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Hispanos y bibliotecas, una historia de claroscuros

Las bibliotecas son lugares de maravillas e incluso en la era de la información en internet esos enormes acervos de libros, enriquecidos con nuevas tecnologías digitales, proveen servicios, conocimientos y posibilidades invaluables para las comunidades en las que se ubican.

Las bibliotecas públicas son, en muchas ciudades de Estados Unidos, centros clave de educación, cultura, recreación y organización, y sacarles el mejor provecho es no solo recomendable sino muchas veces imperativo para el desarrollo de las personas y las comunidades. Pero, ¿en qué medida las bibliotecas públicas son aprovechadas y apreciadas por sus usuarios y, en especial, por los hispanos en Estados Unidos?

Los hispanos aprecian de modo importante los servicios de las bibliotecas públicas. (AP)
Los hispanos aprecian de modo importante los servicios de las bibliotecas públicas. (AP)

Para tratar de responder esa interrogante el Centro Pew realizó recientemente una investigación que compara el uso de las bibliotecas públicas entre los hispanos y otras etnias, y también entre los hispanos nacidos en el país y los nacidos en el extranjero.

Los datos tienen sus claroscuros.

En general, los latinos tienden a acudir menos a la biblioteca pública que otros grupos, pues el 72% de los hispanos consultados dijo haberlo hecho, cifra que es del 83% entre los blancos y 80% entre los afroamericanos. Además, entre los mismos hispanos existen diferencias, pues los nacidos en Estados Unidos recurren en proporción mayor a las bibliotecas, 83% (el mismo nivel que la población blanca y más que la afroamericana), pero los nacidos en el extranjero lo hacen en un índice sustancialmente menor: solo 60%.

El mismo fenómeno se da, de acuerdo al Centro Pew, en el uso de los sitios de internet de las bibliotecas públicas: 38% de los hispanos en general los han usado, frente a 45% de los blancos y 48% de los afroamericanos. Pero al hacer el desglose dentro de los latinos resulta que los nacidos en Estados Unidos superan a todos en ese uso, con el 49%, mientras que sólo lo hace el 27% de los hispanos nacidos en el extranjero.

De allí puede concluirse que existe un factor cultural o socioeconómico que puede tener que ver en que los hispanos nacidos en el país sean los más activos usuarios de bibliotecas, físicas o en el web, de todas las etnias comparadas, y que también incide en que los latinos nacidos en el extranjero sean los que tienen los índices más bajos.

Algo similar sucede en la percepción sobre la facilidad del uso de los servicios de las bibliotecas: los hispanos nacidos fuera del país los encuentran menos sencillos y los nacidos en Estados Unidos mucho más, en niveles similares a los de otras etnias. Quizá la barrera del idioma tiene que ver con este fenómeno, y quizá con la tendencia general de que los nacidos en el país tienen ya una larga trayectoria de uso de bibliotecas de la que carece la población nacida fuera.

En lo que los hispanos nacidos en el extranjero destacan notablemente es en su actitud hacia los servicios de las bibliotecas públicas: pese a que no sean usuarios tan asiduos y aunque experimenten inconvenientes extra, son los más apreciativos.

Los hispanos nacidos en EEUU son usuarios de bibliotecas tanto o más activos que otros grupos, no así los nacidos fuera. (Reuters)
Los hispanos nacidos en EEUU son usuarios de bibliotecas tanto o más activos que otros grupos, no así los nacidos fuera. (Reuters)

De acuerdo al Centro Pew, el 85% de los hispanos nacidos fuera agradecen tener un espacio tranquilo y seguro en las bibliotecas públicas, cifra que es sólo del 60% en los latinos nacidos en el país y de apenas 43% entre los anglos. Opciones como los recursos para investigar temas, el acceso a libros gratuitos y los programas para jóvenes también son muy apreciados por los hispanos  no nativos en rangos del 80% o más, mientras que los blancos reconocen esas prestaciones con cifras menores incluso al 40% en algunos casos. Por lo mismo, cuando una biblioteca pública es cerrada los latinos nacidos fuera del país lo interpretan como algo mucho más dañino para ellos y sus familias que los miembros de otras etnias.

Así el venerable libro de la biblioteca quizá no tiene en los hispanos no nativos a sus lectores más frecuentes, pero sí a los más agradecidos.