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En medio de desastres, un grupo de mujeres ofrece un regalo de comida casera

El panorama es dramático y ardiente: las llamas consumen inmensas áreas de bosques en el Condado Okanogan, Washington, más de 400 millas cuadradas hasta el momento, en lo que ya es el incendio forestal más grande de la historia de ese estado del noroeste de Estados Unidos, de acuerdo a la televisora local King 5. La previsión es, además, que el fuego continuará extendiéndose en varias partes de esa región. El siniestro es el “incendio de prioridad #1 en Estados Unidos”, de acuerdo a autoridades, y el hecho de que al menos 7,700 viviendas han tenido que ser evacuadas en el área y de que 1,345 personas trabajen en el combate de las llamas da una medida de ello, según información de la televisora local KREM2.

Así, mientras cientos de bomberos, policías, paramédicos y otras personas de atención ante emergencias trabajan sin detenerse –a veces por 30 horas seguidas o más– para frenar el fuego en Okanogan, un grupo de mujeres voluntarias se ha movilizado también para a su vez ayudar a todos ellos con cosas simples pero cruciales: comida casera repartida sin costo a quienes trabajan en la línea de batalla contra las llamas.

Bomberos en la línea de combate a los inmensos incendios forestales en Okanogan, Washington. (Reuters)
Bomberos en la línea de combate a los inmensos incendios forestales en Okanogan, Washington. (Reuters)

Se trata del grupo The Soup Ladies (Las señoras de la sopa) y su objetivo es dar comida recién preparada a policías, bomberos, rescatistas, paramédicos, soldados y otras personas que asisten en momentos de emergencia y desastres. Y si bien su actual misión tiene lugar en el mismo estado, Washington, de donde es originaria Ginger Passarelli, fundadora de The Soup Ladies, su labor se ha desarrollado en muchas regiones de Estados Unidos. Todo comenzó hace 10 años tras el devastador azote del huracán Katrina en Nueva Orleans y otras regiones del Golfo de México.

De acuerdo al periódico Christian Science Monitor, en 2005 Passarelli asistía a su iglesia con su marido cuando el pastor pidió voluntarias para llevar a Nueva Orleans ayuda para las víctimas de Katrina. Passarelli decidió ir y en ese viaje constató los enormes retos que enfrenta en su labor el personal de emergencia y rescate  y se percató de que en muchísimos casos ellos no tenían nada que comer más que lo que pudieran tener guardado en sus bolsillos y nadie estaba allí para ayudarles con ello. Entonces, Passarelli optó por corregir esa situación y desde entonces ha dirigido un grupo de mujeres que se ha dedicado, de modo voluntario y sin cobrar por ello, a dar comida recién preparada a las personas que ayudan a otras en caso de emergencias. De acuerdo al Christian Science Monitor, The Soup Ladies reciben entre 50 y 60 llamadas de ayuda al año, la mayoría dentro del estado de Washington, pero también fuera: estuvieron en Nueva York tras el huracán Sandy y en Oklahoma tras la cadena de tornados que azotó la región.

Ginger Passarelli, con miembros de equipos de emergencia a los que provee de comidas casera en el campo de operaciones. (Facebook/The Soup Ladies)
Ginger Passarelli, con miembros de equipos de emergencia a los que provee de comidas casera en el campo de operaciones. (Facebook/The Soup Ladies)

Y lo que hacen no es poca cosa. Para un bombero exhausto que ha trabajado un día entero combatiendo el fuego, como sucede ahora mismo en Okanogan, poder detenerse un instante y saciar el hambre con la comida recién preparada que reciben de The Soup Ladies resulta toda una bendición. Además de la sopa en sí, un ejemplo del menú que se ha servido a quienes combaten los incendios en Okanogan es, de acuerdo al portal Upworthy, pollo a la italiana, filete stroganoff y postre de durazno.

Una delicia en sí misma, pero una maravilla completa para recuperar fuerza y ánimo y volver, luego, a combatir incendios, rescatar y proteger víctimas o atender a damnificados.

Algunas de las voluntarias de The Soup Ladies. Al centro su fundadora, Ginger Pasaarelli. (Facebook/The Soup Ladies)
Algunas de las voluntarias de The Soup Ladies. Al centro su fundadora, Ginger Pasaarelli. (Facebook/The Soup Ladies)