La foto que une a dos hermanas diferentes y da esperanza a la humanidad

Una imagen es, a veces, un poderoso vehículo de amor, solidaridad, igualdad y esperanza. Eso transmite, quizá sin habérselo propuesto originalmente sino de un modo que luce espontáneo y genuino, la foto de dos hermanas tomada por su madre, quien se dedica a la fotografía de modo profesional.

Es el caso de Anna Christine Larson, según relata Yahoo! Parenting, mamá de Semenesh de 5 años y Haven, de 3. En diciembre pasado, ella colocó a ambas niñas sonrientes y recostadas en una cama, viéndose mutuamente mientras sus cabelleras parecían flotar e iluminar sus cabezas. El resultado, en blanco y negro, fue muy sugestivo: una imagen que transmite una sensación de amor y hermandad muy poderosa, al grado de que, a juicio de la propia Larson, las niñas llegan a parecerse entre sí, sin importar que una, Semenesh, fue adoptada por ella desde Etiopía y la otra, Haven, es su hija biológica.

Pero el amor, la confianza y la solidaridad borran toda la diferencia y muestran que, en realidad, todos somos iguales, sin importar raza, origen nacional, edad u otras peculiaridades. Y la sonrisa de ambas niñas al verse mutuamente es poderosa y enternecedora. En ese espíritu, Larson seleccionó otras fotos familiares y creó una colección que puede verse tanto en su sitio web como en sus espacios en Flickr, Facebook e Instagram.

El título de esa colección de imágenes refleja el significado y la potencia de la foto inicial: "Barely Different" (que podría traducirse como "muy poco diferentes"). Pero también los retratos tienen otro sentido, igualmente singular.

Las diferencias son positivas y por ello es que son factor de unidad y solidaridad común. No se trata de homologar o tener una sola posibilidad o forma de ser, por el contrario la diversidad es hermosa y justo por ello une a todas las personas. Esas fotos comprueban la aspiración a la confianza y la convivencia entre personas diferentes pero iguales, similares y diversas, a la vez.

El corolario es brillante y jubiloso: si dos niñas tan diferentes como Semenesh y Haven pueden resultar tan similares y al mismo tiempo únicas, si esa diversidad y todo lo que tienen en común es fuente de amor y unión, entonces hay esperanza en general, para ellos, para todos, sea el que sea el origen o las particularidades de cada uno.

Las sonrisas de Semenesh y Haven al mirarse mutuamente son, sin duda, una promesa de paz y solidaridad. Una imagen que, además, tiene una fuerza artística y estética en sí misma.