Minecraft, un juego y algo más

En 2012 fue lanzada la versión del juego para Xbox 360 / Foto: mojang.com
En 2012 fue lanzada la versión del juego para Xbox 360 / Foto: mojang.com

Tengo a mi hijo enchufado a la computadora, a la carcajada plena y chateando con sus compañeros del colegio, y juro que no lo entiendo. Está inmerso en el mundo del Minecraft, un videojuego que lo apasiona desde hace unos meses. No solo a él, a millones en todo el mundo, que desde que salió al ciberespacio en el 2009 rompió todos los esquemas de la industria del entretenimiento digital. Y pese a los años, no parece que vaya a entrar en una fase de decadencia.

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La razón de este quebradero de cabeza para los analistas es que el Minecraft carece de gráficos atractivos. Todo este mundo ilimitado y los personajes que habitan en él se representan pixelados. ¿Cómo pixelados? Sí, cuando encontramos en la actualidad videojuegos en que vemos los poros de los personajes y las partículas de polvo que se levantan cuando uno pisa una superficie sucia, aquí encontramos que los seres parecen robots formados por pequeños cubos, como una caricatura o un juego de los comienzos de la Commodore 64.

Además, aquí no hay objetivos claros. Le pregunto a mi hijo “¿cómo ganas al Minecraft?” y su única respuesta es un encogimiento de hombros. Aquí casi se juega por jugar. Uno talará un árbol para recolectar madera o destruirá una formación rocosa para conseguir granito y luego poder construir una pared o una vivienda. Nuestras armas no serán una pistola de rayos láser o un fusil lanza misiles. Nos defenderemos y utilizaremos como herramientas un hacha, un pico o una pala. A lo sumo tendremos una espada. ¿Nuestros enemigos? Zombies, arañas y esqueletos.

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En el juego tenemos dos maneras de seguirlo. Puede ser un modo supervivencia o creativo. En el primero estaremos limitados en función de nuestra salud y hambre. En el otro, será más libre e incluso podremos volar sobre el terreno. También podremos jugarlo en forma solitaria o participar de partidas con otros usuarios a través de la Red. Siempre, la superficie será ilimitada y podremos ir modificándola a nuestro parecer con construcciones.

El juego es de origen sueco y su creador fue Markus Persson, aunque ahora su desarrollador es la empresa que le pertenece, Mojang AB , que ha introducido cambios y agregado nuevas plataformas. No solo se puede jugar en una PC; también por medio de un smartphone, consolas y tablets.

¿Cuál es el secreto de su éxito? Hay varios factores, según mi hijo y sus amigos. Primero, lo casi infinito de su mundo. No hay límites, como lo es la vida para los jóvenes. Además, la posibilidad de crear objetos. En YouTube encontramos miles de viviendas y edificios reales hechos con estos cubos pequeños. Desde el kremlin de Moscú hasta la Casa Blanca pueden ser construidos en el Minecraft y compartidos en el mundo virtual.

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Otra razón, no hay distracción de estímulos visuales como podrían ser escenarios virtuales casi reales. La inexistencia de metas por cumplir da una sensación de invulnerabilidad propia de superhéroes. Podemos hacer casi todo. Lo que nos venga en gana, total, recibimos ayuda de nuestros amigos que nos regalarán objetos.

El carácter netamente social del Minecraft nos involucra en un mundo del hoy y del mañana. Básicamente, el Minecraft es una red social en donde compartimos creaciones, no solo una foto, un mensaje o un clip. Es un paso más a lo que podría ser el Facebook o Instagram. Este software que llegó del lejano Norte logró, con una estética pasada de moda, ser un juego participativo y adictivo en pleno siglo XXI. Un gran logro para su creador, que no tenía de respaldo una gran empresa detrás.

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Manuel H. Castrillón es periodista especializado en tecnología, residente en la ciudad de Buenos Aires. @castri2010