La seducción del demócrata socialista Bernie Sanders sobre los conservadores

El senador por Vermont Bernie Sanders ha conseguido, durante su campaña por la candidatura presidencial del Partido Demócrata, varios logros de gran magnitud, que muchos podrían incluso considerar inusitados.

En primer término, el hecho de que Sanders se haya declarado tácitamente como un “demócrata socialista”, considerando el prejuicio e incluso la fobia que ha existido en amplias capas de la población y la política estadounidense hacia la idea del “socialismo”, y que con ello esté colocado en una posición muy importante en las intenciones de voto habla de que el senador ha logrado un gran impacto y ha conseguido representar a un amplio espectro del electorado, el más liberal y el de la izquierda, pero también segmentos moderados.

El senador Bernie Sanders, precandidato demócrata a la Presidencia. (Reuters)
El senador Bernie Sanders, precandidato demócrata a la Presidencia. (Reuters)

Y aunque sigue en segundo lugar en el Partido Demócrata detrás de Hillary Clinton, su 30.5% de apoyo promedio a nivel nacional según las encuestas más recientes registradas por RealClearPolitics (que es incluso 41% en Iowa y 44.3% en New Hampshire) muestran que no es un candidato testimonial y que, en cambio, representa una fuerza sustantiva y contestataria en espectro político estadounidense.

Otros logros importantes de Sanders son, por ejemplo, su enorme éxito en la recaudación de fondos de campaña donados en pequeñas cantidades por miles y miles de personas, en contraste con Clinton y los candidatos republicanos que dependen de las aportaciones de grandes millonarios (incluido Trump, que se autofinancia en gran medida) a sus propias campañas o a sus comités de acción política (SuperPACs). De acuerdo a The Wall Street Journal, según cifras disponibles en octubre, Sanders ha recolectado 20 millones de dólares entre donantes de 200 dólares o menos, lo que representaba entonces el 77% de sus recaudaciones. En cambio, ese grupo de donantes solo representa unos 5 millones de dólares en el caso de Clinton, el 17% de sus contribuciones.

Y si se suma los multitudinarios eventos de campaña que Sanders realiza en sus giras, puede decirse que el “demócrata socialista” tiene una importante posición en la presente campaña electoral.

Sanders con frecuencia realiza actos multitudinarios de campaña, una prueba de su atractivo popular. (AP)
Sanders con frecuencia realiza actos multitudinarios de campaña, una prueba de su atractivo popular. (AP)

Su atractivo tiene, incluso, ramificaciones aún más inesperadas. Un caso notable es el de los republicanos que, por diversas razones, le han dado la espalda a los precandidatos que buscan la nominación de su propio partido y, en cambio, han preferido apoyar a Sanders.

¿Pero cómo es que votantes conservadores y derecha apoyan al socialista Sanders antes que a los precandidatos republicanos que, aunque tienen ciertas diferencias, por lo general se ubican desde una suerte de tímido centro/derecha hasta las posiciones ultraderechistas?

Algunos “republicanos por Sanders” decidieron serlo, como narra el portal Salon, por una mezcla de desilusión o disgusto ante las posiciones de los precandidatos republicanos (uno de ellos, por ejemplo, califica las posturas de Trump a la vez “risibles y atemorizantes”). Otros porque, a la luz de las circunstancias y de sus propias convicciones, deciden cambiar de filiación y saltar de ser republicano a demócrata. Y algunos porque, aunque pueda parecer contradictorio, encuentran en Sanders valores conservadores más firmes que los que ven en los precandidatos republicanos.

En Facebook, un grupo de republicanos apoya a Bernie Sanders.
En Facebook, un grupo de republicanos apoya a Bernie Sanders.

Por ejemplo, algunos republicanos molestos con el statu quo y el establishment en Washington no creen que los precandidatos de su partido, que en general agitan todos la bandera de “cambiar a Washington”, realmente puedan o vayan a hacerlo y ven en las actitudes contestatarias de Sanders y su ruptura con las estructuras una opción más viable, o quizá al menos más transparente. Y, en cierto modo, hay ecos y similitudes entre las afirmaciones tanto de Sanders como de varios republicanos de que las grandes élites controlan el aparato político y económico del país en detrimento de las mayorías y que eso debe revertirse, aunque la manera de encararlo resulte diferente entre ambos.

En ese sentido, el lema del grupo “Republicans for Bernie Sanders” en Facebook reza que Sanders es “la voz de todo el pueblo estadounidense”.

En otro ámbito, la posición reiterada de Sanders en contra de mayores controles a la venta de armas, en lo que difieren de Clinton y la mayoría de los demócratas, le abre puertas ante algunos republicanos, considerando que en ese partido, al menos en los estamentos dirigentes, hay un no rotundo a imponer mayores controles a la venta de armas en el país y son defensores a ultranza de una interpretación amplia y permisiva de la Segunda Enmienda.

Otros republicanos se han convertido simplemente porque les agrada la personalidad de Sanders, quien a los 74 años mantiene una actividad constante y proyecta una autenticidad que, para muchos, lo destaca ante candidatos más acartonados o artificiales. Por ejemplo, en el grupo “Republicans for Sanders” en la red social Reddit (una plataforma donde hay una considerable masa de usuarios activos en pro de Sanders) una entrada simplemente dice que “republicanos apoyan a Sanders porque él es un campeón de la vieja escuela”.

Página del grupo Republicans for Sanders en la red social Reddit.
Página del grupo Republicans for Sanders en la red social Reddit.

Y quizá pueda decirse que esos republicanos apoyan a Sanders quizá lo hacen también en oposición a Clinton, que es vista con disgusto por amplias capas del electorado conservador. Aunque deben existir, los “republicanos por Clinton” serían, al menor por ahora, un grupo minúsculo. Pero qué mejor que ponerle el pie a la odiada rival que apoyando, con todo sus retruécanos políticos, a su contendiente interno, Sanders.

Con todo, el aval de ciertos grupos republicanos a Sanders, que más allá de su singularidad no puede considerarse masivo, no sería suficiente por sí mismo para darle la victoria sobre Clinton en la nominación demócrata. Pero aunque Sanders va segundo, la contienda no sería ya la mera “coronación” para Clinton que alguna vez llegó a mencionarse. Y hay algunos indicadores interesantes. Por ejemplo, una encuesta reciente de la Universidad Quinnipac muestra que Sanders derrotaría a los candidatos republicanos en la elección general por márgenes más amplios que los que conseguiría Clinton (que también les gana, pero de modo más apretado). Sanders, así, es más “elegible” que Clinton a la luz de esa encuesta.

¿Tendrá que ver eso con que hay muchos más republicanos que optarían al final por Sanders en lugar que por el candidato de su partido de los que lo harían por Clinton? Es muy pronto para saberlo, pero en todo caso es una muestra de que el apelativo “socialista” y defender posiciones de izquierda no es más una posición marginal o incluso tabú en la política estadounidense, sino una fuerza de proporciones significativas en un contexto en el que, en contrapartida, en el Partido Republicano también se da un corrimiento hacia la extrema derecha en un gran segmento de sus votantes.