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El tenebroso pasado de una casa en alquiler

La casa en Missouri donde hace más de una década tuvo lugar un caso de asesinatos seriales. (Captura de video/KMOV)
La casa en Missouri donde hace más de una década tuvo lugar un caso de asesinatos seriales. (Captura de video/KMOV)

A nadie le gusta la idea de vivir en un lugar donde la muerte reinó a sus anchas. Se han creado películas de casas construidas sobre antiguos cementerios o de habitaciones donde una tragedia pasada marcó el ambiente con una fuerza misteriosa. Pero la realidad supera a la ficción en el caso de una mujer en el área de San Luis, Missouri.

De acuerdo a la televisora local KMOV, Catrina McGhaw firmó en marzo pasado el contrato de alquiler de una casa y se mudó a ella sin resquemor y con el apoyo de recursos de ayuda pública para vivienda. Pero un día recibió la llamada de una amistad que le dijo que acababa de ver en la televisión un documental sobre asesinatos seriales y, para su consternación, un caso de extrema brutalidad había tenido lugar justo en la casa donde habitaba ahora McGhaw, hace poco más de una década.

Para el horror de la inquilina, se enteró de que un individuo llamado Maury Travis –quien se ahorcó en una celda luego de ser arrestado por la policía- era el sospechoso principal de haber torturado y asesinado a entre 12 y 20 mujeres. Muchas de ellas, indicó la televisora ABC, murieron en el sótano de la casa rentada por McGhaw, donde Travis vivía, y sus cuerpos fueron mantenidos durante cierto tiempo allí.

Travis, indica la ABC, nunca fue acusado formalmente de los asesinatos, pero llegó a confesarlos en una carta y dejó videos en los que se mostraba torturando a algunas de sus víctimas en el sótano de la casa luego alquilada por McGhaw.

Es de suponer que McGhaw no pudo soportar el asunto, lo cual es muy comprensible. Ella indicó que la dueña de la casa, nada menos que la madre del presunto asesino que se suicidó en la cárcel, nunca le comentó sobre el siniestro pasado de la casa. McGhaw le pidió a la casera rescindir el contrato pero ella se negó al principio. Legalmente en Missouri y en muchos estados el dueño de una propiedad no está obligado a revelarle a un inquilino que allí se cometieron delitos en el pasado. Pero al final, tras la mediación de las autoridades de vivienda locales, la dueña aceptó y McGhaw podrá dejar la casa de modo anticipado. Se mudará a finales de julio, indicó la KMOV.

Pero en lo que eso sucede, la inquilina deberá soportar la ominosa historia de esa propiedad: mirar que sigue allí la mesa del comedor que apareció en las fotos de la escena del crimen, y que probablemente ella usó para comer en algún momento; ver el poste al que el asesino ató a sus víctimas para torturarlas aún de pie en el sótano con todo su horror a cuestas. Dormir quizá con un continuo escalofrío y sentir o imaginar murmullos y presencias dolientes.

El final de julio parece demasiado lejano para soportar esa espera.