¿Los ricos viven más años que los pobres?

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Texto: Verónica Ortega

El estrés es el enemigo moderno de la salud. Sus efectos pueden afectar el bienestar, y la calidad de vida, pero según un reciente estudio británico, nuestros recursos económicos juegan un papel importante en la mortalidad relacionada con el mismo.

Mismo estrés, ¿menos problemas?

No existe una receta para la felicidad, pero hay herramientas que ayudan a contrarrestar la infelicidad, y el dinero parece ser una de ellas. El portal especializado en salud del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Health Finder, publicó los resultados de un estudio al respecto, realizado en Gran Bretaña.

La investigación, conducida por el Dr. Antonio Ivan Lazzarino, Asociado de Investigación Clínica del Colegio Universitario de Londres, reveló que, bajo niveles similares de estrés, las personas de bajos recursos presentan un mayor índice de mortalidad que quienes cuentan con un status económico alto.

De acuerdo con el autor, la combinación de pobreza con estrés “es una bomba” para la longevidad, pues los menos afortunados carecen de herramientas que les ayuden a afrontar las causas del mismo.

Los ricos, por su parte, cuentan con los recursos necesarios para contener situaciones estresantes (como seguro o dinero para la reparación de un auto dañado), lo que repercute favorablemente en los niveles de ansiedad. Así, tras examinar los casos de más de 66.500 personas en Inglaterra, el análisis dejó ver que quienes cuentan con riqueza, resultan más tolerantes biológicamente al estrés.

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Bajos recursos, una desventaja

Si bien vivir con dinero no necesariamente es sinónimo de plenitud, el estudio comprobó que éste tiene un efecto de “amortiguador” frente al estrés y puede ser la diferencia entre ser longevo o ¡morir antes de tiempo!

Diversas pruebas expuestas por los investigadores, explican el motivo. Uno de ellos es que los sistemas cardiovasculares de las personas adineradas, tienen la capacidad de recuperarse más rápidamente del estrés agudo, lo que contribuye a reducir el riesgo de daño a largo plazo.

La conclusión del estudio es que un ingreso bajo amplifica los efectos adversos del estrés, lo que explica por qué los investigadores hallaron que las personas pobres y estresadas, desgraciadamente tienen más probabilidades de fallecer anticipadamente.

A pesar de su crudeza, la investigación contribuye a llamar la atención de los profesionales de la salud sobre las severas implicaciones del estrés sobre el bienestar de las personas y recalca la importancia de evaluar los niveles del mismo en los pacientes.

Fuente: Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (healthfinder.gov)

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