin dinero ni prospectos, abandonaría The Factory por última vez. Robert Driscoll, estrella de cine y 'niño dorado' de Disney, no sería encontrado hasta el 30 de marzo del mismo año, en una vivienda abandonada de East Village en Manhattan por dos menores. Su cuerpo estaba rodeado de panfletos religiosos y un par de botellas de cerveza. Según los peritos, el motivo de su muerte fue un ataque al corazón causado por el endurecimiento de sus arterias, síntoma común en personas que abusaban de la heroína. Tenía 31 años.

Sin identificación ni manera de contactar con sus familiares, el cuerpo fue enterrado en Potter's Field al norte de Isla de Hart. Su destino no sería conocido por su familia hasta 1969, cuando su madre Isabelle inició una campaña para reencontrarlo con su moribundo padre. Desafortunadamente, no sería hasta la muerte de su progenitor que la policía de Nueva York le envió una carta a la mujer donde le anunciaban que habían logrado identificar a su Robert gracias a sus huellas dactilares.

Isabelle no revelaría esta información hasta cuatro años después, cuando Canción del sur, la película que llevó a su hijo a la fama, volviera a los cines, motivo del cual fue entrevistada por la periodista Florence Epstein, quien terminaría escribiendo un artículo titulado "La solitaria muerte de una estrella".

En esta, la madre de Robert reflexiona por qué su hijo tuvo una vida tan tempestiva citando la teoría de su pastor: "Él dijo que Bobby ya no quería ser un 'niño bueno', había sido demasiado bueno. Él quería ser lo reverso. Quizás fue por eso".

Actualmente pocas personas recuerdan el nombre de Robert Driscoll. La ubicación exacta de su tumba se perdió durante un incendio y visitar la Isla de Hart requiere de un permiso de las autoridades, situación complicada por la pandemia global que ha visto esta locación volverse el lugar de descanso de muchas de las víctimas del coronavirus. Seguidores del actor podrán encontrar más fácil visitar su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, develada en 1960. Pero quizás la mejor manera de 'revivir' al actor es revisitando sus películas más icónicas, ahora más fácilmente disponibles - salvo Canción del sur - en plataformas de streaming como Disney+.

Pero a pesar de la luz emitida por el actor que una vez fue el astro más brillante en el firmamento del naciente imperio de Disney, su memoria no deja de ser mancillada por su triste destino y solo podemos recordar algunas de sus palabras más amargas sobre la industria Hollywood: "Fui cargado en una bandeja de plata y luego tirado a la basura".