La tensión racial, el abuso policial y la defensa de la vida en EEUU

Las manifestaciones en demanda de justicia tras la muerte de Freddie Gray en Baltimore fueron intensas. (AFP)
Las manifestaciones en demanda de justicia tras la muerte de Freddie Gray en Baltimore fueron intensas. (AFP)

Tras los disturbios sucedidos a finales de 2014 en Ferguson, Missouri, luego de que el policía que mató al adolescente afroamericano Michael Brown, quien estaba desarmado, fue exonerado por un Gran Jurado, el país contempló de forma cruda la indignación social, nuevos excesos de la autoridad a la hora de encarar los disturbios y en general una profunda incomprensión y tensión por cuestiones raciales que permea en muchas partes de Estados Unidos.

La crisis se prolongó luego de que otro Gran Jurado, esta vez en Nueva York, no imputó cargos al policía que sometió violentamente y estranguló al afroamericano Eric Garner. Esa muerte desató también una nueva ola de protestas en Nueva York y en otras ciudades del país, al cierre de 2014, en repudio a lo que se mostraba como una actitud de brutalidad y hostilidad extremas e injustificadas de policías contra personas de minorías, en especial afroamericanos.

Grandes protestas y disturbios se desataron en Baltimore tras la muerte del joven Freddie Gray. (AP)
Grandes protestas y disturbios se desataron en Baltimore tras la muerte del joven Freddie Gray. (AP)

El 2015 comenzó con un caldo de cultivo de grave tensión racial y desasosiego. Miles y miles de personas marcharon en muchos lugares del país exigiendo respeto a la vida y denunciando actitudes racistas, mientras entre los policías comenzó a cundir una percepción de que se les estaba vilipendiando por cumplir su deber, de que se les estaba impidiendo realizar su trabajo, que a veces requiere el uso de la fuerza a gran escala.

Los casos de Ferguson y Nueva York fueron un precedente histórico que resonó, en abril de 2015, cuando un nuevo caso de brutalidad policiaca con un componente racial se desarrolló en Baltimore, Maryland, luego de que el joven afroamericano Freddie Gray fue arrestado por policías y sufrió lesiones, circunstancias que fueron captadas en un video que se difundió ampliamente en las redes sociales.Gray fue colocado en una camioneta de la policía para ser transportado a la comisaría pero, durante ese trayecto y mientras estaba en custodia policial, sufrió nuevas lesiones dentro de la camioneta, tan graves que le produjeron un estado de coma y, después, la muerte. Se llegó a afirmar que la causa de esas lesiones habría sido una conducción violenta de la camioneta, realizada a propósito por los policías como una forma de castigo, aunque esa versión no ha sido confirmada oficialmente.

Baltimore es una ciudad en la que la marginación de las minorías y las tensiones raciales son elevadas y la muerte de Gray desató una ola de protestas de gran magnitud. Durante varios días la situación se desarrolló con gran indignación social mostrada en manifestaciones, pero sin incidentes relevantes de violencia, de acuerdo al periódico The Baltimore Sun. Las autoridades, a diferencia de lo sucedido en Ferguson, trataron de mantener la situación bajo control y asumieron desde el principio una actitud mucho más abierta en reconocimiento de la gravedad del problema de la muerte de Gray en comparación, por ejemplo, con la ruda reacción sucedida en Ferguson.

Pero cerca de una semana después de iniciadas las protestas se desataron incidentes violentos y la policía de Baltimore declaró el toque de queda. Finalmente, tras varios días de confrontaciones entre algunos grupos de manifestantes radicales, la situación comenzó a relajarse y, la fiscalía impuso cargos a los seis policías implicados en la muerte de Gray, según el Sun, una situación contrastante con la exoneración acontecida en los casos de Brown y Garner.

No se han registrado desde entonces confrontaciones de la magnitud de Baltimore, pero no por ello el año ha estado exento de muestras de tensión racial ante prácticas policiacas consideradas brutales y racistas.

Por ejemplo, en febrero el mexicano Antonio Zambrano Montes, de 35 años, fue acribillado por tres policías en la localidad de Pasco, Washington, luego de que el hombre les arrojó piedras a los oficiales. En septiembre, según informó la televisora NBC, se determinó no imponerle cargos a los policías. La muerte de Zambrano igualmente desató protestas y críticas por considerarse que el hecho, captado también en un video, fue una reacción brutal y desmesurada de la policía.Otro incidente que desató consternación social fue el sufrido por la joven Susan Bland en Texas. En julio pasado, la joven fue detenida por una situación menor de tráfico y llevada a una cárcel en el Condado de Waller, en Texas. Allí, tras algunos días de haber permanecido encarcelada, la joven de 28 años fue hallada muerta, ahorcada en su celda, como señaló la cadena CNN.

Las versiones de que Bland se suicidó enfrentaron desde el principio el rechazo de sus familiares y amigos, y alegaciones de que algo pudo haber sucedido mientras la joven estaba bajo custodia policiaca se difundieron con amplitud. Y, por añadidura, videos divulgados sobre el arresto de Bland dieron pie a severas críticas sobre la actitud racista y excesiva de los policías involucrados en ello.

En este contexto, un movimiento social en defensa de las vidas de los afroamericanos y muy crítico de la discriminación y el abuso practicados desde instancias policiacas comenzó a cobrar mayor auge durante 2015. Black Lives Matter afirma categóricamente que en Estados Unidos los afroamericanos están siendo agredidos de modo sistemático e intencional y señala que lucha contra esa opresión y para exaltar la dignidad y las contribuciones de los afroamericanos a la sociedad.

Su actitud tiene un profundo componente político-ideológico y por ello su activismo ha sido confrontacional y polémico y aunque su creación no es precisamente reciente, sí ha tenido un enorme protagonismo tras los sucesos de Ferguson y Baltimore. La intensidad de la protesta de Black Lives Matter es proporcional a su convicción de que los afroamericanos están siendo sometidos a marginación y violencia, con la participación en ello de instancias públicas y oficiales.

En contraste, ante el activismo de Black Lives Matter se dieron reacciones como el movimiento All Lives Matter, que reconociendo que es necesario poner un alto a la violencia señala que todas las vidas son importantes y deben ser preservadas y respetadas. Si bien esa afirmación es correcta, el hecho de que All Lives Matter pretende neutralizar e incluso desacreditar la especificidad de Black Lives Matter lo ha hecho también sujeto de críticas.

En realidad, el foco de Black Lives Matter es la opresión que sufren las comunidades afroamericanas y no implica que no se valoren las vidas de otras comunidades o grupos raciales, como afirman sus críticos, si no que la gravedad de esas circunstancias los han llevado a definir una línea de acción y defensa activas y con una gran carga política que tiene como foco a la comunidad afroamericana y su lucha por la justicia, como llegó a explicar el propio presidente Obama.

Black Lives Matter protesta de modo activo y enfático contra la opresión que sufren los afroamericanos. (AP)
Black Lives Matter protesta de modo activo y enfático contra la opresión que sufren los afroamericanos. (AP)

Y si bien Black Lives Matter es criticado por su activismo contestatario y su actitud disruptiva ante la autoridad o los políticos (y por ciertos excesos retóricos en su rechazo a los policías), en tanto fuerza pacífica tiene un papel importante en la indudable crisis por las prácticas de racismo y discriminación que persisten entre las fuerzas del orden en Estados Unidos.

Por el otro lado, movimientos con su propia especificidad han también surgido en defensa, por ejemplo, de las vidas de los policías como es el caso de Police Lives Matter, que tuvo una expresión directa y multitudinaria en septiembre pasado en Houston, luego del asesinato a sangre fría del oficial Darren Goforth en una estación de gasolina, según informó el periódico USA Today.

Miles en Houston rindieron homenaje al policía Darren Goforth, asesinado a sangre fría en Houston. (AP)
Miles en Houston rindieron homenaje al policía Darren Goforth, asesinado a sangre fría en Houston. (AP)

La vida y la dignidad de las personas debe ser preservada, y aunque cada grupo hace énfasis en su lucha y en su filiación, eso no le resta relevancia o importancia a uno u a otro, sino que muestra la complejidad y la profundidad de las tensiones y los desasosiegos ante la opresión y la violencia que se padece en Estados Unidos.

Eso no significa que deba darse soluciones genéricas ante todos los casos, pues no son equivalentes los casos de abuso y brutalidad que parten de las fuerzas del orden –que están obligados a actuar con justicia y respeto a los derechos– como los que desataron las tragedias de Brown, Garner, Gray o Zambrano y los de quienes en un acto criminal asesinan a policías que se encuentran en cumplimiento del deber. Ambas circunstancias son inaceptables y requieren respuestas específicas. Pero, en el caso de las relaciones entre la autoridad y las comunidades, los sucesos de 2015 han mostrado que lo que debe prevalecer, en un clima de profunda crispación, es el diálogo, la tolerancia y la verdadera justicia.