Los videos que aconsejan a los presos cómo evitar abusos sexuales en la cárcel

Ir a prisión es en sí un golpe severo para cualquier persona. Pero para muchos, sobre todo los jóvenes que van a la cárcel por primera vez, es solo el comienzo de otras lacras. Una peculiarmente grave es la violación, muchas veces repetida e incluso tumultuaria, que sufren muchos de los reos primerizos, a veces cometida por otros internos, a veces incluso por los guardianes.

Sufrir ese abuso sexual tiene graves consecuencias en el futuro de los que las padecen, tanto por los impactos físicos y psicológicos que resultan de ello como porque con frecuencia orilla a las víctimas nuevas actitudes nocivas: algunos llegan a cometer suicidio, o quedan sumergidos en una nueva cultura de abuso, violencia y delito.

El activista T.J. Parsell comienza sus videos de orientación para prevenir la violación en la cárcel dramatizando su caso real. (YouTube/TheMarshallProject)
El activista T.J. Parsell comienza sus videos de orientación para prevenir la violación en la cárcel dramatizando su caso real. (YouTube/TheMarshallProject)

Eso lo sabe muy bien T.J. Parsell, activista que lucha por los derechos de los presos y que vivió en carne propia el ir a prisión y sufrir en ella abuso sexual. Parsell ha producido una serie de videos, difundidos inicialmente en el portal The Marshall Project pero que se volvieron virales en redes sociales, en los que se dan consejos a los internos, sobre todo a los más jóvenes y los que llegan por primera vez. La idea central de ellos (hay una versión para hombres y una para mujeres) es ofrecer consejos a los reclusos sobre cómo identificar y evitar a los depredadores sexuales dentro de la cárcel.

El portal The Marshall Project difundió al público inicialmente estos videos en exclusiva, pero en realidad su finalidad específica es ser mostrados a los presos como material de orientación cuando entran a la cárcel. Los videos parten del punto de vista de los propios reclusos, con abundantes testimonios, y serán mostrados como material de orientación en todas las prisiones del estado de Nueva York, entidad en la que los índices de violaciones dentro de la cárcel son muy elevados, incluso de abusos sexuales cometidos por el propio personal de las cárceles.

El video dirigido a reos hombres:Los videos, comenta The Marsahll Project, presentan situaciones concretas y dan consejos prácticos que pueden parecer crudos para una audiencia en general, pero que son cruciales para los internos. Todo empieza con el testimonio del propio Parsell, quien cuenta que a los 17 años durante su primer día en la cárcel fue drogado, llevado a una celda vacía y violado por múltiples sujetos.

Hay también testimonios de prisioneros gay de apariencia afeminada o de mujeres lesbianas que señalan que son vistos como una presa fácil por los depredadores sexuales que creen que abusar de ellos es “razonable” dada su orientación sexual. Y consejos que dicen que los guardias y el personal de la prisión también son agresores potenciales e indican cómo denunciar esa situación o que, simplemente, dan guías sobre cómo comportarse en el área de duchas.

Los videos fueron financiados con fondos provenientes del mandato de la Ley para Eliminar la Violación en las Cárceles (PREA por sus siglas en inglés) y, como señala el portal ‘Vice’, su intención última es tratar de cambiar la cultura de los internos y dejar claro que denunciar abusos sexuales es válido y hacerlo no convierte al denunciante en un “soplón”.

El video dirigido a reos mujeres:

Según datos del Departamento de Justicia, tan solo en 2011 unos 216,000 reos en el país sufrieron violación dentro de la cárcel. Al respecto, la revista ‘The Nation’ critica que, pese a la gravedad de la situación, la ley PREA no ha sido aplicada a cabalidad y que incluso varios estados –Arizona, Florida, Idaho, Indiana, Texas y Utah– se han negado a cumplir con ella.

Pero el cumplimiento de esa ley es imperativo, no sólo para proteger los derechos humanos de los jóvenes internos y tratar de revertir la cultura de abuso que impera en las cárceles, sino para que las prisiones no sean una universidad del crimen sino, más bien, una opción para purgar los delitos y, después, conseguir la rehabilitación y la reinserción social. Los videos de Parsell son un paso en ese sentido.