El abusivo y absurdo plan de deportación que inspira a Donald Trump

Durante el reciente cuarto debate de los precandidatos presidenciales republicanos, Donald Trump dijo cuando se le cuestionó sobre su plan de deportar masivamente a los indocumentados de Estados Unidos que era perfectamente posible y citó, sin mencionarla por su nombre, como inspiración la llamada “Operación Espaldas Mojadas” emprendida en 1954 por el entonces presidente Dwight Eisenhower.

Trump pintó, muy en su tono acostumbrado, que deportar en masa es posible pues Eisenhower “movió a 1.5 millones de inmigrantes ilegales fuera de ese país” y dio a entender al plantearlo que todo fue hecho por un presidente que era agradable y amistoso como el que más.

El problema es que la historia no coincide con la retórica de Trump.

Donald Trump aludió a la Operación Espaldas Mojadas de Eisenhower como ejemplo de deportación masiva. (AP)
Donald Trump aludió a la Operación Espaldas Mojadas de Eisenhower como ejemplo de deportación masiva. (AP)

En primer lugar, la llamada “Operation Wetback” u “Operación Espaldas Mojadas” fue una acción de tipo cuasi militar dirigida en Estados Unidos por un general, Joseph Swing, que incurrió en considerables abusos y violaciones de los derechos humanos, como señala la televisora NBC.

Grandes cantidades de deportados perdieron injustamente sus pertenencias en Estados Unidos y fueron simplemente abandonados al otro lado de la frontera, muchas veces sin nada para sobrevivir, incluidos ciudadanos estadounidenses, hijos de inmigrantes nacidos en el país. Y como lo recordó la revista Rolling Stone, se trató de un episodio vergonzoso, plagado de abusos y en el que hubo decenas de muertos, por ejemplo 88 que perecieron abandonados en el desierto y siete que se ahogaron al ser llevados a Veracruz en un barco que se asemejaba a los infames barcos esclavistas del siglo XVIII. La operación en su conjunto fue un compendio de horrores, violaciones y maltratos más cercana a la política de un régimen autoritario que al del “país de leyes” que Trump pregona.

Adicionalmente, el magnate también omitió que la “Operación Espaldas Mojadas” tuvo lugar en un contexto histórico particular: en primer término, contó con la colaboración del gobierno de México, que estaba disgustado porque las autoridades estadounidenses ayudaban a “legalizar” a indocumentados que entraban a Estados Unidos para trabajar en el campo y con ello se saltaba al Programa Bracero, una vía legal de inmigración de mano de obra campesina mexicana que operó entre los años 40 y 60.

Como indicó un reporte sobre la actividad antiinmigrante elaborado por Kelly Lytle de la Universidad de California en San Diego, en esa época el gobierno mexicano buscaba activamente la repatriación de sus nacionales en EEUU para contar con trabajadores para su proceso de industrialización y demandaba que el gobierno estadounidense detuviera y deportara a los indocumentados mexicanos que cruzaran la frontera. La “Operación Espaldas Mojadas” fue una respuesta a las demandas del gobierno de México, el cual colaboró plenamente en el proceso de deportaciones masivas. Nada que ver con las circunstancias presentes.

El general Dwight Eisenhower fue presidente entre 1953 y 1961. (American Heroes)
El general Dwight Eisenhower fue presidente entre 1953 y 1961. (American Heroes)

En la actualidad, y aunque Trump diga que hará pagar a México el costo de un nuevo muro fronterizo y demás, resulta inverosímil que el gobierno mexicano colabore en una oleada de deportación de esa naturaleza, pues no solo podría resultar ilegal sino que significaría el suicidio político de quien así lo determinara, por el repudio que eso generaría entre la población mexicana.

Por otro lado, como señaló el periódico La Opinión, la “Operación Espaldas Mojadas” en realidad fue poco efectiva. Si bien logró deportar a poco más de un millón de indocumentados (no 1.5 millones como dice Trump), todo el operativo resultó demasiado costoso y de corto plazo, pues el problema de la inmigración y la porosidad fronteriza no se resolvió y continuó con diversas facetas hasta ahora. Ese esquema, señalan expertos citados por La Opinión, no fue en los años 50 sino “un show”. Quizá por eso también le llama la atención a Trump.

Y hay elementos adicionales. Como señala un artículo de Rosalinda Méndez González, de la Universidad Estatal de San Diego, la “Operación Espaldas Mojadas” estaba integrada en el marco de la histeria anticomunista de la década de 1950 y habría sido usada como una suerte de distracción para la opinión pública estadounidense de modo que apartara la vista de otra acción de punzante memoria: el derrocamiento con apoyo estadounidense del presidente de Guatemala Jacobo Arbenz (intervención que se dio justo al mismo tiempo que el inicio de la “Operación Espaldas Mojadas).

Sea o no cierta esta interpretación, la realidad es que tan pronto culminó la “Operación Espaldas Mojadas” el gobierno de Eisenhower se habría desinteresado del tema de la inmigración y no siguió impulsando leyes para reformar el sistema migratorio como había ofrecido. Y que en el contexto actual, una operación de ese tipo podría ser patentemente ilegal en Estados Unidos.

Así, aunque Trump lo difunda con bombo y platillo, aludir a la “Operación Espaldas Mojadas” como un ejemplo para realizar una deportación masiva de indocumentados, así la haya emprendido el “amistoso Ike”, es un llamado a la vulneración sistemática de derechos civiles y humanos y a una intervención de corte totalitario por parte del gobierno federal que resultaría, además de indeseable y absurda, costosa jurídica, económica y políticamente.

Y aunque jugar esa carta puede funcionarle a Trump para mantener la mano en el póker de la primaria republicana entre los grupos de ultraderecha, también lo está apartando significativamente no solo de los independientes y moderados, que serán claves en la elección general, sino de importantes grupos conservadores que desconfían de llamados a utilizar las fuerzas de seguridad y militares a gran escala dentro del territorio estadounidense y que, aunque rechacen y deseen revertir la inmigración indocumentada, no están dispuestos a que ello se realice vulnerando garantías básicas defendidas, por ejemplo, por los propios gobiernos de Ronald Reagan (que concedió una amnistía en 1986) o del propio George W. Bush, que impulsó una reforma de inmigración restrictiva pero que permitía una legalización y una vía a la ciudadanía amillones de indocumentados.