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Premian a dos heroínas de un Burger King

A veces, los restaurantes de comida rápida funcionan para algo más que llenar la barriga con poco dinero y muchas grasas y calorías. Incluso pueden cuidar la salud y salvar la vida de sus comensales, aunque no necesariamente por los atributos de su menú.

En Flint, Michigan, dos trabajadoras de un Burger King realizaban sus tareas cotidianas cuando, de acuerdo a la televisora local WJRT, se transformaron en heroínas. Lidia Rodríguez tomaba los pedidos de los clientes que ordenaban comida desde el auto cuando notó algo raro, el comensal al que estaba atendiendo dejó de repente de responderle y Rodríguez pensó que algo extraño estaba pasando. Incluso le pidió que le dijera si se encontraba bien, pero solo obtuvo silencio.

Entonces ella y su compañera Kelseigh Valdez salieron rápidamente del restaurante y corrieron a la zona del ‘drive-in’. Allí se encontraron con que su cliente, un hombre de 46 años, estaba sufriendo un ataque cardiaco súbito. Valdez, de 18 años, le dio respiración y masaje al corazón mientras Rodríguez, de 26 años, llamaba a emergencia.

Los paramédicos llegaron al poco tiempo para llevar al hombre al hospital y ellos, según la WJRT, reconocieron que sin la ayuda de las dos chicas el paciente habría fallecido.

Unos días después Howard Turner, el hombre salvado por Rodríguez y Valdez, se encontró de nuevo con sus heroínas, a las que agradeció personalmente. En una ceremonia ambas fueron reconocidas por la organización Mobile Medical Response por su decidida actuación que salvó la vida de Turner. Valdez, que participó como voluntaria en un programa de paramédicos en Oregon, donde vivía antes de mudarse a Michigan, recibió además una beca para que logre convertirse en paramédico profesional, una de sus mayores aspiraciones.

Ellas son “sus ángeles”, dijo Turner en palabras recogidas por la televisora ABC. Familiares y amigos de Turner, paramédicos y personal del Burger King participaron en la celebración. Ahora, el dueño y el gerente de la franquicia de Burger King donde todo sucedió podrían considerar proveer de entrenamiento en terapia cardiorrespiratoria a su personal completo, quizá para que nadie les diga que ese local de hamburguesas es malo para el corazón.