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El rudo deseo de que los estudiantes vayan armados a la universidad en EEUU

Un estudiante, o un profesor quizá, va a la universidad con hambre de saber, mochila al hombro, libros, tableta digital y pistola bien cargada. La compañera de la banca de al lado, o del cubículo anexo, tiene también en su bolso un cuaderno, un teléfono inteligente, los imprescindibles elementos de maquillaje y una pistola bien cargada.

Y no se trata de furtivos delincuentes juveniles o de capos ocultos en el trajín académico. La escena es una posibilidad real, la cotidianidad que en muchas universidades de Estados Unidos es ya posible, y que muchos quieren ver en incremento.

Activistas en favor de la portación de armas frente al Capitolio de Austin, Texas. (AP)
Activistas en favor de la portación de armas frente al Capitolio de Austin, Texas. (AP)

Los trágicos casos de tiroteos desatados en campus universitarios en Estados Unidos en años pasados catalizaron una ola de nuevas iniciativas de ley, como indica en un artículo la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, para legalizar la portación de armas en las instalaciones de instituciones de educación superior. La idea, muy debatida y candente, es que una mayor presencia de armas en los campus –y por ende la posibilidad para un posible agresor de enfrentar severa resistencia– sería un disuasivo mayor para muchos que pretendan cometer una masacre. Otros, desde luego, indican que desatar una carrera armamentista dentro de los centros académicos es, en realidad, una receta para el desastre mucho peor y que la solución no es más sino menos armas a escala general.

Pero sea como sea, tan solo en 2015 en 15 estados se han presentado iniciativas de ley para permitir la portación de armas dentro de los campus universitarios, de acuerdo a un recuento del portal Vocativ. En la actualidad, ocho estados permiten ya que dentro de la mochila de un estudiante pueda ir legalmente guardada una pistola (Arkansas, Colorado, Idaho, Kansas, Mississippi, Oregon, Utah y Wisconsin) si bien existen una serie de criterios a seguir para que se autorice a un individuo esa facultad, por ejemplo tener al menos 21 años y contar con licencia para portar armas. 20 estados prohíben expresamente la portación de armas en las universidades y 23 dejan esa decisión a las propias instituciones. En el extremo opuesto, Utah tiene una norma que prohíbe a las universidades prohibir la portación de armas en sus planteles.

Con todo, las autoridades de seguridad por lo general no están de acuerdo en que se autorice la portación de armas en las universidades, pues temen con vehemencia y fundamento que la presencia de ese armamento en el contexto de una crisis por la actividad de un atacante sólo crearía mayor peligro y daños. Así lo explica, por ejemplo, el sitio Armed Campuses, que critica y rechaza la presencia de armas en las universidades. En contrapartida, el grupo Students for Concealed Carry defiende y promueve reunir los útiles escolares con las armas y las municiones.

Estudiantes protestan en Utah luego de la cancelación de una conferencia feminista en la que iba a permitirse asistir con armas. (AP)
Estudiantes protestan en Utah luego de la cancelación de una conferencia feminista en la que iba a permitirse asistir con armas. (AP)

Y el asunto sigue su marcha: la legislatura de Nevada estudia actualmente una norma para permitir las armas en las universidades en su territorio, según indicó el periódico USA Today y el Senado en Texas ha dado un aval preliminar a una norma similar, de acuerdo al canal de televisión ABC13. No es claro si al final serán aprobadas, pero son síntoma de una tendencia patente.

Así, mientras que algunos creen que lo mejor para quien acude a una universidad son altas calificaciones y menciones honoríficas, otros quieren armarse hasta los dientes y añadir el rudo metal a sus deberes escolares.