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O’Malley, el candidato demócrata “suplente” rumbo a 2016

La carrera rumbo a las elecciones presidenciales de 2016 se ha ido poblando y aunque aún los candidatos están todavía en etapa de calentar motores, ya comienzan a ejercer presión entre sí, probando el aguante en una contienda que será maratónica.

En el Partido Republicano la competencia es ya de multitud, y aunque en el Demócrata la disputa es, hasta ahora, cosa de tres, no por ello la diversidad es menos evidente en el segundo que en el primero. En realidad, dado el enorme peso que Hillary Clinton tiene en el sistema demócrata, la presencia de dos competidores dispuestos a retarla en las elecciones primarias muestra, en cierto grado, una diversidad que dice mucho sobre las fuerzas liberales, centristas y progresistas en Estados Unidos.

Martin O'Malley, exgobernador de Maryland, anunció que busca la candidatura presidencial demócrata. (AP)
Martin O'Malley, exgobernador de Maryland, anunció que busca la candidatura presidencial demócrata. (AP)

Aquí es donde se coloca la figura del exgobernador de Maryland Martin O’Malley, el más reciente contendiente demócrata (el otro es el senador Bernie Sanders) por la Casa Blanca. Aunque sus números en las encuestas son ínfimos (O’Malley tiene un promedio de 2.6% de la intención de voto entre los estudios recientes recopilados por el portal Real Clear Politics, contra un 60.8% de Clinton y 10.8% de Sanders), su candidatura busca colocarse como una opción ‘joven’ y ‘dinámica’, en contraste con Clinton (67 años) y Sanders (73 años).

Y no es que a sus 52 años O’Malley sea un jovenazo, pero en contraste  es significativamente de otra generación, con un look más relajado y amante de tocar guitarra en público. Un indicador de ello es que, como halló el portal Vocativ, el 25% de los seguidores de O’Malley en Facebook tiene entre 25 y 34 años, una cifra que es sólo del 5% en el caso de los seguidores de Clinton.

Por otro lado, el mensaje en general de O’Malley se coloca a la izquierda del de Clinton, con la intención de captar a quienes estarían a disgusto con el centrismo de la candidata y su cercanía con los grupos de poder político y económico mediante un discurso progresista, de defensa e impulso de las clases medias, según un análisis de The New York Times, que no sería tan radical como el de Sanders, que no duda en considerarse un demócrata socialista. O’Malley estaría colocándose en una inestable posición en el centro izquierda de los demócratas, apoyándose en su relativa juventud, en su experiencia de dos periodos como gobernador y con la imagen de ser una opción “viable” aunque simbólica para frenar la criticada “coronación” de Clinton (aunque eso no significa que realmente pueda ganarle).

El problema es que esa posición es un tanto fantasmal. Clinton tiene ella misma un discurso de impacto en asuntos clave para las clases medias y trabajadoras y posee una maquinaria de recaudación de fondos, comunicación y trabajo de base que la vuelve mucho más cercana al votante común que lo que puede, al parecer, lograr O’Malley.

El exgobernador tiene su fama en Maryland pero no es reconocido por el público a una escala que lo vuelva un contendiente de gran peso y, como señala el portal Politico, carece de un discurso claramente definido. Aunque quiere ser visto como un candidato firme en su posición ideológica progresista y al mismo tiempo capaz de ejercer el gobierno de un modo efectivo y pragmático, hasta el momento tiene mucho por andar para mostrarlo a gran escala.

Martin O'Malley en 2006, cuando era alcalde Baltimore, y la entonces senadora Hillary Clinton. (AP)
Martin O'Malley en 2006, cuando era alcalde Baltimore, y la entonces senadora Hillary Clinton. (AP)

Y, para los críticos de derecha, O’Malley simplemente da sueño y no tendría el impulso real ya no digamos para superar a Clinton, sino incluso para no ser desplazado del segundo puesto por Sanders, como se comentó en la cadena FoxNews, quien sería un político antiestablishment más genuino. Los críticos liberales tampoco le auguran mucho futuro, pues, como señala New Republic, O’Malley tiene un currículo tan bueno como el de cualquier otro candidato para aspirar a la Presidencia, pero carece del fuelle para desplazar a Clinton y su mejor opción es mantenerse en un segundo lugar en espera de que, por alguna razón, la candidatura de Hillary se derrumbe y él logre ocupar entonces su lugar, como un suplente entrando en la recta final del partido para anotar el gol del triunfo. Algo que, cabe señalar, resulta muy improbable por el momento.

Pero el mero hecho de que el Partido Demócrata tenga ya un triángulo de opciones es un indicativo de que no todo es Hillary y aunque al final ni Sanders ni O’Malley logren desplazarla, sí podrán introducir en la agenda de la eventual candidata propuestas y posiciones de tono popular que, quizá, no habrían sido consideradas con amplitud si Clinton no hubiese tenido oposición interna.