Descendiente de mexicanos tira golpes en Río por EEUU
Cuando Carlos Balderas subió al cuadrilátero de los Juegos Olímpicos de Río, en Brasil, comprendió finalmente la importancia de aquella decisión de dejar las peleas callejeras y encaminarse en el boxeo.
Nacido en California, pero de padres mexicanos, Balderas vivió una transformación en su vida que lo encaminó a convertirse en un atleta olímpico y, quizás, le salvó la vida.
Hoy día forma parte del equipo de boxeo de Estados Unidos que busca recuperar los primeros puestos de ese deporte en la máxima competencia deportiva del mundo.
“Representar a Estados Unidos en los Olímpicos es algo grande que he soñado desde que tenía 7 años, estoy muy entusiasmado por ir…mi familia es mexicana y me siento orgulloso por eso también”, dijo Balderas en una entrevista con el diario Hoy de Los Ángeles.
A los siete años, cuando todavía era un crío, ya se involucraba en peleas callejeras junto con su hermano José y otras amistades.
Fue su padre, Zenón Balderas, quien lo llevó a canalizar toda esa energía a través de un gimnasio de boxeo que él mismo fundó, “Elite Boxing Team”, con la intensión de alejar a sus hijos y a otros jóvenes de las calles en el pueblo de Santa María, California.
"Mucha gente no creía en nosotros, mucha gente me decía: ‘estás perdiendo tiempo, estás gastando dinero’", recordó Zenón, quien invirtió los ahorros de su trabajo como recogedor de frutas para comprar todo el equipo necesario en el gimnasio.
"Dijimos, no. Vamos a lograrlo, vamos a llegar a las Olimpiadas y gracias a Dios lo logramos y es un orgullo".
Poco a poco, la carrera de Balderas fue en acenso. Primero, torneos nacionales, luego, competencias internacionales.
Pero fue entre 2014 y 2015 que se consagró. Con apenas 17 años, terminó invicto su participación en la Serie Mundial de Boxeo que se celebró en Chattanooga, Tennessee, al acumular cinco triunfos en cinco días seguidos. Luego, compitió en siete torneos internacionales distintos y no perdió un solo combate, convirtiéndose en uno de los mejores peleadores aficionados del peso ligero (132 libras).
Su desempeño fue tal que se convirtió en el primer boxeador sembrado en el equipo estadounidense de cara a los Juegos de Río, motivo de orgullo para toda su familia.
“Fue una gran sensación cuando me lo dijeron. Colgué el teléfono y recordé cuando tenía siete años. Para esto fue que trabajé. Era lo que yo quería lograr”, comentó Balderas al portal oficial del “Team USA”.
Será la consagración de un duro camino que comenzó en las calles de Santa María y que hoy reclama una victoria a la vida.
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