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El bloqueo de la ciudad de Wuhan, un arma de doble filo que plantea desafíos a Pekín

NUEVA YORK.- Con el cierre de la localidad de Wuhan, una ciudad de más de 11 millones de habitantes, China recurre a una táctica de varios siglos de antigüedad para prevenir la propagación de una enfermedad infecciosa, en este caso, una misteriosa infección respiratoria causada por un coronavirus.

Tal es el impacto del aislamiento de la ciudad que los expertos sostienen que la imponente magnitud del cierre, que aísla a un importante centro de tránsito urbano mayor que la ciudad de Nueva York, no tiene ningún precedente.

"Es una tarea titánica", dice el médico Howard Markel, profesor de Historia de la Medicina de la Universidad de Michigan, y agrega que es la primera vez que escucha que se haya aislado a tanta gente como medida de prevención de enfermedades. Sin embargo, "la gente va a salir", considera Markel. Y agrega: "Va a haber filtraciones".

Al limitar los desplazamientos de millones de personas para cuidar la salud de la población, China utiliza un recurso delicado, con una larga historia cargada de problemas de índole social, política y ética.

James G. Hodge Jr., director del Centro de Legislación y Políticas de Salud Pública de la Universidad Estatal de Arizona, explica que en Estados Unidos el cierre implicaría casi con seguridad la violación de los derechos humanos y sin duda sería inconstitucional.

"Hasta podría resultar contraproducente", indica Hodge. En tanto, agrega que las restricciones podrían impedir que las personas sanas huyan de la ciudad y, por lo tanto, causarían que queden expuestas a un riesgo mayor de infección. "Por lo general, es una medida arriesgada", señala el especialista.

Para combatir la propagación del virus, que apareció por primera vez a fines de diciembre y ya ha causado la muerte de 18 personas entre los más de 500 casos reportados, el gobierno chino informó que desde ayer canceló las partidas de vuelos y de trenes desde Wuhan y que suspendió la circulación de autobuses, subterráneos y transbordadores en el interior de la ciudad.

Una práctica con historia

La práctica de aislar personas y bienes para detener la propagación de enfermedades no es nueva, pero data de al menos el siglo XIV, cuando las embarcaciones que llegaban a Venecia durante la epidemia de peste negra estaban obligadas a anclar lejos de la costa por 40 días. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, ese período de aislamiento originó el término cuarentena, del italiano quaranta giorni, que significa 40 días.

Hodge dice que las cuarentenas podrían ser eficaces si aislaran selectivamente solo a las personas infectadas o sospechosas de haber contraído la infección. La medida aplicada en Wuhan, con el establecimiento de un límite al estilo de un cordón sanitario, va mucho más allá de eso.

"La cuarentena sería prohibirle a la gente salir de su casa, ir a la escuela, al trabajo o a la iglesia", analiza Hodge. Pero las autoridades chinas "trazaron un límite alrededor de la ciudad y dijeron que a partir de ahí no podía entrar ni salir nadie. Eso es obviamente una respuesta excesiva".

En los últimos años, los gobiernos han impuesto otras medidas a gran escala para evitar la propagación de enfermedades infecciosas.

Por ejemplo, en septiembre de 2014, Sierra Leona, un país de casi siete millones de habitantes, dijo que "todos" tenían que quedarse puertas adentro durante tres días mientras 7000 equipos de trabajadores comunitarios y sanitarios pasaban de casa en casa buscando enfermos ocultos por el virus del Ébola.

Unos meses antes, funcionarios de Liberia decidieron poner en cuarentena por Ébola a la villa miseria de West Point, en Monrovia, donde entre 60.000 y 120.000 personas se apiñaban en cabañas.

La orden de las autoridades condujo a enfrentamientos mortíferos con los soldados y, según los expertos, podría haber ayudado a propagar la enfermedad, ya que la gente se encontraba obligada a agolparse para conseguir ayuda humanitaria básica.

Otro caso sucedió en 2003, durante el brote de síndrome respiratorio agudo grave (SARS). En esa oportunidad, los funcionarios de salud de Canadá solicitaron que todas las personas de Ontario que tuvieran al menos un solo síntoma de la infección se quedaran en su casa por unos días para evitar que la enfermedad se propagara durante el fin de semana de Pascuas.

En Pekín, al menos 4000 residentes que habían estado expuestos al virus fueron aislados y 300 estudiantes universitarios que habían tenido contacto con personas infectadas fueron recluidos en un campo militar durante dos semanas.

Los historiadores han señalado que las cuarentenas a veces recayeron sobre poblaciones marginadas.

Según Eugenia Tognotti, una investigadora en Italia que escribió sobre la historia de la cuarentena, durante la peste negra del siglo XIV había guardias armados en los caminos y puntos de acceso de las ciudades-Estado europeas para impedir la entrada de mercaderes, personas que estaban contagiadas de lepra y grupos minoritarios, como los judíos.

Y durante una ola de brotes de cólera en Europa en la década de 1830, Nápoles restringió los desplazamientos de prostitutas y mendigos, quienes se creía en ese momento que eran los vectores de la enfermedad, según escribió Tognotti.

Los judíos rusos llevaron la fiebre tifoidea al Lower East Side de Manhattan en 1892, dice Markel. Sin embargo, entre las personas puestas en cuarentena en una isla cerca del Bronx no solo estaban los infectados, sino también sus vecinos y otras personas a las que simplemente habían saludado en la calle.

"Ese es el lado oscuro de la cuarentena: su abuso como herramienta social en lugar de su uso científico como herramienta médica", concluye Markel.

Casos sospechosos en Francia y Escocia

Una mujer china que llegó desde la ciudad de Wuhan a Francia con síntomas de "fiebre y tos" provocó la primera sospecha de presencia de coronavirus en territorio francés, informó el diario Le Figaro.

La ministra de Salud, Agnès Buzyn, no confirmó el caso, pero señaló que "hay investigaciones en curso".

Fue la embajada de China en Francia la que refirió en un comunicado que recibió "llamadas y correos electrónicos de varios ciudadanos chinos que señalaban a una mujer oriunda de Wuhan [la ciudad más golpeada por casos de coronavirus] que escribió en su cuenta de Wechat que tenía síntomas de fiebre y tos, pero tomó antipiréticos y logró pasar los controles del aeropuerto y entrar en territorio francés".

Al obtener la información, la embajada "contactó la noche del 22 de enero a la persona involucrada, la señora Yan, y le pidió que llamara rápidamente a los servicios de emergencia para que se hicieran cargo", concluyó el comunicado.

También hay cuatro casos sospechosos de coronavirus en Escocia. También se trata de ciudadanos chinos provenientes de Wuhan que están siendo examinados.

La información, según el diario The Guardian, provino del Departamento de Medicina de la Universidad de Edimburgo. Por ahora, las cuatro personas están sometidas a exámenes.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ya elevó su estimación de riesgo de que este virus ingrese a la Unión Europea de "bajo" a "moderado".

The New York Times

Traducción de Ignacio Mackinze